Los acuerdos pesqueros ocuparan un lugar destacado en las conversaciones que mantendr¨¢ P¨¦rez-Llorca en Marruecos

El ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca, llega hoy, a las diez de la ma?ana, a Rabat para una visita oficial a Marruecos que durar¨¢ dos d¨ªas. Un s¨¦quito de diez personas acompa?a al ministro en un viaje que parece revestir mucha m¨¢s importancia de lo que deja suponer el motivo banal oficial de asistir a la colocaci¨®n de la primera piedra de un proyecto econ¨®mico marroqu¨ª en el que participa Espa?a. Entre los temas que ser¨¢n estudiados ocupar¨¢, sin duda, un lugar destacado los acuerdos sobre pesca entre los dos pa¨ªses.

Viajan con P¨¦rez Llorca el subsecretario de Pesca, Miguel Aldasoro; el director de Relaciones Econ¨®micas Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, L¨®pez Aton, y el director de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica, Inocencio Arias, entre otros.Hoy, P¨¦rez Llorca se entrevistar¨¢, en dos ocasiones, con su hom¨®logo marroqu¨ª, Mohamed Bucetta, quien por la noche ofrecer¨¢ una cena en honor del ministro espa?ol y sus acompa?antes. Se espera que a ra¨ªz de las conversaciones entre los dos ministros trasciendan, al menos en parte, las razones que movieron a Hassan II a realizar una visita privada a Espa?a los d¨ªas 24 y 25 de febrero ¨²ltimo para entrevistarse con el rey Juan Carlos.

El s¨¢bado, P¨¦rez Llorca asistir¨¢, en Jorf Lasfar, a diez kil¨®metros al sur del puerto de El Jadida, junto con el rey Hassan II, a la colocaci¨®n de la primera piedra de la planta de ¨¢cido sulf¨²rico aneja al complejo qu¨ªmico de Jorf Lasfar, cuya ejecuci¨®n fue atribuida recientemente a un consorcio hispano-japon¨¦s, integrado por las empresas Focoex y Mitsui.

Una importante personalidad japonesa, que a¨²n no ha sido nombrada, participar¨¢ tambi¨¦n en la ceremonia. Aunque la participaci¨®n espa?ola en el proyecto, valorada en un total de doscientos millones de d¨®lares, se limita al 25% del total y consiste en suministro de equipo, se trata del primer proyecto de envergadura que consiguen las empresas espa?olas en Marruecos.

La atribuci¨®n del mismo al consorcio hispano-japon¨¦s caus¨® gran malestar en los medios oficiales franceses, que esperaban que el Office Cherifien des Phosphates (OCP) lo concediera a la firma francesa Heurtey, a pesar de que la oferta de ¨¦sta era un 15% m¨¢s cara que la hispano-japonesa.

La irritaci¨®n francesa es tan grande que est¨¢ en entredicho la visita que deber¨ªa efectuar en estos d¨ªas a Marruecos el ministro franc¨¦s, J. Delors, quien justamente deb¨ªa discutir con las autoridades marroqu¨ªes la participaci¨®n financiera de Francia en proyectos del plan quinquenal marroqu¨ª.

Un convenio a punto de expirar

La presencia de Miguel Aldasoro en la delegaci¨®n espa?ola que acompa?a a P¨¦rez Llorca permite suponer que uno de los temas que ser¨¢ discutido con el ministro Bucetta ser¨¢ el de las negociaciones sobre pesca, el actual convenio expira el pr¨®ximo 31 de marzo, y por el momento la parque marroqu¨ª no ha encontrado disponibilidad de tiempo para comenzar esas negociaciones.

Los representantes espa?oles est¨¢n preocupados por el poco tiempo que lesqueda y temen que, al igual que en ocasiones anteriores, las negociaciones empiecen con las horas contadas antes de la expiraci¨®n del actual contrato.

Aunque ambas partes estiman que el convenio actual de un a?o de duraci¨®n ha funcionado bien y que su reconducci¨®n no debe presentar mayores problemas, la globalizaci¨®n de los temas entre Espa?a y Marruecos, forzada por la responsabilidad de un mismo ministerio marroqu¨ª sobre la pesca y el transporte mar¨ªtimo, hace temer que pudieran surgir dificultades.

En efecto, en las negociaciones sobre transporte mar¨ªtimo ya, celebradas en Casablanca sobre transportes de mercanc¨ªas a trav¨¦s del estrecho de Gibraltar, y en T¨¢nger posteriormente sobre transporte de viajeros en la misma zona del estrecho, la parte marroqu¨ª solicit¨® el 50% de los beneficios, aunque no estaba en condiciones de proporcionar el 50% de los servicios.

Los armadores espa?oles, tanto de buques de mercanc¨ªas como de viajeros, se negaron rotundamente a esta exigencia, que consideraron injusta y explicaron al Gobierno espa?ol que s¨®lo la aceptar¨ªan si el Gobierno les subvenciona.