La Coru?a pagar¨¢ 180 millones de pesetas a la familia Franco para recuperar el pazo que regal¨® al anterior jefe del Estado
Por segunda vez en menos de cincuenta a?os, la ciudad de La Coru?a comprar¨¢ el pazo de Meir¨¢s, adquirido mediante suscripci¨®n popular en 1938 para entregarlo en ofrenda al general Franco. La ins¨®lita recompra de la propiedad a los herederos del anterior jefe del Estado fue convenida la pasada semana en Madrid por un representante de ¨¦stos y el alcalde coru?¨¦s, Joaqu¨ªn L¨®pez Men¨¦ndez, en 180 millones de pesetas. Unicamente los concejales del minoritario grupo nacionalista Esquerra Galega dieron a conocer hasta ahora su oposici¨®n al acuerdo y el prop¨®sito de exigir a la familia Franco la cesi¨®n del pazo. Puestos en contacto telef¨®nico con el domicilio de la familia Villaverde, indicaron que ninguno de sus miembros estaba localizable para hacer precisiones sobre el tema.
Pendiente tan s¨®lo del necesario refrendo de la Corporaci¨®n coru?esa, el cierre definitivo de la operaci¨®n parece garantizado por el pacto de gobierno municipal que mantiene Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, grupo al que pertenece el alcalde, con los concejales de Coalici¨®n Democr¨¢tica, Partido Socialista Obrero Espa?ol y Partido Comunista de Espa?a.La aprobaci¨®n del pleno podr¨ªa producirse como curiosa, aunque quiz¨¢ no deseada coincidencia, en una fecha inmediatamente anterior a la del 28 de marzo, que figura al pie del pergamino de aceptaci¨®n firmado en 1938 por el general Franco.
En realidad, Franco no tom¨® posesi¨®n del pazo hasta algunos meses m¨¢s tarde, exactamente el 5 de diciembre, cuando el triunfo nacionalista en la batalla del Ebro anunciaba ya el final de la guerra civil.
"Acepto gustoso, especialmente porque se trata de un obsequio de mis paisanos", cuentan los cronistas de la ¨¦poca qu dijo el general tras firmar en el pergamino que certificaba "la ofrenda-donaci¨®n de las torres de Mir¨¢s por la ciudad y provincia de La Coru?a al fundador del nuevo Imperio, jefe del Estado, general¨ªsimo de los Ej¨¦rcitos y caudillo de Espa?a, Francisco Franco Bahamonde". El tono hiperb¨®lico y vagamente sacralizador de la f¨®rmula parece revelar tanto una. concesi¨®n a los usos estil¨ªsticos de la ¨¦poca en que fue redactada com un indudable deseo de halagar por parte de la comisi¨®n que capitaliz¨® la ofrenda.
Fuera o no as¨ª, lo cierto es que varios de los nueve miembros que la compon¨ªan, prohombres de la nueva situaci¨®n creada tras el r¨¢pido triunfo de la sublevaci¨®n de julio de 1936 en Galicia, acabar¨ªan por consolidar relevantes posiciones pol¨ªticas y financieras dentro del nuevo r¨¦gimen. El ejemplo m¨¢s notorio lo ofrece, sin duda, el ya fallecido Pedro Barri¨¦ de la Maza, un Financiero relativamente modesto entonces, que en pocos a?os lleg¨® a constituir alrededor de la compa?¨ªa Fuerzas El¨¦ctricas del Noroeste (FENOSA) el principal holding de empresas de Galicia. Barri¨¦, que simultane¨® en un determinado momento la presidencia de m¨¢s de una quincena de consejos de administraci¨®n, recibir¨ªa, alg¨²n tiempo despu¨¦s de tomar parte destacada en la colecta que sirvi¨® para adquirir el pazo de Meir¨¢s, el t¨ªtulo de conde de Fenosa, espec¨ªficamente creado para ¨¦l por Franco.
Otros dos miembros de la comisi¨®n que gestion¨® la suscripci¨®n p¨²blica fueron nombrados posteriormente alcaldes de la ciudad en cuyo nombre hab¨ªa sido ofrecido Meir¨¢s al jefe del Estado: Fernando Alvarez de Sotomayor, que ocup¨® el cargo desde noviembre de 1938 hasta marzo de 1939, y ALfonso Molina, primer responsable municipal coru?¨¦s entre 1947 y 1958.
Los motivos de la 'recompra'
Resulta exagerada, de cualquier manera, la adjetivaci¨®n popular que la comisi¨®n pretendi¨® dar en 1938 a la colecta organizada para adquirir el pazo. A pesar de que est¨¢ documentada la existencia de numerosas peque?as aportaciones de ese car¨¢cter -no exactamente voluntarias todas-, el grueso de la cantidad de 450.000 pesetas que se lleg¨® a reunir proced¨ªa de un limitado n¨²mero de donantes, entre los que figuraban algunos de los miembros de la comisi¨®n y la casi totalidad de las emergentes fuerzas vivas del momento.Cuarenta y cuatro a?os despu¨¦s, las razones de la recompra de Meir¨¢s a los herederos del anterior jefe del Estado son sustancialmente diferentes de las que, al menos en apariencia, movieron a algunos personajes de aquella Coru?a de 1938 a constituir la comisi¨®n pro-pazo.
El acuerdo firmado la pasada semana con un apoderado de la familia Franco tiene como fondo, en esta ocasi¨®n, la inacabable pol¨¦mica que enfrenta a determinados grupos localistas de Santiago y La Coru?a por la fijaci¨®n, en sus respectivas ciudades, de las sedes definitivas de la Junta y el Parlamento gallego. Mucho m¨¢s acentuadas en La Coru?a las reivindicaciones localistas que asumen grupos de izquierda y derecha, hab¨ªan desempe?ado ya un importante papel en la sustituci¨®n del anterior alcalde nacionalista Domingo Merino por Joaqu¨ªn L¨®pez Men¨¦ndez, de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico. L¨®pez Men¨¦ndez, obligado desde entonces a encabezar como primer representante del Ayuntamiento una causa defendida por amplios sectores ciudadanos, pretender¨ªa, en principio, forzar el establecimiento de la presidencia del Gobierno aut¨®nomo en las proximidades de La Coru?a mediante la adquisici¨®n y posterior cesi¨®n gratuita del pazo de Meir¨¢s a la Junta.
Propiedad privada, fondos p¨²blicos
Si el Parlamento gallego aceptase el ofrecimiento, los gastos de restauraci¨®n del pazo -parcialmente da?ado por un incendio en 1978- habr¨ªan de ser cargados en la cuenta de la comunidad aut¨®noma. De cualquier modo, el mantenimiento de la propiedad con fondos p¨²blicos no ha dejado de ser una constante desde que las torres de Meir¨¢s fueron regaladas al anterior jefe del Estado. Las cargas fiscales, desusadamente bajas -1.560 pesetas anuales hasta la muerte del general Franco-, eran abonadas desde 1938 por el Ayuntamiento de El Ferrol, por m¨¢s que, parad¨®jicamente, el pazo se encontrase en el t¨¦rmino municipal de Sada.Recientes declaraciones del alcalde de La Coru?a en el sentido de que la familia Franco podr¨ªa dedicar gran parte de los 180 millones de la venta a pagar los gas tos de transmisi¨®n patrimonial del pazo, dan a entender, por otra par te, que los herederos del jefe del Estado no hicieron ning¨²n gasto especial en la propiedad -salvo los derivados de la vigilancia- desde la muerte de aqu¨¦l.
Las torres de Meir¨¢s hab¨ªan sido objeto de una primera valoraci¨®n en 1977 a efectos de c¨®mputo del impuesto de transmisi¨®n patrimonial. La cifra qued¨® establecida entonces en dieciocho millones de pesetas sobre un c¨¢lculo de valor global de 75 millones, muy inferior a los 180 que el alcalde de La Coru?a ha aceptado pagar ahora Los grav¨¢menes fiscales aumentar¨ªan adem¨¢s, una vez realizada la transmisi¨®n, hasta las 500.000 pe setas.
El incendio -fortuito, seg¨²n el informe oficial- que en febrero de 1978 se produjo en la techumbre y un ala del pazo contribuir¨ªa a de preciar notablemente su valor, de manera especial tras la retirada de la mayor¨ªa de los muebles, objetos y obras de arte que se guardaban en Meir¨¢s.
Compra a ciegas
En la actualidad no existe si quiera un inventario de pertenencias, y el alcalde coru?¨¦s confiesa haber comprado ¨²nicamente el edificio y los terrenos de la propiedad, sin saber de manera exacta lo que pueda haber dentro del pazo. Parece que el incendio no afect¨® en todo caso, a la importante biblioteca privada de Emilia Pardo Baz¨¢n.Construido inicialmente en 1370 por el rey Mondego -aunque el mayorazgo del que descend¨ªa la escritora fuese fundado dos siglos m¨¢s tarde por el comisario de la Inquisici¨®n Pedro Patif¨ªo-, el pazo fue reedificado en su forma actual en 1838 por la madre de la condesa de Pardo Baz¨¢n.
Treinta a?os atr¨¢s hab¨ªa sido incendiado por tropas francesas como represalia por la participaci¨®n de su propietario en la guerra de la Independencia. La autoria de Los pazos de Ulloa, que aseguraba sentir de continuo en Meir¨¢s "la fiebre que acompa?a a la creaci¨®n art¨ªstica", escribi¨® en lo que ella denominaba granja varias de sus obras.
La viuda de Jaime Quiroga, ¨²ltimo descendiente de Emilia Pardo Baz¨¢n, iniciaba en 1938 los tr¨¢mites para donar el pazo a la Compa?¨ªa de Jes¨²s, cuando se form¨® la comisi¨®n que adquirir¨ªa Meir¨¢s por suscripci¨®n popular para donarlo al general Franco.
" Yo, personalmente, creo que 180 millones es un precio irrisor¨ªo", asegur¨® el alcalde centrista de La Coru?a, Joaqu¨ªn L¨®pez Men¨¦ndez, al ser consultado por este peri¨®dico sobre la compra del pazo de Meir¨¢s. L¨®pez Men¨¦ndez, que la pasada semana firm¨® en Madrid un acuerdo de principio con un representante de la familia Franco, afirma que "se ha exztgerado mucho en la cuesti¨®n del deterioro del pazo. Fue s¨®lo una parte lo que se quem¨® en el incendio de 1978, y hay que tener en cuenta adem¨¢s que la compra incluye una superficie de terreno de 65.000 metros cuadrados nada com¨²n en Galicia.
"No hay cosas dentro"
El alcalde, que reconoce no haber visitado la propiedad antes de gestionar la compra, precisa que el acuerdo firmado incluye solamente el edificio, las tierras y los elementos de servicio del pazo. "Creo que no hay cosas dentro, porque en su mayor¨ªa fueron retiradas cuando se produjo el incendio, pero sobre esto no podr¨ªa ofrecer datos exactos. Quiz¨¢", a?ade, "la familia Franco desee retirar alg¨²n objeto de su propiedad que se encuentre en el interior, a lo que, l¨®gicamente, no nos opondremos".L¨®pez Men¨¦ndez prefiere no opinar sobre el hecho mismo de la venta, pese al precedente de denaci¨®n que establecieron hace algunos meses los duques de Alba al ceder el uso de sus seis castillos en Galicia a la comunidad aut¨®noma. "Evidentemente", explica, "la cesi¨®n hubiera sido preferible, pero no tengo noticias de que se produjese ning¨²n movimiento de los propietarios en esa direcci¨®n. S¨¦ vagamente que se hab¨ªa hecho alguna gesti¨®n en ese sentido, pero nada m¨¢s. Lo que los propietarios hubieran debido hacer o no es una cuesti¨®n personal que s¨®lo a ellos compete".
La vinculaci¨®n sentimental del pazo a la ciudad de La Coru?a es uno de los argumentos que aduce el alcalde para justificar la compra. Niega, en cualquier caso, que ¨¦sta mantenga relaci¨®n con la pol¨¦mica en torno a la sede de las instituciones aut¨®nomas. "La verdad es que nos daba mucha pena ver c¨®mo el pazo se iba desmoronando tras el incendio. El problema de la capitalidad no ha tenido nada que ver, como lo demuestra el hecho de que el pazo est¨¦ situado en el t¨¦rmino municipal de Sada, a veinte kil¨®metros de La Coru?a. Por otra parte, si la Junta no aceptase nuestro ofrecimiento de cesi¨®n, encontrar¨ªamos muchas aplicaciones de tipo cultural en que emplearlo".
L¨®pez Men¨¦ndez muestra su convicci¨®n de que el acuerdo firmado en Madrid ser¨¢ "aprobado sin m¨¢s" por el pleno del Ayuntamiento de La Coru?a. "L¨®gicamente", explica, "yo no fui por mi cuenta a Madrid, sino que hab¨ªa informado previamente a los portavoces de UCD, CD, PSOE, PCE y al representante del Partido Galleguista que suscribe el pacto de gobierno municipal. Inici¨¦ las gestiones con su benepl¨¢cito, y es impensable que vayan a estar en desacuerdo ahora".
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