Washington fracasa en su intento de lograr mayor dureza comercial europea contra Moscu
El secretario de Estado adjunto norteamericano para Asuntos de Seguridad, Ciencia y Tecnolog¨ªa, James Buckley, finalizar¨¢ hoy en Bruselas su gira por cinco capitales europeas, destinada a conseguir sanciones comerciales m¨¢s duras contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica como represalia por los acontecimientos polacos. Sus visitas a Londres, Bonn, Par¨ªs, Roma y Bruselas han sido acogidas con frialdad, y,aunque en t¨¦rminos diplom¨¢ticos se hable de "inter¨¦s y de simpat¨ªa", Buckley regresa a Washington con las manos vac¨ªas.Enterrado, al menos moment¨¢neamente, el tema del gasoducto sovi¨¦tico que Estados Unidos no querr¨ªa ver construido con ayuda occidental, la Administraci¨®n Reagan ha concentrado sus esfuerzos en lograr, al menos, una mini guerra comercial con Mosc¨². Buckley ha expuesto en las cinco capitales europeas el deseo estadounidense de que sus aliados endurezcan las condiciones de los cr¨¦ditos que se conceden a la URSS y de que desaparezcan o se dificulten las garant¨ªas estatales para ese tipo de cr¨¦ditos.
La respuesta ha sido pr¨¢cticamente un¨¢nime. Europa occidental no puede adoptar sanciones comerciales duras contra Mosc¨² porque ella ser¨ªa la primera perjudicada. La balanza comercial entre la Uni¨®n Sovi¨¦tica y los diez es muy favorable a Mosc¨², y si se endurecen las condiciones de los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n hacia la URSS, los que sufrir¨¢n las consecuencias son los industriales europeos que intentan vender sus productos manufacturados y que necesitan est¨ªmulos y no barreras para superar la crisis econ¨®mica.
La negativa de la Rep¨²blica Federal de Alemania -primera en orden cronol¨®gico- ha recibido apoyos incluso en el Reino Unido, donde Buckley no consigui¨® arrancar a lord Carrington sus habituales declaraciones de comprensi¨®n hacia Norteam¨¦rica.
La ¨²ltima etapa del viaje es Bruselas, porque Buckley ha querido trasmitir su mensaje a los otros aliados, los de la Alianza Atl¨¢ntica y de la Comunidad Econ¨®mica Europea, sin necesidad de recorrer todas las capitales. Aqu¨ª Buckley ha podido reunirse con los embajadores de los quince y celebrar largas entrevistas con el presidente de la Comisi¨®n Europea, Gaston Thorn, y varios de sus comisarios encargados de la pol¨ªtica industrial y las relaciones exteriores de los diez.
Thorn ha explicado al enviado de Ronald Reagan que los pa¨ªses comunitarios han hecho ya todo lo que pod¨ªan hacer: han acordado reducir en un 50% y en un 25% las importaciones de ciertos productos de lujo, una sanci¨®n simb¨®lica que no har¨¢ da?o a Mosc¨² y no perjudicar¨¢ tampoco a los diez.
En cuanto a la Alianza Atl¨¢ntica, la acogida no ha sido tampoco m¨¢s calurosa. Los aliados han discutido ya en varias ocasiones de la pol¨ªtica comercial a seguir con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero los europeos estiman que la OTAN no es el marco adecuado para adoptar sanciones de este tipo.
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