'La vida alrededor', una ubre orde?ada
El ¨¦xito inesperado de La vida por delante, en la que Fernando Fern¨¢n G¨®mez supo envolver en papel rosa materia negra, dio pie a una segunda parte de la historia, rodada bajo la presi¨®n de la urgencia. Las dos circunstancias se notan en La vida alrededor.
Por una parte, el gui¨®n padece demasiados pies forzados, y esto, precisamente en una historia de estas caracter¨ªsticas, es un fardo dif¨ªcil de quitarse de las espaldas. La ligereza y la inventiva a bote pronto se pierden con esta servidumbre. De ah¨ª que una de las mejores cualidades de la primera, en la segunda se desvanezca o se tuerza en forzamientos irrelevantes de la espontaneidad inicial. Una cosa es elaboraci¨®n y otra artificio.
La vida alrededor se emite esta noche a las 22
25 en la segunda cadena.
Cada secuencia de La vida alrededor se contempla condicionada por el recuerdo de las secuencias de La vida por delante. Cada personaje de aquella est¨¢ constru¨ªdo a partir del conocimiento que tenemos de ¨¦l por ¨¦sta. De ah¨ª que la pel¨ªcula no se cierre sobre s¨ª misma, sino que exige del espectador complicidades externas al relato y su din¨¢mica, que es de esta forma una totalidad incompleta, una falsa totalidad. Hay instantes en que la sonrisa viene en La vida alrededor s¨®lo por presi¨®n de la memoria de algunas secuencias de La vida por delante. No se llega a producir el despegue de un relato respecto del otro.
Estas deficiencias del gui¨®n est¨¢n limadas en parte, o al menos atemperadas, por una direcci¨®n de Fern¨¢n G¨®mez muy suelta, precisa y agil. En realidad, el cineasta sal¨ªa del cascar¨®n del buen aprendizaje y adquir¨ªa esa cualidad de doble filo que llamamos oficio: la p¨¢tina de lo bien hecho supli¨® en La vida alrededor las carencias m¨¢s esenciales de lo bien imaginado.Sigue la misma comedia agridulce sobre los milagros de la supervivencia del matrimonio de peque?os burgueses madrile?os. Siguen los acontecimientos m¨ªnimos alrededor de las vidas ya estancadas de unos pobres diablos que tuvieron fugazmente la impresi¨®n de tenerla en activo y frente a ellos. Sigue el pesimismo en rosa, tan sutil y espont¨¢neamente logrado en el primer filme, inundando La vida alrededor, s¨®lo que con los tropezones caracter¨ªsticos de la arritmia de la imaginaci¨®n, en la que las ocurrencias felices son frenadas por las banales, en un contrapunto que unas veces es feliz y otras desdichado. Sigue a trancas y barrancas una historia artificiosamente prolongada, que debiera haberse acabado donde acab¨® en el movimiento inicial de sus creadores.
Y siguen, en fin, los excelentes actores, el propio Fern¨¢n G¨®mez, Anal¨ªa Gad¨¦, Manolo Mor¨¢n Rafaela Aparicio, dirigidos con mano libre por un director que comenzaba a saber suplir con argucias profesionales los vac¨ªos de creaci¨®n.
No obstante, en La vida alrededor, como en todo cuanto sale de la mano de Fernando Fern¨¢n G¨®mez, hay destellos de aut¨¦ntico cine, y merece la pena verse.
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