La vida en comic
Cabelleras de plata violenta, mujeres como astros indignados, un cielo previo y negro, tapando el cielo, murci¨¦lagos, blancos y gigantes que vuelan por el Ca?¨®n del Colorado de Marte, portando a la amazona justiciera, a la matriarca legendaria, adolescente y desnuda como un ¨¢ngel de Charlie en dibujos animados, la novela gal¨¢ctica de caballer¨ªas y las mocedades de Pach¨¢/Barcel¨®, pelos de espanto, culos lorquianos, femeninos, "como planetas de cobre", la moda entre bombero y marciano, el dandismo criptonita y de tebeo de "la raza de los condenados" por nada, que ni siquiera est¨¢n en edad penal, las gafas/antifaz, negras, de un trazo, emboscando al ¨²ltimo punk o la primera rom¨¢ntica.La vida en comic. La velocidad como ¨¦pica del no ir a ninguna parte. La velocidad por la velocidad, desde Henry, Ford I, que muri¨® dibujando cigiie?ales, hasta James Dean y Albert Camus, que se matan por correr. "Destino es car¨¢cter", dijo Nietzsche. Hoy, destino es cilindrada. Metal Hurlant, la gran revista que resume la nueva novela de caballer¨ªas del comic, donde los caballeros, naturalmente, somos los terrestres, frente al criptofascismo gal¨¢ctico de marcianos y criptonitas. Como en la novela de caballer¨ªas, en la pantalla y en Pach¨¢, m¨¢s cultura del color y la l¨ªnea, de la locuacidad visual y tect¨®nica, que cultura literaria. Las historias de Heavy Metal (lo ¨²ltimo en comic/ficci¨®n filmado) son lineales, como las novelas de caballer¨ªas, la serie negra (con su enga?oso logogrifo de sospechosos), los telefilmes, los ¨¢ngeles de Charlie, Farra-Facewtt-Majors, Flash Gordon y Alex Raymond.
La vida en comic. Minifaldas vaqueras drapeadas y tri¨¢ngulo sexual con la maquinita de las tostadas. H¨¦ctor y Aquiles sab¨ªan por qu¨¦ corr¨ªan: por adelantar alguna tortuga y, sobre todo, por darle lugar a Ezra Pound a algunos poemas, que luego glosar¨ªa/plagiar¨ªa Borges. Los H¨¦ctores del rock (nada que ver, espero, con los V¨ªetores de Plata de cuando entonces), los Aquiles vestidos por Nicol¨¢s del Hierro, corren por correr, se han salvado en el cine/comic (que incluso seg¨²n San Isidoro y sus etimolog¨ªas ser¨ªan lo mismo: movimiento, dinamismo, todo del griego). Gerald Potterton, filmando su nov¨ªsima Heavy Metal, sabe sin duda todo esto: a la puerta de Pach¨¢ est¨¢n los deportivos, los descapotables, las motos, acumulando velocidad para la madrugada.
La velocidad como estilizaci¨®n de la energ¨ªa, y la energ¨ªa -luego, no s¨¦, a veces, quiz¨¢, en algunos-, estilizada en violencia. Se lo dec¨ªan anoche unos macarras de buga a un estudiante/paseante solitario:
-Ahora me bajo y nos pegamos un curro, que tengo yo que pegarme un curro con alguien, esta noche.
Cervantes tuvo que escribir el Quijote para desmilitarizar los libros de caballer¨ªas. Ray Bradbury ha tratado a su manera l¨ªrica de desmilitarizar la ciencia/ficci¨®n. Esto no se le ha entendido ni agradecido, y Susan Sontag, l¨¦sbico/ agresiva, le llama camp y kischt. Buster Keaton, celuloide rancio, Shakespeare mudo (ciclo completo Alphaville), denuncia en silencio el prefascismo de las universidades y los deportes yanquis, la filosof¨ªa de la guerra, que es la filosofia de la muerte, contra la filosofia del individuo, que es la suya, la filosof¨ªa de la paz. El cine rancio desdramatiza la violencia, se burla -Chaplin, Groucho, Keaton- y el cine/comic de hoy mismo la barroquiza, engrandece y exaspera.
Vivir en comic, medias de cig¨¹e?a adolescente y ojos de plata significativa. Entre los nuevos rom¨¢nticos hechos en casa, s¨®lo Rosa Montero va, sencillamente, exquisitamente, de rom¨¢ntica. Charlie Brown, Mafalda y Betty son el comic de la new left, ir¨®nico y relajado. Por ah¨ª habr¨ªa que desmitilarizar el comic.
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