Los padres temibles
Antonio Mercero hab¨ªa planteado ya en pel¨ªculas anteriores (La guerra de pap¨¢ sobre todo) el problema de la ausencia de libertad en los adolescentes que no coinciden, en su visi¨®n del mundo, con la intransigencia de los padres. Mercero percibe un cambio fundamental en la vida familiar y trata de reflexionar sobre las razones o errores que justifican esa evoluci¨®n.En La pr¨®xima estaci¨®n aborda ya el tema del amor y el sexo, quiz¨¢, en su perspectiva, el m¨¢s punzante problema de ese enfrentamiento. El matrimonio protagonista de la pel¨ªcula se sorprende ante la actitud de un hijo ¨²nico de diecis¨¦is a?os decidido a compartir su vida con una joven amiga. La incapacidad de los padres para aceptar a la nueva inquilina descubre su imposibilidad por superar viejas represiones, antiguas costumbres que ellos no eligieron sino s¨®lo respetado con sumisi¨®n. El director concentra el problema en una sola noche, aquella en la que la joven pareja decide abandonar sus hogares. Las peripecias de la b¨²squeda est¨¢n narradas con cierto humor, al que inteligentemente colaboran Alfredo Landa y Agust¨ªn Gonz¨¢lez, ¨¦ste desde una breve intervenci¨®n.
La pr¨®xima estaci¨®n
Director: Antonio Mercero. Gui¨®n: Jose A. Rodero, Horacio Valc¨¢rcel y Antonio Mercero. Fotograf¨ªa: Jos¨¦ Luis Alcaine. M¨²sica: Luis G¨®mez Escolar y Honorio Herrero. Int¨¦pretes: Alfredo Landa, Lola Herrera, Cristina Marcos, Alberto Delgado, Carmen de la Maza y Agust¨ªn Gonz¨¢lez. Comedia. Espa?ola, 1982. Local de estreno: Fuencarral.
Humor que se apunta con intermitencia, se?alando los l¨ªmites de la obra. En las pretensiones de Mercero no se incluye la de un an¨¢lisis totalizador. Antes, se trata de una invitaci¨®n a la pol¨¦mica, aunque su matizada acusaci¨®n no pretenda agredir. Mercero hace una cr¨®nica de lo inmediato, con la objetividad que permite apuntar datos sin desarrollarlos.
Es curiosa, sin embargo, la sutil contradicci¨®n de la obra. Estando el director de acuerdo con la liber tad de los huidos, retrata con m¨¢s precisi¨®n el mundo de los adultos. Con sus dudas y conflictos la pel¨ªcula cobra inter¨¦s. Los momentos ¨ªntimos de la pareja quedan, por el contrario, m¨¢s diluidos, menos veros¨ªmiles. Aunque tanto Cristina Marcos como Alberto Delgado en esos papeles aportan una valiosa interpretaci¨®n. La primera, en un tono duro, dif¨ªcil; el segundo, con el espinoso equilibrio del desvalimiento y la seguridad.
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