La televisi¨®n otra vez
LAS CRITICAS de la oposici¨®n parlamentaria -y de los vocales que la representan en el Consejo de Administraci¨®n- contra la gesti¨®n del director general de RTVE se han elevado de tono en la ¨²ltima semana, y han tenido su corolario en la moci¨®n presentada ante las Cortes y rechazada en su formulaci¨®n reglamentarla por la Mesa del Congreso. Esta trata de evitar as¨ª, con trucos legales, el debate y el pronunciamiento de los representantes de la soberan¨ªa popular sobre un tema harto controvertido y casi sangrante: la televisi¨®n de nuestros pecados.Lo cierto es que el sesgo y la parcialidad pro-gubernamental de los programas informativos en la actual etapa, acompa?ados de una disminuci¨®n general de noticias sobre pol¨ªtica interior en provecho de la meteorolog¨ªa y el deporte, han traspasado la raya de lo admisible y comienzan a perfilarse como un aut¨¦ntico atentado contra el esp¨ªritu y la norma del sistema democr¨¢tico. La actual pol¨ªtica televisiva amenaza con convertir a Prado del Rey -si no lo ha hecho ya- en una pura maquinaria propagand¨ªstica al servicio del Gobierno y de sus aliados.
Un aspecto destacable de la situaci¨®n ha sido el silencio con que los medios de comunicaci¨®n vinculados a la gran derecha o mediatizados por el gobierno han sustituido, en sus comentarios sobre Televisi¨®n, las airadas denuncias que pusieron contra la pared, hace unos meses, al destituido Castedo. Nunca ha sido tan cierto que tras la tempestad viene la calma, pero tampoco nunca ha resultado tan evidente que las campa?as de Prensa orientadas desde el poder se desvanecen de la noche a la ma?ana una vez cumplido su aut¨¦ntico objetivo, aunque su aparente meta, pretexto de fingidas indignaciones morales, no haya sido conquistada. Ocurre que la defensa de "la moral y las buenas costumbres" a prop¨®sito de los programas de cine y de los espacios dedicados al debate durante la etapa de Castedo suministraron abundante munici¨®n para las bater¨ªas instaladas en los campamentos de la derecha, que dispararon a discreci¨®n. En aquel tiempo, por lo dem¨¢s tan cercano, las pel¨ªculas y los telefilmes eran escrutados con lupa de aumento para denunciar desnudos, adulterios, abortos, propasamientos, incestos, escenas de cima o palabras malsonantes. Padre padrone provoc¨® casi una crisis de Gobierno y hasta conflictos conyugales en las alturas. Y un reportaje sobre el paro en Andaluc¨ªa sacudi¨® los cimientos del edificio del Estado con m¨¢s fuerza que un terremoto.
En honor a la verdad es preciso decir que Robles Piquer no s¨®lo no ha suprimido, sino que incluso ha potenciado, la programaci¨®n de filmes que unen a su buena calidad esas escenas que los censores de todos los tiempos suelen calificar de escabrosas. Hemos visto as¨ª Muerte en Venecia, Las aventuras de Casanova o Asignatura pendiente, que hubieran provocado hace seis meses desmayos e indignaciones a granel, y que pasaron inadvertidas para los implacables denunciadores de anta?o. El espacio Esta noche -otro de los grandes problemas de antes, seg¨²n dec¨ªan- ha seguido en antena. En La clave se han continuado celebrando debates interesantes sobre cuestiones pol¨¦micas, y un programa de En este pa¨ªs sobre delincuencia permiti¨® escuchar testimonios de ciudadanos marginados que la sociedad bienpensante nunca hab¨ªa o¨ªdo hasta entonces. Los cr¨ªticos que hubieran utilizado hace un semestre esos programas como pretexto para sus col¨¦ricos trances hoy guardan silencio o formulan comedidas protestas.
?Cual es la raz¨®n ¨²ltima de ese cambio de actitud de nuestros inquisidores? A nuestro juicio, la explicaci¨®n hay que buscarla en el terreno de las causas estrictamente pol¨ªticas que decidieron el cese del anterior director general. Ahora resulta m¨¢s que evidente que Fernando Castedo fue obligado a dimitir por la resuelta voluntad gubernamental de tener en su mano los informativos y, con ellos, la ingenua seguridad de que, a medida que se aproximen las elecciones, Televisi¨®n Espa?ola no se escapar¨¢ del control del Palacio de la Moncloa.
La situaci¨®n informativa de TVE -cuyos nuevos rumbos son apreciables tambi¨¦n, aunque en menor medida, en la Radio Nacional- es hoy de absoluta miseria. El empe?o gubernamental de absoluto control amenaza sin embargo con volverse una vez m¨¢s contra sus progenitores: televisi¨®n ha perdido la poca credibilidad que pudiera haber ganado en los dif¨ªciles a?os de la transici¨®n, ha descendido estrepitosamente en la calidad profesional de sus programas informativos, se ha hecho antip¨¢tica, aburrida y bastante carroza, y en definitiva es el mejor y m¨¢s claro exponente de c¨®mo puede un Gobierno autodestruir su imagen -la imagen que tuviera- a base de mirarse al espejo y practicar el infantil deporte del autoelogio y el piropo hacia uno mismo.
Es por eso una l¨¢stima que se pongan dificultades al debate parlamentario sobre el tema. Pero es una l¨¢stima sobre todo para los propios rectores del medio y para la arrogante UCD, que sin duda ignora cual es la realidad de las cosas. La realidad es que una buena televisi¨®n, independiente, honesta en sus planteamientos y atractiva, la ayudar¨ªa a ganar las elecciones. Esta cosa que padecemos ahora en cambio s¨®lo es un rej¨®n a?adido a los muchos que ya soporta el lidiado torito del poder ejecutivo. Y lejos de empujarle a la victoria lo hace hacia un anunciado caos no exento de cierto rid¨ªculo dramatismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Carlos Robles Piquer
- ?rganos Congreso
- Pol¨ªtica nacional
- Consejo administraci¨®n
- UCD
- I Legislatura Espa?a
- Opini¨®n
- Congreso Diputados
- Manipulaci¨®n informativa
- TVE
- RTVE
- Legislaturas pol¨ªticas
- Cadenas televisi¨®n
- Parlamento
- Partidos pol¨ªticos
- Grupo comunicaci¨®n
- Gobierno
- Televisi¨®n
- Empresas
- Medios comunicaci¨®n
- Administraci¨®n Estado
- Comunicaci¨®n
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Espa?a