La extrana fama de un renacentista
En el a?o 1902, en el Museo del Prado, tuvo lugar la primera gran exposici¨®n del Greco, que le consagr¨® definitivamente como una de las figuras m¨¢s importantes de la historia de la pintura espa?ola, hasta el punto de que cuando se ofrece una panor¨¢mica de nuestros siglos de oro pict¨®ricos, el t¨ªtulo m¨¢s habitual es precisamente Del Greco a Goya. Ahora, mucho tiempo despu¨¦s, recuperando temporalmente algunos de los cuadros que abandonaron Espa?a con posterioridad a dichas fechas, los madrile?os y los toledanos van a poder tener ante sus ojos una muestra irrepetible.La muestra permite no s¨®lo gustar el placer est¨¦tico de la obra del Greco, sino tambi¨¦n poder apreciar su verdadera significaci¨®n en el serio de la pintura espa?ola y mundial. Al mismo tiempo que la gran exposici¨®n ofrecer¨¢ las m¨¢s conocidas obras del pintor en el Museo del Prado, en Toledo se expondr¨¢, junto con parte de su pintura, tambi¨¦n el mundo intelectual y art¨ªstico que rode¨® al pintor durante su estancia en la ciudad imperial. Ello nos podr¨¢ permitir conocer la significaci¨®n de un pintor del que conocemos su ¨¦xito, pero tambi¨¦n las incomprensiones frecuentes de que fue objeto; su car¨¢cter atrabiliario que le llev¨® a pleitear con frecuencia con sus clientes; su vida ostentosa y sus aficiones intelectuales, pero acerca del que mucho se ha escrito y se tendr¨¢ que escribir todav¨ªa sobre su significaci¨®n concreta en la historia de la pintura.
Una bibliograf¨ªa abrumadora
En efecto, es extra?a la fama, es decir, el aprecio de sus contempor¨¢neos y las generaciones que le siguieron, que ha tenido la figura del Greco. Es ya abrumadora la bibliograf¨ªa cient¨ªfica del pintor. (Alguno de los textos m¨¢s ,recientes, como el de P¨¦rez S¨¢nchez, sobre las series dispersas del Greco, figura precisamente en el cat¨¢logo de una de estas exposiciones). Pero lo que ha resultado radicalmente variable ha sido la interpretaci¨®n que del Greco se ha dado en el transcurso del tiempo. Sin duda alguna sus contempor¨¢neos, aunque supo acabar imponi¨¦ndose y obtener el respeto, no acabaron de entenderle. El padre Sig¨¹enza dec¨ªa de ¨¦l que "contentaba a pocos", a pesar de que "sab¨ªa mucho y se ve¨ªan cosas excelentes de su mano".
El suegro de Vel¨¢zquez, Pacheco, tampoco acababa de entender ni sus teor¨ªas art¨ªsticas, lejanas de esa b¨²squeda de la piedad religiosa que ¨¦l consideraba como un ideal, ni sus "crueles borrones por afectar valent¨ªa" en los que se planteaba su pintura. Durante el siglo XVII se sigui¨® admitiendo su genialidad epis¨®dica, pero se criticaban sus "caprichos y extravagancias" (Mart¨ªnez) o el car¨¢cter "descoyuntado del dibujo, como desabrido del color", al que alud¨ªa Palomino. Todo el mundo estaba dispuesto a admitir alguno de sus excelentes logros, pero tambi¨¦n considerar como "abominables" algunos otros testimonios de su pintura, sobre todo en su etapa final (Ce¨¢n Berm¨²dez).
Como en general le sucedi¨® a toda la pintura cl¨¢sica espa?ola, el Greco no fue redescubierto hasta el siglo XIX, con el romanticismo, y precisamente gracias a la extravagancia y al car¨¢cter poco sujeto a reglas cl¨¢sicas de su ejecutoria art¨ªstica. El tr¨¢nsito del siglo XIX al siglo XX lo consagr¨® definitivamente: primero en Francia y luego en Espa?a, fue considerado como uno de los grandes de la pintura espa?ola, pero en esa consideraci¨®n jugaban tambi¨¦n no solamente un conocimiento mayor de la obra y la vida del artista, sino una visi¨®n del mismo como protoexpresionista o incluso cubista.
Interpretaciones contradictorias
Los ¨²ltimos a?os han proporcionado, desde luego, un conocimiento hist¨®rico m¨¢s preciso de la obra del genial pintor desde el punto de vista erudito y documental. Las interpretaciones, sin embargo, han sido muchas veces contradictorias. Gran parte de las tesis acerca de la significaci¨®n, incluso las m¨¢s populares, del Greco se basan en el libro pionero de Manuel Bartolom¨¦ Coss¨ªo, publicado por vez primera en 1908 y objeto de una reciente reedici¨®n, de acuerdo con el cual el Greco ser¨ªa un pintor vinculado a la tradici¨®n espa?ola desde su llegada a nuestro pa¨ªs y cuyo quehacer pict¨®rico estar¨ªa directamente enraizado con la literatura m¨ªstica del momento. El descubrimiento de un manuscrito del pintor ha permitido un estudio, publicado por Mar¨ªas y Bustamante, acerca de sus ideas art¨ªsticas, al que se llega (y es la interpretaci¨®n m¨¢s reciente) a un juicio radicalmente distinto. El Greco ser¨ªa fundamentalmente un pintor de formaci¨®n y de ideas art¨ªsticas italianas y, en todo caso, muy vinculado a las tesis neoplat¨®nicas del momento y no, en ninguna manera, a la m¨ªstica hisp¨¢nica. Incluso no ser¨ªa en un sentido muy estricto un pintor de especial significaci¨®n religiosa.
es director general de Bellas Artes.
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