Los monasterios que cantan en gregoriano, nueva ruta de los espa?oles en Semana Santa
La Semana Santa de este a?o ha confirmado una tendencia insinuada en los ¨²ltimos meses: la vuelta de la m¨²sica gregoriana. Las caravanas de coches han abierto un nuevo surco en busca de uno de esos escasos lugares donde todav¨ªa se celebra el triduo pascual a la antigua usanza. Los j¨®venes, que s¨®lo han conocido del cantoral cat¨®lico los cantos posconciliares en castellano, se agolpan en los monasterios de Silos, El Paular, El Escorial o Valle de los Ca¨ªdos, descubriendo una m¨²sica nueva, en realidad, vieja de diez siglos.
Para el monje Alamo Mart¨ªnez, secretario del Centro Nacional de Difusi¨®n del Canto Gregoriano, ubicado en Silos, las razones de este revival gregoriano son m¨²ltiples. Unas son socioculturales, en el sentido de que hay que alimentar con nuevas sensaciones la siempre insatisfecha sensibilidad est¨¦tica. El cansancio por la m¨²sica moderna invita a una b¨²squeda de las ra¨ªces musicales, que pasan por el gregoriano. Otras pueden ser religiosas, algo as¨ª como si la modernizaci¨®n lit¨²rgica hubiera perdido en el camino una combinaci¨®n de texto, m¨²sica y lugar sagrado, que anta?o personific¨® el gregoriano.Lo cierto es que el pueblo de Silos se ha convertido todo ¨¦l, incluyendo las casas particulares, en un inmenso hotel, sin que el caminante que llega de cualquier parte de la Pen¨ªnsula encuentre una cama ni all¨ª ni en Covarrubias, Lerma y pueblos lim¨ªtrofes. "En la hospeder¨ªa del monasterio", nos dicen, "no hay habitaciones libres desde medio a?o antes de Semana Santa. Muchos las reservan de un a?o para otro". Los oficios del Jueves y Viernes Santo, as¨ª como los de la vigilia pascual, han sido en gregoriano, con alguna inclusi¨®n de m¨²sica polif¨®nica moderna de Crist¨®bal Halffter. Otro tanto ocurre en el Valle de los Ca¨ªdos. En El Escorial o El Paular, los monjes han buscado una mezcla de gregoriano, m¨²sica polif¨®nica cl¨¢sica y cantos modernos extra¨ªdos del nuevo ritual que la Iglesia cat¨®lica acaba de editar. El gregoriano se ha hecho fuerte en los monasterios de ¨®rdenes antiguas o en alguna aislada comunidad de monjas. Los conventos de los mendicantes, como el de los dominicos de Alcobendas, hace tiempo que cambiaron el lat¨ªn por el castellano.
Escasean los lugares donde se ejecute el gregoriano. La reforma lit¨²rgica propugnada por el Vaticano Il asest¨® un golpe mortal al exigir liturgias en lenguas vern¨¢culas y preferir las creaciones musicales modernas. De esta manera se acababa con una tradici¨®n secular en la que estaba mandado "que el gregoriano era el ¨²nico canto que pod¨ªan utilizar el celebrante, los ministros y con el que deb¨ªa responder el pueblo al celebrante". La invasi¨®n de la liturgia castellana desterr¨® de muchas peque?as comunidades, de la mayor¨ªa de los conventos de frailes, monjas y naturalmente de las parroquias, la m¨²sica gregoriana, que qued¨® confinada en algunos grandes monasterios. Y no en todos. En Montserrat, por ejemplo tambi¨¦n se abandon¨®, mientras se investiga sobre sus posibilidades de traducci¨®n al catal¨¢n.
El aggiornamento o actualizaci¨®n del catolicismo a los nlievos tiempos tambi¨¦n tiene que ver con la crisis del gregoriano. "Las nuevas corrientes", explica Luis Maldonado, especialista en liturgia,
privilegiaron la palabra sobre el s¨ªmbolo, la evangelizaci¨®n sobre el culto". Las reuniones de cat¨®licos se convirtieron en profusas celebraciones de la palabra, donde lo importante era extraer del evangelio las ense?anzas oportunas para entender el presente. La situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola en aquellos a?os daba a esas celebraciones un cariz militante, donde lo importante era la letra. Alg¨²n te¨®logo, como el alem¨¢n Metz, ha tachado esta exaltaci¨®n de la palabra como una discutible aproximaci¨®n del catolicismo al protestantismo, tan cercano a la burgues¨ªa, en detrimento de la carga pagana del catolicismo. donde el pueblo tiene su lugar de honor gracias a los s¨ªmbolos.
Ni el Cid pudo contra ¨¦l
El gregoriano se canta en lat¨ªn. Y el castellano, o el franc¨¦s lit¨²rgico, se hab¨ªa convertido en un s¨ªmbolo contra el centralismo romano y contra la resistencia del Vaticano al cambio de la Iglesia.No falt¨® celo beligerante en aquella sustituci¨®n de la lengua muerta por la viva. Inconscientemente se entroncaba con los or¨ªgenes del gregoriano, que era origliiariamente "el canto sagrado de la Iglesia romana", y que Roma quiso imponer a la cristiandad entera. En Espa?a, la liturgia aut¨®ctona, la moz¨¢rabe, opuso gran resistencia y hubo que convocar, en 1081, un concilio nacional, al que asistieron Alfonso VI, sus hermanas Urraca y Elvira y tambi¨¦n, dicen, el mism¨ªsimo Cid. All¨ª muri¨® el canto hisp¨¢nico aut¨®ctono a manos del gregoriano. Pero los tiempos del Vaticano II eran bien distintos. El ocaso del gregoriano no supuso la vuelta a los cantos moz¨¢rabes, sino una explosi¨®n de canciones ligeras de discutible calidad.La relegaci¨®n del canto gregoriaiio en el uso lit¨²rgico puso pronto en evidencia que su ausencia dejaba un vac¨ªo sentido por hombres de iglesia, pero tambi¨¦n por gente no necesariamente creyente. En Italia, sin ir m¨¢s lejos, se ha creado una liga laica para defensa del gregoriano en las iglesias, ante el temor de que los eclesi¨¢sticos no lo hagan. Al p¨²blico profano, interesado por este tipo de m¨²sica, s¨®lo le quedaba el consumo discogr¨¢fico. Primero, los monjes franceses de Solesmes, y luego, los benedictinos de Silos, han ido poniendo en el mercado la parte m¨¢s conocida del repertorio gregoriano. Estas producciones, junto al cl¨¢sico Officium hebdomadae sanctae, de Tom¨¢s Luis de Victoria, donde el gregoriano se desarrolla en m¨²sica polif¨®nica, resultan insuficientes para abastecer el gusto de muchos mel¨®manos actuales.
Algo est¨¢ cambiando respecto a la est¨¦tica religiosa. Al Centro Gregoriano de Silos, los que acuden no son seminaristas, como antes, sino estudiantes del conservatorio, directores de orquestas y compositores. Los monjes benedictinos, que tantas modas han visto pasar por delante de su portal, no descartan que en este revival del gregoriano haya una buena parte de esnobismo, pero puede que sea una vuelta a las fuentes. "El gregoriano es ante todo m¨²sica", dice,el director de la escolan¨ªa del monasterio de El Escorial "buena m¨²sica, que embarga la sensibilidad de la persona entera por su belleza y espiritualidad".
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