La Iglesia polaca quiere lograr la 'concordia nacional'
Tras esperar en vano durante cuatro meses un gesto por parte del poder tendente a reanudar el di¨¢logo con la sociedad, roto por la proclamaci¨®n de la ley marcial el 13 de diciembre de 1981, la jerarqu¨ªa cat¨®lica polaca ha tomado la iniciativa de propiciar un amplio debate sobre la concordia nacional.Esta iniciativa, cuyos detalles no han sido todav¨ªa divulgados, fue formulada por primera vez el domingo con motivo de la misa solemne de Pascua celebrada en la catedral San Juan de Varsovia por el primado de Polonia, mose?or Josef Glemp, que declar¨®: "La Iglesia considera que la concordia nacional es posible".
Monse?or Glemp precis¨® que un documento en el que expone la concepci¨®n que tiene la Iglesia de la concordia nacional hab¨ªa sido preparado por el consejo social del episcopado, integrado principalmente por laicos.
"El que se interesa por el problema de la concordia nacional podr¨¢ expresarse sobre este tema, porque lo que deseamos es decir lo que nos hace da?o y mostrar que es posible realizar un esfuerzo conjunto", dijo monse?or Glemp.
Esta iniciativa de la Iglesia se produce cuando la situaci¨®n pol¨ªtica polaca se encuentra completamente bloqueada. El Gobierno no parece haber encontrado todav¨ªa ninguna base social sobre la que apoyarse, mientras persiste el estancamiento econ¨®mico.
Esta propuesta eclesi¨¢stica se sit¨²a en paralelo al intento de las autoridades de asociar parcialmente el poder a la intelligentsia moderada creando, por ejemplo, un consejo socioecon¨®mico de aseoramiento de la Dieta (Parlamento) y un consejo social consultivo que deber¨¢ colaborar con el Gobierno.
En el seno del POUP, el enfrentamiento entre los "duros" y los "moderados", que ya paraliz¨® al poder durante todo el a?o pasado, parecen haberse agudizado. A prop¨®sito, por ejemplo, del estado de sitio son p¨²blicas las discrepancias entre aquellos que consideran que su implantaci¨®n constituye una soluci¨®n aplicable casi indefinidamente y los que opinan que se trata de un mero instrumento, que permitir¨¢ reanudar el di¨¢logo.
El aspecto visible del estado de sitio, caracterizado por la presencia de carros de combate y patrullas militares, ha desaparecido de las calles. No obstante, la aplicaci¨®n de la ley marcial sigue permitiendo imponer a los ciudadanos acusados de fomentar huelgas o repartidores de octavillas fuertes multas, cuando no son internados.
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