Nehemiah no ser¨¢ campe¨®n ol¨ªmpico por 60 millones
El deporte aficionado -supuestamente, sin remuneraci¨®n- que se mueve cada d¨ªa m¨¢s en el peligroso filo de la navaja hacia el profesionalismo, acaba de perder un nuevo y prestigioso miembro de su elite. El paso del recordman mundial de 110 metros vallas, el norteamericano Reinaldo Nehemiah, al f¨²tbol-rugby no es el primer abandono del atletismo, deporte-rey ol¨ªmpico, por una actividad lucrativa. Muchos atletas han tratado de asegurar su porvenir en otra modalidad. Nehemiah cobrar¨¢ en los San Francisco 49ers, equipo ganador en enero pasado de la Super Bowl, campeonato nacional, 500.000 d¨®lares por cuatro a?os, m¨¢s una prima de 100.000, es decir, unos 60 millones de pesetas. Cambia por dinero un casi seguro t¨ªtulo ol¨ªmpico.
Harold Abrahams, campe¨®n ol¨ªmpico brit¨¢nico de 100 metros lisos en los Juegos de Par¨ªs, 1924, tuvo problemas en su tiempo por querer contar con el mejor preparador de velocistas, algo que se consideraba profesionalismo, pero que le dio resultado para llegar a su gran meta: lograr la medalla de oro. En Carros de fuego, la pel¨ªcula que acaba de ganar cuatro Oscar -y que pas¨® lamentablemente inadvertida hace unos meses, en versi¨®n original, durante su primera proyecci¨®n en Espa?a- se plantea este primer inter¨¦s, en contraste con el amateurismo total, incluso religioso, del pastor escoc¨¦s Eric Liddell, vencedor en los 400 metros y medalla de bronce en los 200.Abrahams, sexto en ¨¦sta ¨²ltima prueba se convirti¨® en el primer ganador europeo de la prueba reina de los Juegos Ol¨ªmpicos. Despu¨¦s s¨®lo lo conseguir¨ªan Armin Hary, en Roma, 1960, y Alan WelIs, otro escoc¨¦s, en Mosc¨², 1980. Abrahams, que caus¨® sensaci¨®n al imponerse a los dos velocistas blancos favoritos, Paddock y SchoIz, abandon¨® el atletismo al a?o siguiente tras fracturarse una pierna. A continuaci¨®n, fue periodista deportivo y se distingui¨® en cargos directivos de su deporte, nacionales e internacionales. Comparado con 1982 fue un aficionado pur¨ªsimo. Muri¨® en 1978, a la edad de 78 a?os, y ya pudo comprobar claramente el cambio de los tiempos.
Una relaci¨®n m¨¢s directa con el profesionalismo hizo perder la primera medalla de oro ol¨ªmpica de decatl¨®n, disputada en Estocolmo, 1912, a Jim Thorpe, indio sioux norteamericano llamado Wa Tho Huck -Sendero Esplendoroso- y acab¨® con la carrera de un atleta considerado entre los grandes de todos los tiempos. Thorpe hab¨ªa jugado al beisbol para sobrevivir, cuatro a?os antes, por 60 d¨®lares mensuales, y al publicarse esto en un diario norteamericano, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional le exigi¨® la devoluci¨®n del trofeo. Hab¨ªa sumado 6.756 puntos, nuevo r¨¦cord mundial, con marcas excepcionales para su ¨¦poca, muy destacado del segundo y beneficiado, el sueco Wieslander, que no quiso aceptar la medalla. Otros atletas famosos, como Paavo Nurmi o Jesse Owens, acabaron por dejar tambi¨¦n el atletismo ante ofertas de exhibiciones.
Bob Hayes, pionero
La diferenciaci¨®n entre el deporte aficionado -con posibilidad de ser ol¨ªmpico- y el profesional, ha planteado siempre problemas y pol¨¦micas, pero l¨®gicamente, los casos aislados anteriores, en atletas y deportes, han ido proliferando. La comercializaci¨®n del deporte espect¨¢culo, en general, ha sido inevitable. La regla 26 de la reglamentaci¨®n ol¨ªmpica ha estado continuamente sometida a debate. Sanciones a figuras y recordmen mundiales como Guy Drut o Dwight Stones, que confesaron abiertamente recibir dinero, podr¨ªan sonrojar a los actuales Steve Ovett y Sebastian Coe. Por ello, al margen del frustrado intento del atletismo profesional en la d¨¦cada de los 70 -en el que intervinieron figuras como Ryun, Evans o Keino- en la anterior de los 60 ya se produjeron las primeras salidas de atletas en busca de conseguir dinero con sus m¨²sculos.El f¨²tbol-rugby americano ha recurrido desde siempre a los velocistas con un f¨ªsico potente. Entre los m¨¢s conocidos, de los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, 1964, surgi¨®, para triunfar en los famosos Dallas Cowboys, Bob Hayes -1,83 metros, 87 kilos- primer hombre en correr los 100 metros en diez segundos. De M¨¦xico-68 -tal vez los mejores Juegos, como el Mundial de f¨²tbol del 70- pero ya con menos suerte, pasaron los ganadores del hect¨®metro, Jim Hines -1,83, 81 kilos, a¨²n con el r¨¦cord de 9.9 en su poder, que pas¨® a los Dolphins de Miami- y de 200, Tommie Smith -1,90, 78 kilos-. Este y John Carlos se autopromovieron a¨²n m¨¢s con el black power de la ¨¦poca.
Reinaldo Neherniah, ¨²nico atleta que ha bajado de los 13 segundos en los 110 metros vallas, con 12.93 -y viento contrario de 0,2 metros por segundo, el 19 de agosto de 1981- dominaba la prueba ampliamente desde hace a?os. Ser¨¢ otro gran atleta sin t¨ªtulo ol¨ªmpico, pues ya estuvo ausente de Mosc¨²-80 por el boicoteo. A sus 23 a?os, con 1,85 metros y 80 kilos, puede ser el wind receiver ideal, el extremo que recibe los pases largos del distribuidor de juego en el f¨²tbol-rugby americano. Empez¨® a practicar este deporte como aficionado en la Universidad de Maryland, en 1977 y no lo hab¨ªa dejado totalmente nunca. En los ¨²ltimos meses se ha entrenado y probado con ocho equipos profesionales de la National Football League.
Los 600.000 d¨®lares que percibir¨¢ dejan bien pequefios los 25.000 de Hayes o los 75.000 de Hines, por ejemplo. Trabajaba como asesor t¨¦cnico de la casa Puma, pero ha preferido acompa?ar a la fama con m¨¢s dinero.
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