Los males del SPD
EL APARENTE triunfo del canciller Schimdt en el congreso del partido socialdem¨®crata (SPD) de Alemania Federal no empa?a la amargura y frialdad registradas en las sesiones (?el congreso. A los socialdem¨®cratas se les han ido en tras a?os el 33% de los electores en potencia. Han pasado pocos a la coalici¨®n adversa -que tambi¨¦n sufre del mal de la incongruencia-, y muchos van hac¨ªa el partido liberal, ahora coaligado con la socialdemocracia, pero que podr¨ªa cambiar de alianza. Muchos, tambi¨¦n, a las ideas nuevas: el ecologismo -los verdes-, el movimiento pacifista, que se ha visto derrotado en toda l¨ªnea en las proposiciones del congreso pero de cuya pujanza y futuro quiz¨¢ no son suficiente muestra los resultados de esta asamblea, dominada finalmente por el aparato de un partido que se sienta en el gobierno -fronteras ¨¦stas, la del partido en el poder y el poder del ejecutivo mismo, a veces dif¨ªciles de delimitar-. Si hubiera elecciones hoy, seg¨²n los sondeos realizados antes de este congreso socialdem¨®crata, el 50% de los votos ser¨ªa para la derecha (cristianodem¨®cratas y crist¨ªanosociales), 33% a los socialdem¨®cratas, 10% a sus actuales aliados, los liberales, 6% a los ecologistas (encuesta de Emnid). Nunca estuvo tan mal la socialdemocracia ni tan desasistido el Gobierno de la Rep¨²blica Federal.Schmldt ha tratado en estos ¨²ltimos a?os de equilibrar las distintas opciones dentro del partido. Una f¨®rmula desdichadamente conocida por todos -aqu¨ª, en Espa?a- es la de apartar temas conflictivos. La implantaci¨®n de los misiles europeos es uno de ¨¦stos: Schmidt ha hurtado un debate claro para evitar el desgarro interno entre los partidarios y los adversarios. El congreso le ha dado sin embargo finalmente la raz¨®n. Los cohetes se instalar¨¢n en su pa¨ªs. Otro es el del tema ecologista: Schmidt no ha querido da?ar a las grandes industrias, pero tampoco polemizar con quienes protestan por el deterioro del ambiente y ha dejado pasar el tema. Nuevamente las tesis de estos han sido derrotadas. En las resoluciones adoptadas por el congreso para luchar contra el pero encontrar¨¢ adem¨¢s ahora un nuevo frente de disensi¨®n con sus aliados liberales en el gobierno. Alberga ahora el canciller un gran sue?o que, repitamos, no es s¨®lo suyo, sino que aparece en todas partes: convertir su partido en un movimiento, es decir, en una organizaci¨®n pluralista donde quepan ideolog¨ªas relativamente diferentes, donde se puedan tener puntos de vista diversos sobre las grandes cuestiones nacionales, sin que ello lleve a la divisi¨®n funesta y sin que destruya la unanimidad a la hora de votar. Los resultados del congreso parecen favorecerle y a pesar de su mermada salud puede decirse que las perspectivas son ahora para ¨¦l relativamente mejores.
La principal preocupaci¨®n del congreso socialdem¨®crata era rehacer la unidad perdida, vitalizar su estructura; sin dejarle que se escape por la izquierda, sin que nada incite a los liberales a abandonar la coalici¨®n. Algo de esto puede decirse que se ha conseguido. Se le ha renovado la confianza a Schmidt, pero este tiene todo el derecho a suponer que sus problemas no han acabado definitivamente. Son las pr¨®ximas elecciones de algunos estados -Hamburgo en junio y Hesse en septiembre- las que pueden orientar el rumbo inmediato de la pol¨ªtica alemana. Estas elecciones de los lander vienen siendo fatales para la socialdemocracia desde hace alg¨²n tiempo, pues en todas parece perder votos e implantaci¨®n electoral. Cada uno de estos acontecimientos ha sido considerado como un episodio. La palabra es de Brandt, refiri¨¦ndose tambi¨¦n a la actual crisis del partido, para la que tuvo en el congreso una de esas frases tan frecuentes en las malas situaciones: "La vida es una cadena de crisis y tambi¨¦n de miedos, pero es importante no abandonar el campo a los charlatanes, a los profesionales de la crisis".
Podr¨ªa este episodio ser el ¨²ltimo para Schmidt en las elecciones generales. En cualquier caso, su imagen vacilante de los ¨²ltimos tiempos parece solamente un reflejo de la misma vacilaci¨®n de la sociedad que gobierna. El ascenso liberal y la decepci¨®n por el programa de la socialdemocracia son algo palpables hoy en la Rep¨²blica Federal.
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