La cogida de Mario Triana no disculpa a los responsables del fraude
La cogida de Mario Triana, al final del festejo, le hizo un gui?o al fraude que se coc¨ªa bajo el sol en la ma?ana de La Maestranza. Esa cogida vino de forma casi inesperada. Toreaba Triana por naturales y el toro se le col¨®, quiz¨¢ porque se le hab¨ªan doblado las manos. Pero aquello seguramente avis¨¦ al animal, que solo acept¨® dos pases m¨¢s. Al tercero, prendi¨® al diestro por un muslo y le tiro un ga?af¨®n terrible al rostro que¨ª por fortuna, no le alcanz¨®.Sangraba escandalosamente la herida de Mario Triana, que se retorc¨ªa con gestos de dolor, y le trasladaron a la enfermer¨ªa. Manolo Cort¨¦s se limit¨® a cuadrar al toro y matarlo. Como al grito de ?turut¨² el ¨²ltimo!", salimos a escape de La Maestranza. Nos hab¨ªan tomado el pelo. Para empezar, no hubo rebaja sobre el precio de los boletos, que correspond¨ªan a la corrida del pasado d¨ªa 18, aplazada por las inclemencias del tiempo.
Plaza de Sevilla
Treinta de Abril (por la ma?ana). S¨¦ptima corrida de feria.Toros de Jos¨¦ Luis Osborne, escasos de trap¨ªo, flojos, aborregados. Manolo Cort¨¦s: dos pinchazos y otro hondo (palmas y saludos). Media (silencio). Estocada trasera (silencio). Macandro: seispinchazos (aplausos y saludos). Bajonazo (palmas y saludos). Mario Triana: media muy baja y dos descabellos (silencio). Cogido por el sexto. Parte facultativo: Mario Triana sufre cornada en cara interna tercio inferior del muslo izquierdo, con dos trayectorias. Una, hacia abajo, rompe aponeurosis y m¨²sculo vasto interno y llega a cara posterior de la rodilla; otra, hacia arriba, rompe fibra del mismo m¨²sculo. Pron¨®stico reservado.
De esta forma, los de sombra pagamos precios de sombra, que adem¨¢s en esta plaza son car¨ªsimos, y nos achicharramos al sol. El sol de Andaluc¨ªa ca¨ªa de plano, derramando fuego sobre el tendido. Y luego vino aquella ruina de toros. Unos toros que no ten¨ªan el trap¨ªo que exigen plazas de primera ca:tegor¨ªa, entre las cuales se alinea la Maestranza.
El aburrimiento m¨¢s insoportable eman¨® del albero durante toda la ma?ana. Igual que el Torrestrella del que hablamos ayer, uno de los Osborne, el cuarto, se fue a tablas, donde permaneci¨® un rato haciendo el Don Tancredo, y cuando le vino en gana se sent¨®. Parec¨ªa un perro. Manolo Cort¨¦s, en lugar de citarle con la muleta debi¨® tirarle un hueso.
El toro de la cogida derrib¨® y ambos incidentes, cogida y derribo, constituyeron lo ¨²nico destacable a lo largo de los 110 minutos que dur¨® la insolaci¨®n. S¨ª, corrida de insolaci¨®n por todos los conceptos era aquella, en la que no hubo lance, ni pase, ni nada que conformara las ense?anzas y los c¨¢nones.
Cort¨¦s porfi¨® gratuitamente al mormolillo que se hac¨ªa el perro, mientras al borrego que le correspondi¨® en primer lugar lo lance¨® a la ver¨®nica dando el saltito atr¨¢s, y con la muleta se pon¨ªa de perfil, la pierna contraria retrasada, echaba por delante el pico del enga?o y, a pesar de tantas precauciones, era incapaz de timplar. Torero de reconocido oficio, daba la sensaci¨®n de ser un inexperto, medroso e indiferente pegapases. Puede que la escasez de contratos le haya quitado la ilusi¨®n a este diestro.
M¨¢s esp¨ªritu aport¨® Macandro, lo cual se le agradece, y es justo anotar el empaque con que instrument¨® un trincherazo, en los proleg¨®menos de su primer trasteo. Sin embargo, de ah¨ª en adelante la decorosilla faena fue a menos. Hubo pases aceptables, que afeaba con el pico, y se embarull¨® en las postrimer¨ªas. El quinto era un borrego m¨¢s en la tarde, por a?adidura inv¨¢lido, al que Macandro aplic¨® un muleteo voluntarioso.
A Mar¨ªo Triana apenas se le pudo ver. Su primer toro no se ten¨ªa en pie. Al segundo muletazo rod¨® por la arena, se qued¨® tieso, y lo tuvieron que enderezar tir¨¢ndole del rabo. Era imposible torearle. Al sexto, que por el esfuerzo de derribar un caballo devino enpasta di tallarini, apenas lo pudieron picar. Pose¨ªa casta, y peg¨® la cornada.
Taurinos de toda laya tienen, con este suceso, argumento para justificar el fraude. A saber y a t¨ªtulo de ejemplo: "Dec¨ªan que eran chicos los Osborne, pero que se lo pregunten a Mario Triana, el pobre". Hombre, claro, los toros cogen, y con m¨¢s probabilidad a los toreros que a los espectadores. Lo cual no exime de responssabilidades a los organizadores de la matinal sevillana, que fue un fraude, desde el precio de las localidades hastas las carecter¨ªsticas de las reses, Se supone que para estos menesteres en Sevilla habr¨¢ autoridad. S¨®lo se supone.
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