Prote¨ªnas para el mundo

La principal causa de la muerte de millones y millones de seres humanos en todo el inundo es la escasez de prote¨ªnas.Esa escasez alarmante que da origen al hambre, a la desnutrici¨®n, a la enfermedad y a la muerte.

Cuando iniciamos nuestras investigaciones para aumentar el contenido de prote¨ªna en las plantas de inter¨¦s agr¨ªcola hace cuarenta a?os, era ya un grave problema que nos dol¨ªa, lo hab¨ªa sido durante siglos, lo es hoy y creemos que, a pesar de las grandes perspectivas de nuestra investigaci¨®n y de la important¨ªsima que hoy se hace en el mundo (incluidas las de la incipiente ingenier¨ªa gen¨¦tica), no ser¨¢n los dirigentes mundiales capaces de tener alma para el dolor ajeno y seguir¨¢n destruyendo alimentos, manipul¨¢ndolos o reduciendo las producciones, insensibles al hambre de los pobres. La poblaci¨®n mundial aumenta constantemente y calculan que para el a?o 2000 ¨¦sta ser¨¢ superior a los 5.000 millones de seres humanos. El consumo de prote¨ªna vegetal en el mundo es superior al 70% del total, que en gran parte procede de los cereales, que tambi¨¦n contribuyen en gran parte a la producci¨®n de la prote¨ªna animal que consume el hombre.

Por tanto, es l¨®gico pensar en satisfacer no s¨®lo las necesidades de prote¨ªna que necesitan los humanos, sino tambi¨¦n en las que precisa el ganado, cuyo desarrollo debe ser paralelo al creciente aumento de la poblaci¨®n mundial. Uno de los grandes temas, quiz¨¢ el primero de los temas actuales, es el de buscar nuevas fuentes de prote¨ªna que puedan cubrir las necesidades mundiales, y creemos firmemente que una de estas fuentes, quiz¨¢ la m¨¢s racional y eficaz, es la de obtener nuevas variedades de plantas, especialmente cereales, con altos niveles de prote¨ªna.

Fundamentamos nuestra afirmaci¨®n en el ¨¦xito de nuestras largas investigaciones en cereales (y el de las que paralelamente se hacen en el mundo), en las que hacemos intervenir g¨¦neros y especies diferentes a las que mejoramos, que de ordinario son plantas silvestres. Hemos alcanzado en trigos niveles de prote¨ªna superiores al 25% y contenidos de lisina en prote¨ªna de m¨¢s de 4,50, y esperamos confirmar niveles superiores. La, media normal de las variedades cultivadas est¨¢ comprendida entre el 9% y el 13% de prote¨ªna y 2,50 a 3 de lisina.

Las cifras que anteceden son claramente significativas y creemos haber transferido ya niveles superiores al 30% de prote¨ªna. Estas nuevas obtenciones y otras mundiales no necesitan ninguna manipulaci¨®n para tener la m¨¢s alta calidad y valor nutritivo, ser¨¢n producidas por agricultores en el medio y con procedimientos normales, y su distribuci¨®n se har¨¢ pr¨¢cticamente innecesaria porque se producir¨¢n en todo el mundo.

Estas investigaciones, que han necesitado un largo y no f¨¢cil per¨ªodo de desarrollo, nos han permitido obtener resultados extraordinarios, entre los que vamos a destacar los que siguen:

- La transferencia al trigo y a otras especies del alto contenido de prote¨ªna y lisina que poseen los g¨¦neros y especies silvestres utilizados en nuestra investigaci¨®n.

- La rusticidad, resistencia a sequ¨ªa y a enfermedades propias de las especies empleadas.

- La alta calidad de nuestros trigos que han intervenido en la mejora.

- El enanismo originado en nuestros cruzamientos sin riffiguna intervenci¨®n de enanos de otro origen.

- El aumento del valor nutritivo de los cereales que mejoramos, por los mayores niveles de prote¨ªna conseguidos.

- Las grandes posibilidades de reducir las importaciones de prote¨ªna (soja, etc¨¦tera), que podr¨¢ ser suplida con la prote¨ªna adicional de los nuevos trigos en alimentaci¨®n humana y animal.

- Y, sobre todo, el valor del nuevo material gen¨¦tico que hemos originado, cuyo potencial de mejora es de tal magnitud que es previsible que en esta nueva era se alcancen l¨ªmites insospechados para hacer del trigo y de los otros cereales plantas mucho m¨¢s valiosas. Nos permitimos hacer unos comentarios un tanto informales relacionados con la incipiente ingenier¨ªa gen¨¦tica, investigaci¨®n que admiramos, pero que quiz¨¢ encierra fundamentales peligros para el hombre si no se controla seriamente.

Cuando se conoce el alcance de una investigaci¨®n que puede reducir tan grave escasez de prote¨ªna, que adem¨¢s produce prote¨ªna de alto valor biol¨®gico; que no ser¨¢ nunca prote¨ªna manipulada ni dirigida por multi-internacionales, sino creada por agricultores naturalmente, que dar¨¢ productos de gran calidad, que su distribuci¨®n, entre otras muchas m¨¢s cosas, no ser¨¢ tan f¨¢cilmente manejada, y aunque no parece muy pr¨®xima su fabricaci¨®n empezamos a sentir miedo de un futuro no bien conocido a¨²n. Pensamos que la investigaci¨®n espa?ola contribuir¨¢, si tiene ¨¦xito, a que esas multi-internacionales aprovechen econ¨®micamente esa investigaci¨®n que pagar¨¢n los espa?oles.

Hay una especie de fiebre en los dirigentes cient¨ªficos espa?oles para acelerar ese proceso de investigaci¨®n de ingenier¨ªa gen¨¦tica en muchos aspectos, y nos parece que abandonar¨¢ o descuidar¨¢ otras investigaciones m¨¢s cercanas y reales que necesitan inversiones menores. Es muy pronto para formar un juicio acertado, pero no debe olvidarse que es cada d¨ªa m¨¢s importante la salud, el mejor sabor de los alimentos y la fabricaci¨®n natural, sin manipulaci¨®nes, de unos y de otros, a las que estamos hoy habituados.

es director del centro Investigaci¨®n y Mejora Gen¨¦tica de Plantas de Montemediano. La Rioja.