Tejero fue expulsado de la sala por declarar su desprecio a "gran parte de los mandos militares"
En la ultima sesi¨®n del juicio oral de la causa seguida contra los 33 procesados por el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, que qued¨® ayer vista para sentencia, el teniente coronel Antonio Tejero Molina fue expulsado de la sala por declarar "su desprecio a gran parte de los mandos militares, por su cobard¨ªa y traici¨®n a la Patria", y el teniente general Milans del Bosch insisti¨® en que "en id¨¦nticas circunstancias volver¨ªa actuar como lo hizo en aquel 23-F".
La sesi¨®n, que dur¨® dos horas, fue pr¨®diga en incidentes protagonizados por. el p¨²blico, que provoc¨® las intervenciones del presidente del Tribunal, quien orden¨® tambi¨¦n la expulsi¨®n de una veintena de personas que ocupaban los bancos destinados a los invitados. La sentencia se dar¨¢ a conocer en el plazo de ocho d¨ªas.Nada m¨¢s iniciarse la sesi¨®n de ayer, el presidente del Tribunal, teniente general G¨®mez de Salazar, cedi¨® la palabra al fiscal togado, general Torrente Claver, por si ten¨ªa algo que a?adir con respecto a sus conclusiones definitivas. Como, ¨¦ste declinara hacer nuevas ampliaciones, el teniente general Milans del Bosch inici¨® la fase de alegaciones de los procesados.
El principal implicado en la intentona golpista, que ten¨ªa escrito su alegato en unos folios, dijo, entre otras cosas, que "a principio de 1981, la situaci¨®n de Espa?a era, y sigue siendo ahora, m¨¢s grave que en 1936". "Muchos militares", afirm¨®, "pens¨¢bamos en 1981 que, bajo el mando del jefe supremo de las Fuerzas Armadas, pod¨ªamos propiciar un golpe de tim¨®n. Esta es la verdad de esta causa. y lo dem¨¢s son detalles".
Dijo luego Milans que el 23-F tuvo la certeza de que su actitud estaba respaldada por la m¨¢s alta magistratura del Estado. "Quiero", a?adi¨®, "afrontar mi responsabilidad en esos hechos y me gustar¨ªa relevar de la suya a quienes participaron en ellos por obediencia, compa?erismo o patriotismo. Para quienes no afrontan su responsabilidad, vaya todo mi desprecio. Quiero decir", concluy¨®, "que, en id¨¦nticas circunstancias, volver¨ªa a actuar como en aquel 23 de febrero".
Que Dios ilumine al Tribunal
Medio minuto utiliz¨® el general Armada para se?alar que nada
Tejero fu¨¦ expulsado de la sala por declarar su desprecio a "gran parte de los mandos militares"
nuevo ten¨ªa que alegar y que en su vida "siempre asumi¨® la responsabilidad, pero no pod¨ªa asumir la de los dem¨¢s". El general acab¨® su breve intervenci¨®n manifestando su confianza en un futuro de paz y concordia para Espa?a.Declar¨® despu¨¦s, en su alegato, el general Luis Torres Rojas que actu¨® el 23-F creyendo cumplir las ¨®rdenes del Rey y por amor a Espa?a. Pidi¨® a Dios que ilumine al Tribunal "por el bien de la justicia y de Espa?a" e hizo votos "para que permanezca la integridad espa?ola, como dice la Constituci¨®n.
El capit¨¢n de nav¨ªo Camilo Men¨¦ndez destac¨® el comportamiento que con respecto a su persona hab¨ªa mostrado la Marina real en contraste con la oficial, "que me ha tratado duramente". "El 23 de febrero", dijo, "fui al Congreso consciente de lo que arriesgaba f¨ªsica y procesalmente. Fui al Congreso por compa?erismo hacia ese gran hombre que es Antonio Tejero Molina, a quien quiero m¨¢s desde que estamos aqu¨ª". Tras asumir su responsabilidad en los hechos, cerr¨® con una cita de Lope de Vega su intervenci¨®n, que fue acogida con algunos aplausos del p¨²blico.
En su alegato, que fue el m¨¢s largo de la sesi¨®n, el coronel San Mart¨ªn empez¨® por afirmar que ten¨ªa la conciencia tranquila. Dijo luego que es cierto que en la Divisi¨®n Acorazada Brunete se produjo malestar el 23-F cuando se recibi¨® la orden de acuartelar las tropas. "En este sentido", preciso, "tengo que decir que el 6 de noviembre de 1980 el jefe de la Divisi¨®n transmiti¨® al capit¨¢n general de Madrid un escrito en el que se dec¨ªa que los mandos de la unidad, ante la situaci¨®n terrorista, entend¨ªan que hab¨ªa llegado la hora de actuar".
"El 18 de febrero de 1981", a?adi¨®, "se remiti¨® al capit¨¢n general, por conducto reglamentario, una comunicaci¨®n en la que se expresaba el malestar por el tratamiento dado en las Cortes al "caso Arregui". Poco antes, el capit¨¢n general me pidi¨® que transmitiera, al Rey, durante una audiencia, que el Ej¨¦rcito estaba algo irritado por la situaci¨®n pol¨ªtica".
San Mart¨ªn indic¨® tambi¨¦n que era falso que se quisiera involucrar al Rey en el 23-F. "Hicimos lo que hicimos", declar¨®, "porque cre¨ªamos que eran ¨®rdenes de Su Majestad y le obedecimos cuando conocimos que su voluntad no era ¨¦sa. ?D¨®nde est¨¢ entonces la rebeli¨®n?". El coronel procesado dijo que asum¨ªa la responsabilidad de cuanto hicieron sus subordinados, en cuanto que miembros del Estado Mayor, y pidi¨® al Tribunal que los exonere de responsabilidad y les permita incorporarse al Ej¨¦rcito. "No me consolar¨ªa", concluy¨®, "un indulto. Tengo esperanza en la justicia, creo en ella y quiero seguir creyendo en ella y no espero medidas de gracia".
El segundo jefe de la Capitan¨ªa General de Valencia el 23-F, el coronel Ib¨¢?ez Ingl¨¦s, rechaz¨® en su intervenci¨®n la imputaci¨®n que se le hace de invocar el nombre del Rey para eludir sus responsabilidades. "En mi vida privada y profesional", enfatiz¨®, "nunca he involucrado ni perjudicado a terceros. Si cit¨¦ al Rey en mis declaraciones fue por lo que aseguraron el teniente general Milans , quien nunca miente, y el general Armada, as¨ª como otros que vinieron a verme y me aconsejaron". El procesado cerr¨® su alegato con el grito "Viva por siempre Espa?a".
Despu¨¦s de que el coronel Manchado afirmara que el 23-F se le requiri¨® para prestar un servicio que era querido por el Rey, se cit¨® al teniente coronel Tejero. Este, en posici¨®n militar de firmes, dijo con voz contundente: "En estas mis ¨²ltimas palabras en este proceso quiero manifestar a gran parte de los mandos militares mi desprecio por su cobard¨ªa". Mientras algunos familiares del teniente coronel y de otros procesados recog¨ªan las palabras de Tejero con gritos de "S¨ª se?or" y "Bravo", el presidente del Tribunal orden¨® a Tejero que abandonara la Sala y rog¨® a la Polic¨ªa Militar que expulsara a las personas del p¨²blico que alborotaban. Una mujer grit¨® "traidores", cuando era retirada del local. El abogado de Tejero, Angel L¨®pez Montero, abandon¨® tambi¨¦n la Sala.
Milans del Bosch, insisti¨® en que actu¨® con honor y obediencia a su superior. "Cre¨ª que el Rey deseaba lo que iba a suceder el 23-F, porque as¨ª me lo hab¨ªa asegurado mi general y porque un general de la III Regi¨®n Militar, tras una audiencia en la Zarzuela, trajo a Valencia el encargo del Rey de comunicarle al capit¨¢n general que 'no pasaba nada'. Este general fue propuesto como testigo, pero el Tribunal lo rechaz¨®".
En una intervenci¨®n posterior, el comandante Pardo Zancada afirm¨® que no se arrepent¨ªa de haber conducido una columna de Polic¨ªa Militar al Congreso el 23-F. "No le guardo rencor a nadie", manifest¨®, "ni siquiera a los que, con su conducta cambiante, han hecho posible que estemos sentados en el banquillo". Tras referirse a su confianza de que el Tribunal dar¨¢ un veredicto justo -"tengo la confianza de que no violentar¨¦is este uniforme"- asumi¨® la responsabilidad de los capitanes que estaban a sus ¨®rdenes en la ocupaci¨®n del Congreso.
Intervino luego el comandante Cortina, quien, como hizo a lo largo del juicio, neg¨® toda participaci¨®n en la preparaci¨®n o realizaci¨®n del golpe. "Personas honorables han insinuado acciones innobles que manchan el nombre de un importante organismo de la defensa nacional. Quiero decir", a?adi¨®, "que el CESID ni era competente ni tuvo intervenci¨®n en los sucesos del 23 de febrero. Yo he realizado misiones en defensa de la seguridad y libertad de los espa?oles, pero nadie me orden¨® que provocara nada en relaci¨®n con los hechos que se juzgan ni concibo que la orden de hacerla se diera".
El capit¨¢n Bobis agradeci¨® a Tejero su comportamiento y dijo que le gustar¨ªa correr la misma suerte que ¨¦ste y que Pardo Zancada. Despu¨¦s dio gracias a Dios por haberle permitido nacer en Espa?a y pertenecer a la Guardia Civil. El capit¨¢n Cid Fortea se limit¨® a recitar una estrofa del himno de Intendencia, cuerpo al que pertenece. La composici¨®n del himno, dijo el procesado, la hizo su abuelo paterno.
El capit¨¢n Abad subray¨® su dolor por el hecho de que los tenientes bajo su mando estuvieran procesados y solicit¨® su absoluci¨®n. El capit¨¢n Mu?ecas insisti¨® en que el 23-F se le hab¨ªa requerido para hacer un servicio por Espa?a y reiter¨® que no hubiera consentido a sus tenientes que desobedecieran sus ¨®rdenes. Los capitanes G¨®mez Iglesias, Alvarez Arenas e Ignacio Rom¨¢n rehusaron hacer alegatos, por lo que se entr¨® en el turno de los tenientes.
El teniente Pedro Izquierdo s¨®lo dijo que se sent¨ªa orgulloso de encontrarse entre los procesados y, antes de regresar a su asiento, se cuadr¨® militarmente delante del teniente general Mil¨¢ns del Bosch. El teniente Carricondo, el m¨¢s joven de los procesados, dijo que no hab¨ªa cometido ni intentado cometer un delito de rebeli¨®n militar. "Tengo muy presente mi amor a Espa?a y mi fidelidad al Rey, adem¨¢s del sentido de la disciplina, que es indispensable en la Guardia Civil", a?adi¨®.
Tras las alegaciones de los capitanes y tenientes procesados, tom¨® la palabra el civil Juan Garc¨ªa Carr¨¦s, quien dedic¨® su alegato a denunciar su estancia en la c¨¢rcel de Carabanchel, "donde estuve sometido a toda clase de vejaciones y padecimientos f¨ªsicos y morales. El trato recibido", dijo, "ha sido injusto e inconstitucional". Manifest¨® luego que en aquella Sala se hab¨ªa demostrado que no hab¨ªa existido delito y s¨ª estado de necesidad.
Concluida su intervenci¨®n, el presidente del Tribunal declar¨® la causa vista para sentencia. A partir de hoy se abre el per¨ªodo de ocho d¨ªas h¨¢biles que tiene el Consejo Supremo de Justicia Militar para emitir su veredicto.
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