El Aston Villa, injusto campe¨®n de Europa
El Aston Villa es el cuarto equipo ingl¨¦s que inscribe su nombre en el palmar¨¦s de la Copa de Europa de campeones de Liga. Antes lo hicieron Manchester United (1968), Liverpool (1977, 78 y 81) y Nottingham Forest (1979 y 80). Para proclamarse campe¨®n, el equipo ingl¨¦s tuvo que aliarse con la suerte, como declar¨® su entrenador Barton: "el secreto del triunfo, disciplina energ¨ªa, y suerte".El Bayern perdi¨® la ocasi¨®n de alzarse con un nuevo t¨ªtulo europeo, y quiz¨¢s cuando realiz¨® m¨¢s m¨¦ritos. Pudo hasta golear. El Aston Villa se presentaba como v¨ªctima, y como tal jug¨®; pendiente de los marcajes, sin arriesgar y a la contra. El Bayern tampoco sali¨® al paso, tambi¨¦n agazapado. As¨ª, el primer tiempo aburri¨®. Ninguno de los dos equipos mostr¨® sus posibilidades.
El primer aviso se produjo en el minuto 37 y el segundo en el 39. Este, una tijereta de Rummenigge desde el borde del ¨¢rea, val¨ªa por los 45 minutos. El mejor futbolista de Europa s¨®lo brill¨® cuando jugaba Breitner.
Los quince primeros minutos de la reanudaci¨®n dejaron ver una revelaci¨®n internacional, el central Aughentaler. En el minuto 58 cruz¨® el campo y se present¨® ante Spink, disparando mal. Dos minutos despu¨¦s trenz¨® una preciosa jugada con Rummenigge y la resolvi¨® Durnberger con un buen disparo. Dos minutos m¨¢s tarde la defensa brit¨¢nica salv¨® bajo los palos un cabezazo picado de Augenthaler.
La potencia de este hombre libre desarbol¨® al Aston Villa, pero en el f¨²tbol de hoy fallar cinco ocasiones (en los siguientes minutos Hoeness marr¨® dos) es mal augurio. Y el Aston lo aprovech¨® cuando el mismo Aughentaler se hab¨ªa encari?ado con el ataque y el ¨¢rea contraria. El gol de White lleg¨® en un despiste del sucesor de Beckenbauer.
La ventaja brit¨¢nica puso fin a la espectacularidad alemana. El Aston, que en unos minutos fue puesto al borde del rid¨ªculo, se convirti¨® en un orgulloso campe¨®n, con calidad y categor¨ªa para marcar otro gol al ya entonces humillado y obcecado Bayern. En pocas ocasiones se ha demostrado con tanta evidencia que el marcador es el que hace los campeones.
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