La menor recaudaci¨®n en las quinielas impedir¨¢ que el CSD cumpla el presupuesto para instalaciones
Espa?a comienza a no tener grandes necesidades de instalaciones deportivas, seg¨²n el Consejo Superior de Deportes. Entre 1980 y 1982 se habr¨¢n edificado m¨¢s de siete mil, con un coste cercano a los quince mil millones de pesetas. Sin embargo, las acusaciones al CSID de utilizar el dinero para asentar a peque?os caciques en sus cargos constituye una eterna cuesti¨®n que no ha quedado en el olvido aun a pesar de que el deporte se rige por una ley de car¨¢cter democr¨¢tico. Recientemente, el PSOE plante¨® una denuncia parecida a dicha instituci¨®n, la cual, seg¨²n sus portavoces, lo niega y afirma que s¨®lo se limita a repartir el dinero para instalaciones, "tal y como nos permite la ley". El presupuesto destinado para el presente a?o no podr¨¢ cumplirse, porque no se ha cubierto la recaudaci¨®n prevista, a principio de temporada, por el Patronato de Apuestas Mutuas Deportivo Ben¨¦ficas. El perjuicio es para las corporaciones locales, y el disgusto para los partidos de la izquierda.
El Consejo Superior de Deportes, a trav¨¦s de sus portavoces, se defiende de las acusaciones socialistas con la tesis de que "nadie nos puede acusar de falta de criterios. Tenemos las ideas muy claras, hemos construido m¨¢s de siete mil instalaciones entre 1980 y 1982, y Espa?a no va a tener ya problema de instalaciones. El problema ser¨¢ ahora el de conservarlas y el de ir a la construcci¨®n de un tipo le instalaciones singulares, de las que aqu¨ª se carecen y que est¨¢n destinadas al deporte de alta competici¨®n, como son por ejemplo un campo de regatas y un gran palacio de la lucha". Para los socialistas, el CSD s¨®lo se dedica a repartir sin cuidar de que el gasto se haga bien y duda, adem¨¢s, de que el reparto se haga adecuadamente.La lucha de fondo es muy seria y afecta a una cantidad importante. de miles de millones de pesetas. Mientras que los partidos de izquierda y otros partidos nacionalistas mantienen la idea de que el dinero para instalaciones debe ir hacia los ayuntamientos y las autonom¨ªas, el CSD se muestra partidario de destinar una parte nada despreciable a las Federaciones, entidades privadas. Incluso, el CSD desear¨ªa que ¨¦stas Federaciones se uniesen en Confederaciones a fin de que promuevan sus propias instalaciones. La tendencia se dirige a que estas entidades disfruten, en los pr¨®ximos a?os, de un patrimonio de m¨¢s de cinco mil millones de pesetas, si bien no se puede suponer si ese grifo econ¨®mico continuar¨¢ en temporadas sucesivas o si, llegado el caso, se convierte en otro plan frustrado. La existencia del plan se considera inadmisible para quienes opinan que las instalaciones creadas con dinero p¨²blico son para entidades p¨²blicas. Por otra parte, se considera escandaloso el hecho de que unas entidades sobre cuya limpieza econ¨®mica no se tenga noticia sean objeto de tan generoso reparto, y se pone como ejemplo a la de f¨²tbol, con auditor¨ªa irregular incluida, y que recibir¨¢ el regalo de 1.200 millones piara instalaciones, en tres a?os.
Reparto o cambalache, esa es la cuesti¨®n
La escasa publicidad de que gozan los datos que maneja el Consejo Superior de Deportes da pie a la proliferaci¨®n de interpretaciones, m¨¢s o menos fundadas, sobre las actividades de este organismo. En lo relativo a instalaciones, las acusaciones socialistas van desde el despilfarro a la utilizaci¨®n de fondos p¨²blicos para alimentar lo que se ha dado en denominar un fondo de caciques, seg¨²n un muestrario de inauguraciones, promesas electorales o favores bien pagados. Los partidos de izquierda e incluso partidos nacionalistas dicen no entender los criterios que iluminan al CSD en materia de construcci¨®n de instalaciones y acusan de marginaci¨®n a los ayuntamientos, en contra de lo que parece emanar de la Ley de Cultura F¨ªsica y Deportes. Estos partidos critican diversidad de intenciones en los dirigentes del Consejo, seg¨²n el ayuntamiento sea de alcalde centrista o no.El CSD carece de un documento p¨²blico que pueda servir de orientaci¨®n pqra conocer lo que son las bases de su pol¨ªtica deportiva y, por tanto, de instalaciones, por mucho que algunos de sus directivos sostengan que tienen las ideas muy claras sobre lo que hay que hacer. Reconocen la trascendencia positiva de cara al deporte que han tenido los ayuntamientos democr¨¢ticos, con una mayor atenci¨®n hacia las actividades deportivas. Esta ausencia de criterios de cara a la opini¨®n p¨²blica llevaron, recientemente, al diputado socialista Miguel Angel Mart¨ªnez a realizar un curioso juego de palabras ya que dec¨ªa no entender .por qu¨¦, en la localidad de Tomelloso, se ofrecen m¨¢s subvenciones al club El manantial del vino, -curioso nombre para un club deportivo, matiz¨® el diputado- que al Tomelloso, cuando ¨¦ste tiene incluso m¨¢s socios".
Curiosa es la existencia de un ambicioso plan trienal para instalaciones de las Federaciones por cuant¨ªa de 5.716 millones de pesetas. Jam¨¢s las Federaciones hab¨ªa dispuesto de tanto dinero en tan corto espacio de tiempo. Algunos presidentes han llegado a comprometer cinco veces m¨¢s la cantidad que se les ha asignado porque aprovecharon la noticia para incluirla en su campa?a electoral. En todo caso, existe el temor fimdado de que el dinero se dedique a instalaciones sin una finalidad clara. Hay federaciones que, dado que tienen asignada una cantidad, intentan distribuirla como pueden y se inventan proyectos para no perder el dinero. Lo que se ofrece para que cada Federaci¨®n disponga de una instalaci¨®n seria, destinada a la alta competici¨®n, puede concluir en una realidad ruinosa, cuyo mantenimiento sea una pesadilla en el futuro.
Dinero por provincias
Un total de 15.449.847 pesetas se deben gastar entre 1980 y 1982 en instalaciones deportivas. La cantidad seg¨²n cifras aprobadas en el Parlamento no se podr¨¢ cumplir, ya que fuentes del Consejo Superior de Deportes manifestaron que la dependencia de las quinielas impedir¨¢ llegar a unas recaudaciones que se esperaban. Al parecer, las previsiones del Patronato fueron muy optimistas y este a?o, a pesar de las recaudaciones record que alguien dice resultan enga?osas para el p¨²blico, no se podr¨¢ recaudar lo establecido inicialmente. Posiblemente, el CSD no pueda cumplir en unos 2.500 millones de pesetas con el presupuesto.De cualquier manera, 8.121.891.986 pesetas ya se han empleado y han dado lugar, seg¨²n el CSD, a 5.295 instalaciones. Por cantidades globales las provincias m¨¢s favorecidas son, por orden, Madrid, Valencia, Barcelona, Sevilla, Murcia, Zaragoza, M¨¢laga y Pontevedra. Destaca en este orden la importancia de que goza Murcia, por encima de otras provincias con mayor n¨²mero de habitantes y te¨®ricamente m¨¢s importantes. Sin embargo, y en lo referente a dinero invertido por habitante las predilecciones marcan el siguiente orden: Segovia, Huesca, Cuenca, Guadalajara, Avila, Burgos, Melilla, Santander, Palencia y Zaragoza. En este ranking de las diez m¨¢s favorecidas, y con datos de las ¨²ltimas elecciones generales, resulta que las nueve primeras son provincias de claro matiz centrista y s¨®lo en Zaragoza hay una mayor igualdad entre socialistas y centristas. A falta de datos sobre la distribuci¨®n en cada provincia nada se puede decir si han resultado m¨¢s favorecidos los municipios centristas que los socialistas, dato ¨¦ste largamente perseguido por alg¨²n partido pol¨ªtico y en el que se pretende centrar la aut¨¦ntica realidad sobre la "pol¨ªtica" deportiva del Consejo Supeior de Deportes.
Por el contrario, entre las diez provincias que peor porcentaje tienen destacan tres andaluzas, C¨¢diz, Granada y Jaen, lo que podr¨ªa, en un juicio mal¨¦volo, ser un dato m¨¢s para explicar el fracaso electoral de UCD en las recientes elecciones al Parlamento andaluz. Otras provincias poco afortunadas son Ciudad Real, Tarragona, L¨¦rida y Valladolid. Por ¨²ltimo, los gobiernos auton¨®micos catal¨¢n y vasco han recibido unas transferencias para que ellos mismos dise?en su pol¨ªtica deportiva. En 1981 recibieron 413 y 150 millones respectivamente. En 1982 el repar to ser¨¢ de 420 para catalanes y 145 para vascos.
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