El detenido ante la polic¨ªa
En primer lugar queremos dejar patente que no es intenci¨®n de los inspectores de la Brigada Criminal dejar indefensos a los presuntos delincuentes, procurando no influir en la renuncia o solicitud de letrado. nosotros informamos a todo detenido de los derechos constitucionales, y son ellos mismos quienes deciden o no la presencia del abogado en su declaraci¨®n, firmando voluntariamente su decisi¨®n en tal sentido.?Por que renuncia el detenido a la asistencia de abogado?
Quiz¨¢ porque los inspectores de ciertas dependencias satisfagan sus deseos de protecci¨®n. Quiz¨¢ porque el detenido vea en el abogado una sombra que asiste a la declaraci¨®n sobre unos hechos de los que desconoce los detalles, son¨¢ndole a nuevos, extra?os, raros. . ., pues, en realidad, no es alguien que est¨¦ en su mundo como lo est¨¢ el polic¨ªa. Quiz¨¢ porque conoce que es m¨¢s pr¨¢ctico declarar sin abogado ante la polic¨ªa, lo que facilita el retractarse ante el juzgado, una vez se ha comunicado y llegado a un acuerdo con los coautores de los delitos. Quiz¨¢ porque, al renunciar a la asistencia de abogado, deja entrever su inocencia.
Nosotros recibimos a diario llamadas telef¨®nicas y visitas de abogados que desean asistir a las declaraciones de detenidos, que previamente renunciaron a su asistencia. Ignoramos si ser¨¢ el celo profesional, la minuta o la preocupaci¨®n de la familia lo que les empuja a participar en un acto al que no han sido invitados. Lo cierto es que a todos les recordamos que la renuncia a la asistencia de letrado es un derecho del detenido, y pretender participar en una declaraci¨®n en contra de la voluntad del declarante no deja de ser anti¨¦tico.
La polic¨ªa arrastra, desde hace tiempo, su propia historia negra de tortura. Esta historia es, en la actualidad, infundada. Bien es cierto que las detenciones no salen, a veces, como deseamos y precisamos repeler la violencia en legitima defensa. De esto al hecho de la tortura va un abismo. Los servicios m¨¦dicos son minuciosos en el examen de los detenidos; tanto que hacen constar las m¨¢s m¨ªnimas escoriaciones producidas por unos grilletes demasiado prietos. Cada vez que el detenido abandona el calabozo, es sometido a un examen m¨¦dico que diagnostica cualquier herida, hematoma o dolor, certificado que es enviado a la autoridad judicial. Hay que tener presente que el s¨ªndrome de abstinencia hace al detenido autolesionarse e ingerir objetos extra?os, lesiones ajenas a violencia. externa.
Las m¨¢s de las veces alegan torturas pretendiendo con ello justificar la delaci¨®n de un compa?ero o la declaraci¨®n sobre hechos que no deber¨ªan haber confesado, y justificando su propia estupidez, al no percatarse de que era seguido o vigilado por la polic¨ªa, siendo detenido con pruebas comprometedoras. Justifican el haber facilitado datos, obnubilados por el nerviosismo en los primeros momentos de una inesperada detenci¨®n.
En honor a la verdad hemos de decir que en el Colegio de Abogados se agrupan magn¨ªficos profesionales que mantienen exquisitas relaciones con esta Brigada. Ellos, mejor que nadie, pueden constatar el modo en que trabajamos y la dignidad profesional que mantenemos./ Est¨¢ firmada por 77 inspectores de la Brigada Regional de Polic¨ªa Judicial de Madrid.
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