Con un libro de V¨¢zquez Montalb¨¢n vuelve la colecci¨®n Ocnos de poes¨ªa
Despu¨¦s de algunos a?os de silencio vuelve a aparecer la colecci¨®n Ocnos de poes¨ªa, que fund¨® y dirige 'el escritor y profesor catal¨¢n Joaqu¨ªn Marco. Esta reaparici¨®n, con el pie editorial de Lumen, lo hace con dos libros: una Antolog¨ªa del poeta mexicano Tom¨¢s Segovia, y un nuevo libro de poes¨ªa de. Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, un largo poema titulado Praga.La colecci¨®n Ocnos de poes¨ªa ha sufrido los avatares de la industria editorial en los ¨²ltimos quince a?os, porque, aunque siempre se propuso como una colecci¨®n aut¨®noma, fundada y dirigida por Joaqu¨ªn Marco, busc¨® tambi¨¦n siempre el cobijo de una firma editorial y su aparato de distribuci¨®n. Naturalmente, se acogi¨® siempre a las editoriales de ruptura, a las m¨¢s cr¨ªticas y a las m¨¢s cultas. Como estas firmas han sufrido la crisis a partir de mediados de los a?os sesenta, que es cuando aparece Ocnos, la peque?a y prestigiosa colecci¨®n se ha visto arrastrada con ellas en varias ocasiones.
Ocnos apareci¨® a la sombra de Barral. Le sigui¨® en sus sucesivos cambios y M¨¢s tarde pas¨® a ser distribuida por Alfaguara, hasta que esta editorial sufri¨® su propia crisis hace algo m¨¢s de dos a?os. Desde entonces no hab¨ªa publicado ning¨²n volumen, y apenas se ve¨ªa su fondo en el que figuran los principales nombres de la poes¨ªa espa?ola y latinoamericana, y en el que se han dado a conocer algunos nombres prestigiosos .
La l¨ªnea editorial de Ocnos ha sido considerada, en este sentido, ejemplar. Detr¨¢s de esa peque?a colecci¨®n azul y blanca, inconfundible ' - hab¨ªa todo un movimiento de extensi¨®n cultural, aunque lo realizara una sola persona, que pasaba sobre todo por la necesidad de abrir caminos, en tres sentidos fundamentales: la lengua de los poetas de Am¨¦rica Latina, de dif¨ªcil difusi¨®n en Espa?a, los hombres prohibidos por la dictadura, y los j¨®venes renovadores del lenguaje en los ¨²ltimos sesenta y primeros setenta. En su cat¨¢logo se encuentran desde Rafael Alberti a Heberto Padilla, desde Alberto Costafreda a Jorge Luis Borges, desde Jos¨¦ Angel Valente a Jaime Siles. Se public¨® Poeta en Nueva York, de Lorca, cuando era un libro mal visto, y Dibujo de la muerte, cuando Guillermo Carnero era un in¨¦dito. En suma, es una colecci¨®n a la que la poes¨ªa espa?ola debe mucho.
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