Las tropas jud¨ªas pretenden exterminar al estado mayor de la OLP en su cuartel general de Beirut

El cerco israel¨ª alrededor de la capital libanesa se estrecha de hora en hora. Comandos navales han cortado la ruta costera y los blindados han controlado y sobrepasado ya la carretera que une Beirut con Damasco. El objetivo aparente es el de cazar en su madriguera a los dirigentes de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), cuyo cuartel general est¨¢ instalado en Beirut.

Las tropas de Tel Aviv se encuentran bastante mas all¨¢ de los cuarenta kil¨®metros que el primer ministro Beguin consideraba indispensables como zona-tamp¨®n para librar a los pueblos fronterizos israel¨ªes de la artiller¨ªa palestina. ?Han cambiado los objetivos militares israel¨ªes en el curso de la ofensiva?En Jerusal¨¦n se insiste en que nada ha cambiado, y los portavoces oficiales citan el discurso de Beguin el martes por la tarde, ante el Parlamento, en el que el jefe del Gobierno record¨® los objetivos de sus tropas: destruir las fuerzas y la infraestructura militar de la OLP en el sur de L¨ªbano, hasta el r¨ªo Zaharani, y transformar esta regi¨®n en una zona de seguridad libre de la presencia de palestinos armados.

Incluso comentaristas militares respetados, como el general en la reserva Haim Herzog, y observadores pol¨ªticos en Jerusal¨¦n comienzan a tener dudas al respecto. Herzog habla de la "din¨¢mica de guerra", que puede llevar a las tropas israel¨ªes m¨¢s all¨¢ de los objetivos inicialmente fijados. Sobre todo cuando los progresos en el avance militar son tan r¨¢pidos y cuando los generales en el frente tienen la sensaci¨®n de que su actuaci¨®n es ampliamente aprobada.

Se rumorea que el ministro de Defensa, general Ariel Sharon, y el jefe del Estado Mayor, general Rafael Eytan, presionan a Beguin con el fin de conseguir luz verde para una ofensiva tan vasta que llevar¨ªa a las tropas de Israel hacia el norte, hasta unirse con las fuerzas falangistas de Gemayel.

El objetivo de esta operaci¨®n ser¨ªa dar credibilidad, desde un punto de vista militar, a la petici¨®n israel¨ª, transmitida al enviado especial de Reagan, Philip Habib, de que la autoridad de L¨ªbano, "un nuevo L¨ªbano independiente", pueda extenderse al sur del pa¨ªs, hoy controlado por las fuerzas del comandante Haddad, y se convierta en parte activa en todo nuevo acuerdo sobre alto el fuego y en una eventual negociaci¨®n de paz l¨ªbano-israel¨ª.

Este nuevo L¨ªbano, bien entendido, estar¨ªa gobernado por una alianza entre falangistas y chiitas, con hegemon¨ªa cristiana, y estar¨ªa libre de las presiones sirias.

La cuesti¨®n es si Damasco aceptar¨ªa este giro de los acontecimientos. Algunos comentaristas aseguran en Israel que el presidente Hafez el Assad no tiene elecci¨®n. Aislado en el mundo ¨¢rabe, debiendo hacer frente a la hostilidad de Egipto, de Irak y Jordania, el jefe del Estado sirio no puede enfrentarse solo al Ej¨¦rcito hebreo.

Jerusal¨¦n no hace sino repetir, en todos los tonos, que su ¨²nico deseo es el de combatir a los palestinos, no a los sirios. El enviado norteamericano Philip Habib es portador de un mensaje personal de Beguin en este sentido para ser entregado al presidente Assad.