El inc¨®modo caso de Televisi¨®n Espa?ola
TRAS LA cat¨¢strofe electoral de UCD en Andaluc¨ªa, la mayor¨ªa de los l¨ªderes pol¨ªticos con sentido del Estado parecen estar de acuerdo en no provocar, antes de que las Cortes concluyan -el 30 de junio- su actual per¨ªodo de sesiones, una crisis que obligara a Calvo Sotelo a presentar su dimisi¨®n como presidente del Gobierno y a iniciar el tr¨¢mite de investidura de un nuevo jefe del poder ejecutivo. Tratan, m¨¢s bien, de que Calvo Sotelo obtenga el espacio de maniobra suficiente para disolver anticipadamente el Parlamento y convocar elecciones en oto?o. Para alcanzar ese objetivo ser¨ªa necesario que durante las pr¨®ximas semanas ning¨²n torpedo alcanzara al presidente del Gobierno en la l¨ªnea de flotaci¨®n y le forzara a tirar la toalla, como hiciera Adolfo Su¨¢rez en enero de 1981.La disoluci¨®n de las Cortes Generales es improbable mientras se celebre el Mundial -que concluir¨¢ el 10 de julio-. Aunque el viaje del Papa, fijado en principio para la festividad de Santa Teresa, impedir¨ªa unas elecciones en octubre o noviembre, algunos no descartan que las elecciones se anticipar¨¢n a finales de verano, otros hablan de la posibilidad de aplazar el propio viaje papal y, en cualquier caso, casi todo el mundo est¨¢ hoy de acuerdo en que no acabar¨¢ el a?o sin que los espa?oles seamos convocados a las urnas. La situaci¨®n del actual poder ejecutivo, sometido a una sangr¨ªa de diputados y senadores por la derecha y por la izquierda, no puede prolongarse, sea como sea, m¨¢s all¨¢ del verano. Y el espect¨¢culo de un Gobierno arrastr¨¢ndose en la debilidad e inmerso en la duda improductiva no s¨®lo acabar¨ªa por vaciar de autoridad a sus titulares, sino que adem¨¢s perjudicar¨ªa seriamente el aprecio de los espa?oles por el sistema democr¨¢tico.
El nuevo Pleno de la colza ha carcomido todav¨ªa m¨¢s el desfalleciente prestigio del Ejecutivo, pero mucho mayor peligro para el Gabinete encierra la garra de tenaza que le est¨¢n aplicando Manuel Fraga, deseoso de entrar a formar parte de un Gobierno de coalici¨®n antes de la disoluci¨®n de las Cortes, y la desolaci¨®n existencial de aquellos diputados de UCD que temen perder su esca?o en los pr¨®ximos comicios y aspiran por eso a engrosar las candidaturas de la gran derecha. Cabe esperar que el sentido del Estado y la lealtad a las instituciones democr¨¢ticas nos ahorren una nueva estampa de canibalismo pol¨ªtico en la que Calvo Sotelo sustituyera a Su¨¢rez como v¨ªctima, en una parad¨®jica -y quiz¨¢ merecida- inversi¨®n de papeles.
Queda una ¨²ltima y peligrosa mina en el sendero que ha de recorrer el Gobierno de aqu¨ª a finales de mes. Algunos sectores de UCD atribuyen su derrota en Andaluc¨ªa a lo que consideran desmesurada atenci¨®n dedicada por Televisi¨®n a la figura de Fraga y a la propaganda -expl¨ªcita o subliminal- de Alianza Popular, en desproporci¨®n -se?alan- con la representaci¨®n parlamentaria de esas siglas. La circunstancia de que la carrera pol¨ªtica de Carlos Robles Piquer estuviera durante largo tiempo vinculada al l¨ªder aliancista -fue director general de Cultura Popular cuando Fraga era ministro de, Informaci¨®n y ocup¨® la cartera de Educaci¨®n cuando su cu?ado era el hombre fuerte del ¨²ltimo Gobierno de Carlos Arias- ha multiplicado los recelos de los centristas descontentos. Los socialistas, los comunistas, la Minor¨ªa Vasca y el Partido de Acci¨®n Democr¨¢tica vienen pidiendo, de tiempo atr¨¢s, el cese del actual director del ente p¨²blico. Y la convergencia de todas esas posturas hace suponer la probable aprobaci¨®n por.el Congreso de una mocion contra Robles Piquer. Si el presidente de la C¨¢mara, Landelino Lavilla, no utiliza alg¨²n truco reglamentista para evitar que el debate sobre Televisi¨®n tenga lugar la pr¨®xima semana, esta reprobaci¨®n resulta casi segura. Pero no se acierta a suponer qu¨¦ precio podr¨ªa exigir el propio Lavilla -que figura como uno de los jefes de filas del partido gubernamental y uno de los candidatos m¨¢s obvios a presidenciable- a cambio de tan significativo servicio a la Moncloa. Ni se explicar¨ªa f¨¢cilmente por qu¨¦ el presidente del Congreso, que ha procurado mantenerse al margen del descr¨¦dito de su propio partido, asumir¨ªa ahora el oprobio ajeno.
Por lo dem¨¢s, no existe ninguna disposici¨®n que conceda fuerza vinculante a proposiciones parlamentarias de este tipo. Quiere decirse que, aunque las Cortes en pleno votaran contra el director general de RTVE, ¨¦ste podr¨ªa continuar en su cargo. Pero la pr¨¢ctica pol¨ªtica hace suponer que una mayor¨ªa reprobatoria de la C¨¢mara pondr¨ªa al presidente del Gobierno en el disparadero de exigirle la dimisi¨®n, que el propio Robles ha ofrecido ya p¨²blicamente si es del inter¨¦s del Ejecutivo. No pod¨ªa ser de otra forma. Robles Piquer fue designado para el cargo por decisi¨®n personal de Leopoldo Calvo Sotelo.
Sin embargo, no conviene enga?arse. Tras las elecciones andaluzas, la eventual victoria de la moci¨®n contra Robles ser¨ªa, en realidad, una forma de moci¨®n de censura encubierta contra el propio Calvo Sotelo y podr¨ªa desembocar en una crisis de imprevisible alcance. En una palabra: si el Gobierno decide mantener la actual situaci¨®n de RTVE se arriesga a un debate de doble significado que amenaza con constituir una censura directa a un modo de proceder y a un contenido pol¨ªtico que pertenecen en lo fundamental a las decisiones del jefe del Ejecutivo. Y la situaci¨®n de ¨¦ste rebasar¨ªa ya los perfiles de la crisis para enmarcarse en los que claman por la misericordia. Si decide solicitar la dimisi¨®n de Robles como sistema de evitar el debate, Calvo Sotelo habr¨¢ cantado la gallina en una de las decisiones que m¨¢s le han erosionado desde su llegada al poder. Y si Landelino Lavilla evita, con un sonido de campana reglamentario, ese trance , ser¨¢ el principal responsable de que los representan tes parlamentarios y el pueblo espa?ol se queden sin el excitante espect¨¢culo y con la actual gesti¨®n televisiva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Leopoldo Calvo Sotelo
- Carlos Robles Piquer
- UCD
- Opini¨®n
- Consejo administraci¨®n
- Presidencia Gobierno
- TVE
- Elecciones auton¨®micas
- Cadenas televisi¨®n
- RTVE
- Conflictos pol¨ªticos
- Andaluc¨ªa
- Partidos pol¨ªticos
- Elecciones
- Comunidades aut¨®nomas
- Gobierno
- Grupo comunicaci¨®n
- Televisi¨®n
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Empresas
- Medios comunicaci¨®n
- Administraci¨®n Estado
- Comunicaci¨®n
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica