Beirut, una ciudad muerta s¨®lo apta para corresponsales
Beirut es probablemente la ciudad del mundo donde los taxis son m¨¢s caros y donde el precio de la carrera var¨ªa en funci¨®n de la direcci¨®n del veh¨ªculo. Un taxi hacia el Sur, donde a tan s¨®lo ocho kil¨®metros del centro y cinco de su periferia pasa el frente palestino-israel¨ª, cuesta la respetable cantidad de unos ochenta d¨®lares, algo m¨¢s de 8.000 pesetas. Cobrando esta tarifa especial, el conductor pretende compensar los peligros que corre transportando a los periodistas hasta la primera l¨ªnea de fuego.
A pesar de la proclamaci¨®n, el s¨¢bado, de un alto el fuego palestino-israel¨ª, ayer se registraron a¨²n numerosos choques espor¨¢dicos en la periferia del sur de Beirut.A medida que se aleja el autom¨®vil de Hanira, el barrio c¨¦ntrico de Beirut, ya desierto desde el jueves, las calles dan una mayor impresi¨®n de abandono, parecen muy da?adas por los bombardeos, y la presencia armada palestina o libanesa parece m¨¢s nutrida.
El ¨²nico rastro de vida civil en el Beirut meridional son las caravanas de refugiados procedentes del Sur en busca de cobijos seguros.
Provistos del salvoconducto otorgado por la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), los controles en la carretera Bir Hassan se sortean m¨¢s f¨¢cilmente que los baches dejados en el asfalto por las bombas disparadas por la artiller¨ªa israel¨ª.
Cuando la parada en un puesto palestino se alarga m¨¢s de lo previsto no es porque los milicianos de Yasir Arafat desconfien de la Prensa, sino para poder mostrar detenidamente a los periodistas, y con cierta ingenuidad orgullosa, sus ¨²ltimos "trofeos de guerra", como el chaleco antibalas de un soldado israel¨ª o, a la entrada de la localidad de Jalde, un carro de combate, modelo Merkava, destruido.
Esta fuerza palestino-libanesa heter¨®clita e indisciplinada, equipada con un armamento dispar, vestida con uniformes variopintos, frecuentemente dividida o incluso enfrentada, celebraba el viernes pasado la muerte, en la v¨ªspera, del general israel¨ª Yekutiel Adam, ex jefe adjunto del Estado Mayor del m¨¢s poderoso ej¨¦rcito de Oriente Pr¨®ximo, solicitando a los fot¨®grafos que les inmortalizasen junto a los trofeos.
Si no fuese por el permanente 'bombardeo israel¨ª, ning¨²n obst¨¢culo, por parte palestina, hubiese impedido a los periodistas cruzar las l¨ªneas e ir a saludar a los soldados de Tshal (Ej¨¦rcito hebreo). Pero la progresi¨®n de los taxis de la Prensa hacia el Sur se acaba en el aeropuerto internacional de Beirut, cerrado desde hace una semana y distante tan solo algunos centenares de metros de la avanzadilla israel¨ª, situada a 80 kil¨®metros de la frontera israel¨ª.
Una breve interrupci¨®n del bombardeo israel¨ª permite a la Prensa subir a la torre de control abandonada, en la que algunos vasos medio vac¨ªos y algunos manuales t¨¦cnicos abiertos atestiguan la precipitaci¨®n con la que evacuaron los controladores a¨¦reos.
"Nadie se esperaba que los israel¨ªes llegasen hasta aqu¨ª en tan poco tiempo", comenta un oficial de enlace del Ej¨¦rcito liban¨¦s .mientras se divisa al final de una pista la humareda negra provocada por el ¨²ltimo bombardeo de la aviaci¨®n hebrea.
En la desierta terminal, al lado de dos Boeing 720 de la compa?¨ªa libanesa Middle East Airlines alcanzados por los disparos israel¨ªes, dos viajeros ¨¢rabes esperan desde hace d¨ªas la reapertura del aeropuerto para poder embarcar.
No sirve de nada explicarles que tanto su localizaci¨®n geogr¨¢fica, a escasos metros de las posiciones enemigas, como los da?os causados a sus instalaciones no permitir¨¢n reanudar los vuelos antes de vanas semanas o incluso meses. "Tenemos tiempo, esperaremos", contestan, imperturbables.
El peligro surge cuando menos se le espera. De regreso ya hacia el centro de Beirut, al final del paseo mar¨ªtimo de Ramat el Baida, los combatientes libaneses gritan a los ocupantes del taxi que se pongan a salvo.
Inmediatamente despu¨¦s, de cuclillas detr¨¢s de un muro, los periodistas observan c¨®mo caen a escasos metros los proyectiles disparados por lanchas patrulleras hebreas sobre el colegio protestante, centro de ense?anza secundaria, y sobre el club franc¨¦s, centro deportivo galo.
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