Venezuela reanuda su reclamacion sobre Esequibo
El ¨²ltimo de estos incidentes, seg¨²n el Gobierno guyan¨¦s, se produjo el pasido mes de mayo, cuando tropas venezolanas cruzaron la frontera entre los dos pa¨ªses en la regi¨®n de "Eteringbang, de donde fueron expulsadas por el Ej¨¦rcito guyan¨¦s. Durante el a?o pasado Guyana contabiliz¨® 81 violaciones de su espacio a¨¦reo por parte de la aviaci¨®n venezolana.El presielente venezolano, Luis Herrera Camp¨ªns, sin embargo, -ha manifestado constantemente que su pa¨ªs no va a recurrir a la acci¨®n militar para recuperar el teritorio en disputa -150.000 kil¨®metros cuadrados, de los 215.000 que constituyen Guyana-, y a finales de mayo su ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Alberto Zambrano, inform¨® al secretario general de las Naciones Unidas que a partir del 18 de junio la disputa que dar¨ªa sometida a la ONU, conforme a lo estiblecido en el Acuerdo de Ginebra de 1966, firmado por Venezuela y Gran Breta?a, al que se sum¨® po,ro despu¨¦s, cuando logr¨® su independencia, la propia Guyana.
"Perros fascistas"
El r¨¦gimcen pro socialista de la Rep¨²blica Cooperativa de Guyana ha denunclido en todos los foros internacionales en que tiene voz la amenaza que para su integridad territorial siipone la reivindicaci¨®n venezolana y ha acusado a Venezuela de "pa¨ªs expansionista que intenta abusiar de los m¨¢s d¨¦biles", denuncias sistem¨¢ticamente desmentidas en. los mismos foros por Caracas.
El presidente guyan¨¦s, Forbes Burnham, ha sido m¨¢s expl¨ªcito y ha calificado a sus vecinos de "perros fascistas", "esclavistas" "conquistadores", "terroristas" ; "bandidos". En Guyana, donde la oposici¨®n se encuentra a la izquierda del Gobierno procastrista, es un¨¢nime el rechazo a las pretensiones venezolanas, y los partidos que se oponen a Burnham manifiestan estar dispuestos a defender "la independencia, soberan¨ªa e integridad territorial de Guyana".
El sentimiento de propiedad sobre el territorio en disputa es an¨¢logo al otro lado de la frontera, donde en las escuelas se presenta la Guyana Esequiba como perteneciente a Venezuela.
Soluciones 'contundentes'
Observadores pol¨ªticos ponen de manifiesto la presencia en Caracas de un lobby, integrado por parte del Ej¨¦rcito y algunos pol¨ªticos, partidario de recurrir a la contundencia militar para poner fin al contencioso. Esta v¨ªa no parece tener salida, pues Venezuela no cuenta con casi ning¨²n apoyo internacional para su reivindicaci¨®n aunque el llamamiento a la negociaci¨®n realizado hace dos semanas por los pa¨ªses No Alineados sea considerado en Caracas como un triunfo de la diplomacia venezolana.
Con Guyana se alinea el Tercer Mundo y la comunidad angl¨®fona del Caribe, que mira con temor las pretensiones venezolanas.
La regi¨®n de Esequibo es rica en minerales, piedras preciosas, madera, petr¨®leo y, quiz¨¢, uranio. En ella, en el Alto Marazuni concreta mente, se ha propuesto el Gobier no guyan¨¦s construir un complejo hidroel¨¦ctrico de 750 megavatios, que Caracas ha boicoteado constantemente, pues "su construcci¨®n en las condiciones actuales es inadmisible para Venezuela, y no estamos dispuestos a reconocer ning¨²n derecho que pretenda invocarse a partir de la hipot¨¦tica eje cuci¨®n de dicho proyecto".
"...desde el r¨ªo Esequibo"
La disputa ierritorial se remonta a principios de siglo pasado. Venezuela apenas hab¨ªa consolidado su independencia cuando los brit¨¢nicos extendieron hacia el Oeste, sobre tierras selv¨¢ticas venezolanas, su presencia en la ribera derecha del r¨ªo Esequibo. Esta expansi¨®n fue conscientemente realizada por Londres, que en el momento de la independencia de Venezuela se refiri¨® a "este bello y rico pa¨ªs que se extiende por el Mar del Norte desde el r¨ªo Esequibo o confines de la provincia de Guyana. .. ".
Venezuela nunca reconoci¨® tal ocupaci¨®n, y a-finales de siglo, con la ayuda de Estados Unidos y bajo la advocaci¨®n de la doctrina Monroe, acept¨® la constituci¨®n de un tribunal arbitral que decidiese sobre los l¨ªmites fronterizos con la Guyana brit¨¢nica.
El tribunal -integrado por dos jueces brit¨¢nicos y dos norteamericanos, que.iban a defender los intereses de Venezuela- se constituy¨® en Par¨ªs bajo la presidencia del diplom¨¢tico ruso Federico de Martens. El 3 de octubre de 1899 dict¨® por unanimidad un laudo arbitral en el que se atribuy¨® a Gran Breta?a el 90% del territorio en disputa y se reserv¨® para Venezuela el ¨¢rea de las bocas del Orinoco y otros 13.000 kil¨®metros cuadrados al suroeste del territorio en disputa.
El fallo fue aceptado por todas las partes, aunque en Venezuela se hicieron o¨ªr voces disconformes, y en 1905 se conclu¨ªa la delimitaci¨®n sobre el terreno de lo acordado.
El diferendo hab¨ªa sido salvado y las relaciones anglo-venezolanas volvieron a la normalidad.
El contencioso estalla de nuevo en 1949, cuando se hace p¨²blico un memor¨¢ndum eloborado por Severo Mallet-Prevost, quien hab¨ªa actuado ante el tribunal arbitral como uno de los abogados de Venezuela. El informe de MalletPrevost, fallecido el a?o anterior, pone de manifiesto que el laudo adoptado no se gui¨® por razones jur¨ªdicas, sino que parec¨ªa ser el resultado de un acuerdo entre Gran Breta?a y Rusia por el que la primera hac¨ªa a la segunda alg¨²n tipo de concesi¨®n a cambio del voto favorable a sus pretensiones del presidente Martens.
Las ideas de Martens
La versi¨®n de Mallet-Prevost se vi¨® confirmada en 1979, al darse a conocer una carta dirigida por uno de los jueces brit¨¢nicos a su ministro de Asuntos Exteriores, en la que se narra la postura adoptada por el presidente del tribunal, un hombre predispuesto a priori al entendimiento entre Gran 'Breta?a y Rusia, potencias con intereses enfrentados por aquel entonces en Asia Central.
Martens, concretamente, aboga por una acci¨®n com¨²n anglo-rusa para civilizar, por mandato de la Divina Providencia, a los pueblos b¨¢rbaros o semisalvajes -entre los que no cabe la menor duda est¨¢ incluida Venezuela-, pueblos a los que no puede aplicarse el Derecho Internacional europeo, seg¨²n expone en su obra Rusia e Inglaterra, en Asia Central.
Al conocerse el memor¨¢ndum de Mallet-Prevost, Venezuela plantea la nulidad del laudo de 1899 e inicia una campa?a en las Naciones Unidas y ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos. Tras varios a?os de conversaciones, Gran Breta?a accede a revisar lo actuado, y en 1966 se firma el Acuerdo de Ginebra, por el que se constituye una comis¨ª¨®n mixta para buscar soluciones satisfactorias" al diferendo, se establece una exacta cronolog¨ªa de los pasos a dar y se acuerda que, de no alcanzarse resultados concretos, se recurrir¨¢ a uno de los niedios de soluci¨®n pac¨ªfica previstos en el art¨ªculo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.
Tras cumplirse el plazo sin ning¨²n acuerdo, y cuando est¨¢ a punto de entrar en funcionaimiento el recurso a las Naciones Unidas, el canciller venezolano vuela inesperadamente a Trinidad-Tobago y all¨ª firma con el representante de Guyana, independiente desde 1966, el Protocolo de Puerto Espa?a, que congela por un per¨ªodo de doce a?os, prorrogable salvo denuncia, el Acuerdo de Ginebra. Ahora expira tal Protocolo, que Venezuela ha manifestado no tener intenci¨®n de prorrogar, y se abre un per¨ªodo de incertidumbre sobre el futuro del noreste del continente suramericano. En principio, y puesto que Venezuela va a poner la reivindicaci¨®n en manos del secretario general de la ONU, entrar¨¢ enjuego el art¨ªculo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, por el que "las partes en una controversia cuya continuaci¨®n sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz.Y la seguridad internacionales tratar¨¢n de buscarle soluci¨®n, ante todo, mediante la negociaci¨®n, la investigaci¨®n, la mediaci¨®n, la conciliaci¨®n, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pac¨ªficos a su elecci¨®n".
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