Los cambios en la contrataci¨®n temporal rompen un acuerdo secreto entre Gobierno y sindicatos
La decisi¨®n del Gobierno de presentar un nuevo decreto que modifica y amplia la normativa existente en materia de contrataci¨®n temporal rompe un acuerdo, hasta ahora secreto, suscrito paralelamente a las negociaciones del Acuerdo Nacional sobre Empleo (ANE)por el vicepresidente econ¨®mico, Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez y el entonces ministro de Trabajo, Jes¨²s Sancho Rof, con los representantes sindicales. El pacto, en el que se fijaban los l¨ªmites en que habr¨ªa de moverse la contrataci¨®n temporal, fue una condici¨®n impuesta por los sindicatos para firmar el ANE.
El tema de la contrataci¨®n temporal estuvo a punto, ahora hace un a?o, de interrumpir definitivamente las negociaciones que Gobierno, sindicatos y patronal ven¨ªan manteniendo de cara a lo que despu¨¦s ser¨ªa el Acuerdo Nacional sobre Empleo (ANE). El Gobierno ten¨ªa la intenci¨®n de recoger en el texto alguna referencia sobre el mandato contenido en el Estatuto de los Trabajadores respecto a desarrollar la normativa de nuevas modalidades de contrataci¨®n. Los sindicatos, sin embargo, no cre¨ªan conveniente que, adem¨¢s del sacrificio salarial exigido a los trabajadores, se introdujera por la v¨ªa de la contrataci¨®n temporal un nuevo factor de inestabilidad laboral.Las negociaciones en este punto se hicieron tensas y dif¨ªciles. Se trataba de buscar una f¨®rmula que no resultara especialmente dura de aceptar por los sindicatos y que cumpliera con el mandato del Estatuto de los Trabajadores. Los representantes del Gobierno, el vicepresidente econ¨®mico Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez y el entonces ministro de Trabajo Jes¨²s Sancho Rof, negociaron directamente con las centrales sindicales en un intento de desbloquear la situaci¨®n.
P¨¢rrafos de compromiso
Los representantes sindicales aceptaron finalmente incluir en el texto del ANE unos p¨¢rrafos aparentemente inocuos, pero que en definitiva, ven¨ªan a recoger el compromiso de desarrollar el Estatuto de los Trabajadores: "Las partes firmantes coinciden en el importante efecto que sobre el empleo pueda tener el desarrollo de las diferentes formas de contrataci¨®n previstas en el Estatuto de los Trabajadores. A tal fin el Gobierno promulgar¨¢ de forma inmediata la correspondiente normativa, previa consulta a las organizaciones sindicales y empresariales firmantes de este Acuerdo". Para los sindicatos, la ¨²nica salida posible para evitar la total flexibilizaci¨®n de plantillas, vista la imposibilidad de retrasar el desarrollo del Estatuto de los Trabajadores en materia de contrataci¨®n, era que se recogieran una serie de cautelas en este sentido: vigencia de los decretos, l¨ªmites al n¨²mero de eventuales por empresa, prohibici¨®n de que las empresas que hubieran despedido a trabajadores pudieran hacer uso de este tipo de contrataci¨®n, etc¨¦tera. Las condiciones exigidas por las centrales fueron puestas por escrito y firmadas por Garc¨ªa Diez y Sancho Rof. En el documento se compromet¨ªan a que la normativa sobre contrataci¨®n temporal respetar¨ªa las cautelas impuestas por los sindicatos.
Como consecuencia del acuerdo, aparecieron los llamados decretos de julio sobre contrataci¨®n temporal, a tiempo parcial, bonificados para determinados colectivos de trabajadores y en pr¨¢cticas y para la formaci¨®n. Todos ellos recogieron fielmente lo pactado entre los representantes del Gobierno 37 los sindicatos.
As¨ª, a todos los decretos se les daba una vigencia hasta el 31 de diciembre, precisamente la misma del ANE, y en el de contrataci¨®n temporal -aut¨¦ntico caballo de batalla en los ¨²ltimos enfrentamientos entre sindicatos, patronal y Gobierno- se introduc¨ªan los porcentajes de trabajadores eventuales en funci¨®n del n¨²mero de fijos.
La decisi¨®n de la Administraci¨®n en cuanto a refundir los decretos existentes, ampliando los l¨ªmites sobre contrataci¨®n temporal, no ha tenido en cuenta el compromiso firmado entre las partes. Los sindicatos se han visto imposibilitados para sacar a relucir un acuerdo que ten¨ªa en realidad car¨¢cter de "pacto entre caballeros". Las partes firmantes sab¨ªan lo dificil que ser¨ªa remitirse al mismo en caso de incumplimiento. Las centrales sindicales no pod¨ªan aumentar la sensaci¨®n de que el ANE hab¨ªa nacido minado por pactos bilaterales, acuerdos secretos -como el de los ochocientos millones de subvenci¨®n a fondo perdido- y todo tipo de concesiones, y el Gobierno ser¨ªa el ¨²ltimo en desempolvar un acuerdo que s¨®lo le compromet¨ªa a ¨¦l.
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