Los Comandos Aut¨®nomos, Anticapitalistas reivindican el secuestro de Mirentxu El¨®segui
Los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas reivindicaron ayer, con una llamada al Diario Vasco, de San Sebasti¨¢n, el secuestro de Mirentxu El¨®segui, hija del propietario de la firma Boinas El¨®segui y esposa del actual gerente, que fue puesta en libertad la pasada madrugada en las inmediaciones de Tolosa, despu¨¦s de haber permanecido secuestrada casi dos semanas.
La reivindicaci¨®n por parte de este grupo, -que se responsabiliz¨® tambi¨¦n del asesinato de los delegados de Telef¨®nica en San Sebasti¨¢n, Juan Manuel Garc¨ªa Cordero y Enrique Cuesta ocurridos el 23 de octubre de 1980 y el 26 de marzo de 1982, respectivamente- ha causado cierta extra?eza entre los familiares de Mirentxu El¨®segu¨ª, quienes ayer, en el transcurso de una conferencia de Prensa, afirmaron desconocer la identidad de los autores del hecho.Imanol Aramburu, esposo de Mirentxu El¨®segui, se?al¨® que la familia no ha abonado ning¨²n rescate, si bien reconoci¨® que los m¨®viles del secuestro han sido exclusivamente de ¨ªndole econ¨®mica.
Seg¨²n inform¨® ayer el esposo de Mirentxu El¨®segui, ¨¦sta ha permanecido las dos semanas de cautiverio en una habitaci¨®n de dos metros de largo por uno y medio de ancho, separada del resto del inmueble por una cortina negra. La secuestrada, que al parecer ha recibido un trato calificado como normal por ella misma, estuvo a oscuras durante todo este tiempo y con los o¨ªdos taponados, sin poder ver en ning¨²n momento a sus secuestradores, que cubr¨ªan permanentemente sus cabezas con capuchas.
Di¨¢logo escaso y en castellano
Mirentxu El¨®segui se dirigi¨® a sus secuestradores en eusquera en las escasas ocasiones en que ¨¦stos dieron pie a la conversaci¨®n, iniciada siempre por ellos en castellano, a pesar de que demostrar su conocimiento de la lengua vasca. En la habitaci¨®n donde ha permanecido hab¨ªa por todo mobiliario un colch¨®n, una mesa y un balde dispuesto para que la secuestrada hiciera sus necesidades. La hija del propietario de Boinas El¨®segui, que escribi¨® durante su cautiverio tres cartas, que no han sido recibidas por la familia, no temi¨®, al parecer, por su vida, aunque pas¨® por momentos de depresi¨®n a causa del aislamiento y la oscuridad. Los secuestradores pusieron a disposici¨®n de la secuestrada una linterna para que pudiera leer revistas y le suministraron somn¨ªferos para que consiguiera dormir.En cierta ocasi¨®n, y ante los requerimientos de la secuestrada, quien trataba de averiguar el porqu¨¦ de su situaci¨®n, uno de los secuestradores, que la acompa?aba permanentemente en una de las habitaciones contiguas, le pregunt¨®, a su vez, si no le parec¨ªa normal el cautiverio y si la familia no esperaba algo parecido a un secuestro. La comida, que le suministraban en recipientes cerrados de pl¨¢stico, ha sido considerada por la propia Mirentxu El¨®segui como comida casera, bien condimentada.
Su traslado desde el punto donde estuvo retenida al lugar en el que fue abandonada se produjo a trav¨¦s de una carretera de continuas subidas y bajadas. El trayecto de este viaje no debi¨® durar mucho m¨¢s de una hora, si bien este dato no parece poseer gran fiabilidad, teniendo en cuenta las habituales maniobras de distracci¨®n que acostumbran a realizar los autores de este tipo de acciones.
Seg¨²n inform¨® a sus familiares, Mirentxu El¨®segui fue introducida la noche del secuestro en un coche que esperaba a la salida del portal de su domicilio. Sus secuestradores la obligaron a tumbarse en el asiento trasero del veh¨ªculo, antes de introducirla en el maletero de un segundo coche, aproximadamente diez minutos despu¨¦s, ya en las afueras de Tolosa.
Pasadas las veinticuatro horas del jueves ¨²ltimo, un comunicante an¨®nimo indic¨® a la central de la Asociaci¨®n de Ayuda en Carretera (DYA) que Mirentxu El¨®segui hab¨ªa sido liberada en un camino cercano a la carretera que conduce: a Pamplona. El comunicante a?adi¨®: "Es posible que baje ella misma al pueblo, pero dice que tiene miedo; as¨ª que, pasad a recogerla". Al verse libre, la secuestrada, algo aturdida como consecuencia del mareo del viaje y no por efecto ole ning¨²n sedante, empez¨® a caminar sola en direcci¨®n a la f¨¢brica papelera Araxes, desde donde telefone¨® a su familia. La secuestrada, que vest¨ªa una casaca y un pantal¨®n amarillo y portaba una bolsa ole lana, prendas de su propiedad que recogi¨®, junto con otros enseres, en su domicilio momentos antes de abandonarlo, se?al¨® lac¨®nicamente al portero de la f¨¢brica: "Soy Mirentxu El¨®segui. He estado secuestrada". El portero de la f¨¢brica, viendo el estado semiinconsciente de la mujer, s¨®lo crey¨® sus palabras cuando ¨¦sta le ense?¨® una pulsera que portaba y en la, que est¨¢ escrito su nombre. Poco despu¨¦s, la secuestrada llam¨® por tel¨¦fono a sus familiares.
Imanol Aramburu tampoco neg¨® la existencia de contactos entre la familia y los secuestradores, contactos de los que dice ignorar los frutos. La afirmaci¨®n de que no ha sido abonada cantidad alguna a cambio de la libertad de Mirentxu El¨®segui es acogida, sin embargo, con escepticismo en medios cercanos a algunas de las personas que actuaron durante el secuestro ?en calidad de intermediarios o de asesores de la familia. La cifra exigida inicialmente como condici¨®n a la puesta en libertad de Mirentxu. El¨®segui asciende a cincuenta millones, cantidad que, seg¨²n algunas informaciones, habr¨ªa sido posteriormente rebajada a veinticinco. Imanol Aramburu neg¨® ayer, por otra parte, que la familia hubiera recibido antes del secuestro comunicaci¨®n alguna solicitando el pago del denominado "impuesto revolucionario". La secuestrada no estuvo ayer presente en la conferencia de Prensa, ya que se encuentra descansando fuera del domicilio familiar, en Tolosa.
Los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas son grupos desgajados de ETA que utilizan en sus atentados armas deshechadas por esta organizaci¨®n, a la que acusan de estar dispuesta a pactar con el Gobierno de Madrid, y defienden posturas de mayor radicalismo.
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