En el umbral de la verdad

Nada es m¨¢s desagradable que una verdad a medias. Nada m¨¢s insoportable que la mala leche, especialidad en la que Paco Umbral, ep¨ªgono de todos los ismos, descolla casi sin competidores. ?C¨®mo es posible que sepa, mejor que el mismo Dal¨ª, lo que Gala signific¨® para el pintor catal¨¢n? ?Acaso le desagrada que fuera rusa, jud¨ªa (un insulto en el contexto) y h¨¢bil? ?Ah, las mujeres y el drama de los genios! La diferencia entre el genio y el ingenio, se?or Umbral, consiste en que mientras el primero entra a la casa del universo, el segundo jam¨¢s traspasa, ?c¨®mo se dice?... el... hom¨®nimo. Peque?eces como su escupitajo sobre Gala, a quien no tuve el gusto de conocer, pero a quien hubiera amado como la am¨® Eluard a pesar de ser rusa, jud¨ªa y blanca, s¨®lo nacen del ingenio y la mediocridad. La pobre Luisa Sofovich, a quien tuve el gusto de conocer en Buenos Aires, era una m¨¢rtir y una santa al lado de su alabado don Ram¨®n de la Serna. Y Rilke un hist¨¦rico al lado de la S alom¨¦. Una de dos, o es usted una madre paternalista -las hay, no se r¨ªa- o es usted un apa?ador de genios post-morten decidido a cargarse a todos los seres que, vivos o extintos, atenten contra la pureza del arte. Deje en paz a Gala y confiese de una vez por todas lo mal que lo han tratado a usted las mujeres/