El obispo banquero
LA IGLESIA cat¨®lica se ha mostrado siempre pudorosa con el tema del dinero. Las finanzas del Vaticano, como las de cualquier iglesia nacional o cualquier orden religiosa, han sido generalmente tema tab¨², hasta para los mismos creyentes. Cuando hace unos meses Juan Pablo II convoc¨® con urgencia la comisi¨®n de quince sabios, cardenales de la Iglesia cat¨®lica, para poner orden en las finanzas de la Iglesia, se empez¨® a especular con la idea de que la Iglesia estaba econ¨®micamente en quiebra. La comisi¨®n puso en claro que el d¨¦ficit vaticano galopaba vertiginosamente. Si en 1979 era de 1.700 millones de pesetas, pas¨® a 2.500 millones en 1980, 3.100 en 1981 y se prev¨¦n para este a?o unos 4.000 millones. La iniciativa del Papa fue, no obstante, enormemente acertada: se aclararon los d¨¦ficit y se pudo conocer mejor la estructura econ¨®mica del Vaticano.El Vaticano cuenta con varias instituciones patrimoniales. La Administraci¨®n del patrimonio de la Sede Apost¨®lica, tanto ordinaria, administrando los inmuebles de su propiedad en Roma, como extraordinaria, que tiene a su cargo las acciones, obligaciones y dep¨®sitos bancarios derivados de los fondos cedidos por el Estado italiano a la Santa Sede en 1929, y la gerencia de la ciudad del Vaticano, que se encarga de museos, sellos y aprovisionamiento del peque?o Estado.
La alarma en el Vaticano proven¨ªa de que los gastos de la administraci¨®n patrimonial eran superiores a los ingresos. Pablo VI puso en marcha un plan de austeridad, destinado a reducir los gastos fijos, aunque con escasos resultados. Durante un tiempo se pudo enjugar el d¨¦ficit de la administraci¨®n con los super¨¢vits de la Gerencia, hasta 1981 en que esta ¨²ltima acus¨® tambi¨¦n un d¨¦ficit de 6 mil millones de pesetas. Hubo entonces que recurrir a lo que hasta entonces se consideraba el tesoro intangible del Papa: el Obolo de San Pedro -procedente de donaciones- y los fondos del Instituto de Obras de Religi¨®n (IOR).
La soluci¨®n que se ofrec¨ªa a los quince cardenales, reunidos en marzo en Roma, era intensificar los ingresos por el ¨®bolo, estancados en 8 millones de d¨®lares desde 1979. Tambi¨¦n conven¨ªa que Paul Marcinkus, director del IOR, pasara a ser jefe de la Gerencia. Marcinkus multiplicar¨ªa sus intervenciones hasta que el alem¨¢n Hoeffner, los americanos Krol y Cooke, el catal¨¢n Jubany y dem¨¢s miembros de los quince sabios aumentaran las arcas del ¨®bolo.
La muerte del banquero Roberto Calvi hace unos d¨ªas, en Londres, ha puesto en evidencia algo de lo que ya se hab¨ªa hablado y olvidado: que la pol¨ªtica econ¨®mica del hombre fuerte de las finanzas vaticanas, Paul Marcinkus, antiguo jugador de rugby y exiliado lituano en Estados Unidos, estaba envuelta en graves esc¨¢ndalos. El Banco de Italia denuncia los manejos del presidente del Banco Ambrosiano, Roberto Calvi, acusado de evasi¨®n de capitales al extranjero por valor de unos 2.500 millones de d¨®lares y de un fraude contra el Ambrosiano por valor de unos 1.250 millones de d¨®lares. Al parecer, Marcinkus, en nombre del IOR, avalaba estas operaciones mediante escritos que tranquilizaban a los consejeros del Ambrosiano. Cuando ¨¦stos le han pedido que honrara su firma y devolviera los 1.250 millones, Marcinkus ha respondido que su participaci¨®n en el Ambrosiano es escasa, de un 1,6%. Roberto Calvi ha muerto en Londres en oscuras circunstancias. No es la primera vez que el obispo Marcinkus -de quien se dice mantiene buenas relaciones con clanes tejanos, generales latinoamericanos, y con el conservador alem¨¢n Franz-Joseph Strauss- est¨¢ implicado en esc¨¢ndalos: perdi¨® 80 millones de d¨®lares con el banquero siciliano Sindona, que ahora pena en Estados Unidos una condena de veinticinco a?os de c¨¢rcel por fraude. Paul Marcinkus reconoce que, aunque la Iglesia sea una entidad espiritual, "tenemos que usar, desgraciadamente, en este asunto los medios y caminos que son comunes en el mundo bancario"'. Tambi¨¦n hace a?os los tribunales espa?oles condenaron a los responsables econ¨®micos de una orden religiosa a penas de prisi¨®n mayor por tr¨¢fico ilegal de divisas. El secretismo de la Iglesia con los temas econ¨®micos y la ignorancia en que se mantiene a sus miembros respecto a los medios de subsistencia permite a unos pocos usar medios que sorprenden a la misma jerarqu¨ªa y que amenazan con poner en entredicho sus tareas espirituales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.