El Banco de Espa?a interrumpe los pagos a Libia
El Banco de Espa?a, con fecha de 30 de junio, ha interrumpido los pagos que deb¨ªa realizar por las importaciones espa?olas en Libia, correspondientes al segundo trimestre del a?o, en espera de que se regularicen las cuentas de importaci¨®n y exportaci¨®n con dicho pa¨ªs. El Gobierno libio adeuda, en estos momentos, m¨¢s de 130 millones de d¨®lares (unos 14.000 millones de pesetas) a un grupo numeroso de empresas y exportadores espa?oles que, con m¨¢s o menos paciencia, esperan desde hace un a?o que Tr¨ªpoli les pague.
La decisi¨®n de no transferir los pagos a Libia, dejando intacta la cuenta de cr¨¦dito rec¨ªproco que el banco central de dicho pa¨ªs tiene abierta en el Banco de Espa?a, fue adoptada en una reuni¨®n que se celebr¨® el pasado 30 de junio, entre los m¨¢ximos responsables del Ministerio de Econom¨ªa y Comercio y el Banco de Espa?a. La interrupci¨®n de los pagos se hizo en funci¨®n de que el banco central libio no hab¨ªa cursado las ¨®rdenes oportunas a las autoridades monetarias de Madrid para que se pagase a las empresas espa?olas las cantidades que se les adeudaban. En consecuencia, se acord¨® que, a su vez, no se pagase a Libia las cuentas acreedoras que tiene en Espa?a y que corresponden, en su mayor parte, a importaciones de petr¨®leo.Agust¨ªn Hidalgo de la Quintana, secretario de Estado del Ministerio de Comercio, consultado ayer por este peri¨®dico, manifest¨® que "el tema es muy delicado" y se?al¨® que n o se hab¨ªa bloqueado la cuenta libia sino que, exclusivamente, se hab¨ªa hecho un balance trimestral de las cuentas deudoras y acreedoras de cada pa¨ªs, con el fin de ajustar las transferencias que correspond¨ªan por importaciones y exportaciones. Fuentes del Banco de Espa?a, por su lado, confirmaron la interrupci¨®n de los pagos en espera de que "se regularicen las cuentas".
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Las autoridades espa?olas esperan regularizar las cuentas con Libia antes de proceder a la ejecuci¨®n de las deudas
Viene de la primera p¨¢ginaDe los 14.000 millones de pesetas de deuda que Libia tiene con Espa?a, unos 2.700 millones corresponden al consorcio conservero gallego Sainter, que agrupa a unas quince o veinte peque?as empresas del sector. Estas compa?¨ªas atraviesan ahora serias dificultades econ¨®mica.
Los esfuerzos oficiales por acelerar el pago de estas deudas comenzaron a ser constantes a partir de primeros de a?o cuando, incluso, se decidi¨® suspender las compras de crudo por un mes, con el fin de presionar a Libia a regularizar las cuentas. Los retrasos en los pagos se hab¨ªan comenzado a notar en la segunda mitad de 1981 y, tras la interrupci¨®n de las compras de crudo, una misi¨®n espa?ola viaj¨® a Tr¨ªpoli con el fin de negociar la soluci¨®n del problema. Formaban parte de esta misi¨®n funcionarios de los ministerios de Econom¨ªa y Comercio, Asuntos Exteriores, del Banco de Espa?a y los responsables de la pol¨ªtica de compras de petr¨®leo.
Esta misi¨®n, tras recibir promesas del Gobierno libio de que en el plazo de un mes se restablecer¨ªa la normalidad en los pagos, lleg¨® a un acuerdo, firmado el 9 de febrero, en el que "se considera ¨²til" que los bancos centrales de los dos pa¨ªses abrieran en las respectivas capitales unas llamadas cuentas de cr¨¦dito rec¨ªproco, que se utilizar¨ªan para regularizar los pagos mutuos.
Bajo los t¨¦rminos del citado acuerdo, el Gobierno libio se compromet¨ªa, en el plazo de un mes, a hacer frente a unas deudas contra¨ªdas con exportadores espa?oles que, en aquella fecha, se elevaban a 71.500.000 d¨®lares (unos 8.000 millones de pesetas). Por su lado, Espa?a adquirir¨ªa 30.000 barriles diarios de crudo (20.000 para Hispanoil y 10.000 para Petroliber), cantidad ligeramente inferior a los 55.000 barriles diarios que se compr¨® , como media en 1981 y que hab¨ªa sido la que Libia concedi¨® a Espa?a en los dif¨ªciles momentos que el mercado de petr¨®leo atraves¨® en los meses posteriores a la crisis iran¨ª de 1979.
Peregrinaciones a Tr¨ªpoli
El 22 de febrero, una misi¨®n libia lleg¨® a Madrid, presidida por el entonces subsecretario de Econom¨ªa y ahora ministro de Comercio, Shak Shuki, sin que hasta aquella fecha se hubiese regularizado el pago de las deudas. Los libios reiteraron sus promesas de pago y se procedi¨®, entoces, a abrir las cuentas de cr¨¦dito que se hab¨ªan negociado quince d¨ªas antes en Tr¨ªpoli. El procedimiento de pago se simplific¨® al m¨¢ximo, ya que bastaba que, poco antes de proceder a contabilizar los balances trimestrales, se cursaran las ¨®rdenes oportunas con cargo a dichas cuentas.
En la primera quincena de junio, otra misi¨®n espa?ola acudi¨® a Tr¨ªpoli con el fin de reiterar la necesidad de cursar la orden de pago. Se busc¨® una f¨®rmula para que se aceleraran los pagos, pero se encontr¨® una cierta oposici¨®n por parte libia, seg¨²n informan fuentes solventes, que se escudaron, al parecer, en el argumento de que se hab¨ªan sobredimensionado las ¨®rdenes de compras. Indicaron que se hab¨ªan encargado m¨¢s de cinco millones de pares de calzado y varias decenas de miles de mantas que no eran necesarias. Reconocieron, incluso, los serios problemas burocr¨¢ticos que sufre el pa¨ªs, tras la desaparici¨®n de la compa?¨ªa importadora libia, cuyo director general hab¨ªa desaparecido y podr¨ªa encontrarse en la c¨¢rcel.
En medios del sector exportador se menciona incluso los problemas pol¨ªticos internos libios y el hecho de que, cada misi¨®n que negocia, cambien los interlocutores. Algunos mencionan la misteriosa desaparici¨®n de documentos y la acumulaci¨®n, en los puertos libios, de enormes cantidades de productos, algunos perecederos, que se descomponen sin siquiera desembalarlos. Otros se?alan, por el contrario, que el problema puede obedecer a que se est¨¢ celebrando en Libia el mes de Ramad¨¢n.
En medios diplom¨¢ticos se apunta tambi¨¦n la aparente inestabilidad que sufre el r¨¦gimen libio del coronel Gadafi y los continuos cambios en la administraci¨®n pol¨ªtica que se suceden.
Fuerte desequilibrio comercial
La ausencia de pagos de Libia es m¨¢s dram¨¢tica a la luz del fuerte desequilibrio que ofrece, a favor de dicho pa¨ªs, el comercio entre Madrid y Tr¨ªpoli. En 1981, la tasa de cobertura espa?ola en sus relaciones comerciales con Libia era tan s¨®lo del 30%, ya que las exportaciones a dicho pa¨ªs sumaron 40.000 millones de pesetas con unas importaciones (en su mayor parte, crudo y gas) de 122.256 millones.
Este desequilibrio, por el contrario, ofrece la ventaja de la f¨¢cil recuperaci¨®n del dinero que adeuda Libia. Al 30 de junio, cuando se interrumpieron los pagos, la cuenta libia en el Banco de Espa?a arrojaba un saldo a su favor de unos 123,3 millones de d¨®lares con operaciones a punto de cerrarse, tambi¨¦n a su favor, por importe de 109 millones de d¨®lares. El saldo, pues, superaba los 232 millones de d¨®lares, cantidad m¨¢s que suficiente para cubrir todas las deudas.
Estas ascend¨ªan, por otro lado, a unos 130 millones de d¨®lares, de las que unos cien corresponden a puro comercio y otros treinta a saldos por obras de car¨¢cter civil. De los cien que corresponden a comercio, algo m¨¢s de veinte pertenecen a los conserveros gallegos, en cuyo grupo es donde m¨¢s se ha aireado el problema, pese que han podido cobrar su deuda por medio de la Compa?¨ªa Espa?ola de Seguros de Cr¨¦ditos a la Exportaci¨®n (CESCE).
El problema para ¨¦stos es que s¨®lo aseguraron diez millones de d¨®lares, que al cambio de entoces s¨®lo representa una tercera parte de su saldo negativo con el pa¨ªs ¨¢rabe.
Por otra parte, en las ¨²ltimas semanas los libios han dado ¨®rdenes de pago por un total de 37 millones de d¨®lares, que corresponden a compras recientes, pero se niegan a aceptar la mayor parte de las viejas.
En medios solventes de la Administraci¨®n se asegura que el problema comercial con Libia tiene una f¨¢cil soluci¨®n y que s¨®lo es cuesti¨®n de una corta espera. Espa?a abona mensualmente a Libia m¨¢s de cincuenta millones de d¨®lares en compras de crudo y bastar¨ªan, hipot¨¦ticamente, menos de tres meses para cubrir la deuda. Peor es el caso de Francia o Italia, a los que los libios adeudan 1.200 y 1.600 millones de d¨®lares, respectivamente.
No obstante, algunos medios ven un cierto riesgo en la eventual cancelaci¨®n por parte libia de contratos espa?oles, para construcci¨®n civil en dicho pa¨ªs, que totalizan la cifra de 64.000 millones de pesetas. Otro riesgo es la fuerte colonia espa?ola que existe en dicho pa¨ªs. La amenaza de sus suspensi¨®n de las ventas de crudo ser¨ªa menos determinante dada la situaci¨®n favorable del mercado de petr¨®leo.
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