Llora un cocodrilo
El comunicado en el que ETA asume la autor¨ªa del atentado cuya v¨ªctima de diez a?os, Jos¨¦ Alberto Mu?agorri, vive sin apenas vivir en el Hospital de la Cruz Roja de San Sebasti¨¢n, al borde todav¨ªa de la muerte, y si no, de una existencia dram¨¢ticamente mutilada, es una indignante manifestaci¨®n de cinismo: no colocaron la bomba donde el ni?o la hizo explotar involuntariamente, y eran, por tanto, otros sus destinatarios. Como tambi¨¦n la hora en que debi¨® estallar: no lo dijeron antes porque ten¨ªan que averiguar en su organizaci¨®n si la orden de usar el fatal artilugio proven¨ªa de ellos o de otro origen. ( ... )La nota rezuma jactancia, pese a las gotas lastimeras vertidas por compromiso ocasional y apresurado; prueba hasta qu¨¦ punto cabe esperar -contra lo que ciertos pol¨ªticos irresponsables han pretendido reiteradamente- unas reacciones, una actitud humanitaria y dialogante por parte de esas gentes, pagadas, entrenadas, dirigidas, para el terror y la sangre.
4 de julio
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