Los vecinos de Reoc¨ªn aceptan vender su pueblo por 460 millones
La Real Compa?¨ªa Asturiana de Minas (RCA) y los habitantes de la localidad c¨¢ntabra de Reoc¨ªn, obligada a desaparecer ante la necesidad de explotar la mina a cielo abierto, han llegado a un acuerdo, pr¨¢cticamente definitivo, por el que los habitantes, los 65 actuales vecinos, percibir¨¢n una indemnizaci¨®n total de 460 millones de pesetas. El abandono del pueblo en las zonas m¨¢s cercanas a la explotaci¨®n minera se iniciar¨¢ a primeros del pr¨®ximo mes de septiembre.
Representantes de los vecinos de Reoc¨ªn -asesorados por el abogado Benito Huerta-, de los trabajadores de la mina y de la direcci¨®n de ¨¦sta negociaron durante la pasada semana las bases del acuerdo, que ha sido valorado positivamente por las partes en litigio. Seg¨²n el texto del acuerdo, cada vecino percibir¨¢ un mill¨®n y medio de pesetas por su casa y terrenos, adem¨¢s de la cantidad fijada en su d¨ªa por la comisi¨®n t¨¦cnica. El montante total de las indemnizaciones que deber¨¢ pagar la empresa, tras la culminaci¨®n de la negociaci¨®n, alcanzar¨¢ los 460 millones de pesetas.
En septiembre abandonar¨¢n
El acuerdo econ¨®mico est¨¢ condicionado al cumplimiento por parte de los vecinos afectados de ciertas condiciones, entre las que se incluye el abandono para el 1 de septiembre de las ocho casas m¨¢s cercanas a la primera l¨ªnea de explotaci¨®n a cielo abierto de la mina, el compromiso de no entorpecer los trabajos y la vinculaci¨®n al acuerdo de todos y cada uno de los afectados. La RCA pagar¨¢ el 50% de las cantidades acordadas en el momento de la firma oficial del compromiso alcanzado, y el resto, cuando se haga efectiva la evacuaci¨®n de los afectados.
las primeras casas
La desaparici¨®n de Reoc¨ªn ha venido determinada por los planes de explotaci¨®n de nuevas vetas por la RCA en el subsuelo del pueblo y a cielo abierto, lo que hac¨ªa inviable la permanencia en la zona de sus antiguos habitantes. Los estudios geol¨®gicos realizados por la empresa han permitido determinar la existencia de una importante veta de zinc en la superficie ocupada por el pueblo, y cuya explotaci¨®n tendr¨¢ una duraci¨®n estimada en diez a?os.Desde un primer momento, el centenar de habitantes de Reoc¨ªn aceptaron, como mal menor, la desaparici¨®n del pueblo a cambio del mantenimiento de la mina, de la que depend¨ªa la mayor¨ªa de los habitantes. Los problemas comenzaron en el momento de valorar las propiedades de ¨¦stos, que en un primer momento avanzaron la cifra de 1.100 millones, y en la insistencia de algunos de ellos de negociar individualmente con la empresa, a lo que ¨¦sta se negaba.
La desaparici¨®n del pueblo, un mal menor
Sin embargo, para los habitantes de Reoc¨ªn las dificultades y los problemas actuales no representaban ninguna novedad; ya a finales de los a?os setenta la mina, propiedad de una empresa belga desde principios de siglo, estuvo a punto de cerrar, tras agotar las principales vetas. Encierros y manifestaciones consiguieron que la Administraci¨®n negociara la venta de la mina a Asturiana de Zinc, actual propietaria.
Cuando el fin de Reoc¨ªn ya es algo aceptado resignadamente por sus vecinos, se recuerdan las dos veces que estuvo a punto de desaparecer en dos accidentes de suma gravedad: en 1965, al saltar el dep¨®sito de aguas residuales de la mina, que se cobr¨® diecisiete vidas, y, dos a?os despu¨¦s, cuando, debido a las excavaciones, la mayor¨ªa de las casas se vinieron abajo. Ahora la mina que dio vida a este pueblo, situado en la comarca de Torrelavega, exige su desaparici¨®n.
Con la aceptaci¨®n, por parte de los vecinos, de la suma total de 460 millones de pesetas se salda una larga historia de tensiones entre la RAC y los habitantes de Reoc¨ªn, cuyo ¨¦xodo, de hecho, se hab¨ªa iniciado hace meses. Una historia de disputas y divisiones que se originaron en el seno del propio pueblo, entre los vecinos que se conformaban con indemnizaciones m¨¢s bajas, a juicio de los que solicitaban cantidades superiores para la venta de sus domicilios y terrenos. En el primer caso se encontraban aquellos vecinos que por trabajar en las minas de zinc sufr¨ªan, seg¨²n acusaciones del bando contrario, mayores presiones de la empresa. En el segundo caso se encontraban los propietarios que no ten¨ªan relaciones laborales con la empresa, algunos de los cuales, solicitaron tambi¨¦n nuevas casas en otro lugar.
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