Brasil y Chile recelan de los planes rearmamentistas del Gobierno de Buenos Aires
En su discurso a la naci¨®n el pasado primero de julio, el presidente Reynaldo Bignone se refiri¨® a la solidaridad latinoamericana con Argentina y al ¨¦nfasis que pondr¨¢ la canciller¨ªa en el futuro en las relaciones con Latinoam¨¦rica. El nombramiento como nuevo canciller de la Rep¨²blica del embajador en Venezuela, Juan Aguirre Lanar?, en reconocimiento a su labor en aquel pa¨ªs, que fue el que con mayor claridad expuso su apoyo a Buenos Aires, ha de interpretarse como s¨ªmbolo de la opci¨®n latinoamericana actual de Argentina.Pero si la guerra de las Malvinas ha llevado a Argentina la solidaridad de Am¨¦rica Latina, tambi¨¦n ha despertado recelos en sus vecinos. Algunos Ej¨¦rcitos de pa¨ªses fronterizos parecen haberse percatado de que, si bien las Fuerzas Armadas argentinas no eran lo suficientemente potentes para derrotar a Gran Breta?a, s¨ª demostraron, por el contrario, disponer de potencial sobrado para eventuales conflictos regionales.
Los chilenos ya se hab¨ªan quejado de la necesidad de sostener un abultado presupuesto militar, debido al mantenimiento del conflicto de Beagle. Despu¨¦s de la guerra de las Malvinas, se ha se?alado que generales brasile?os solicitaron al presidente Jo¨¢o Figuereido el reequipamiento de las Fuerzas Armadas de Brasil.
Aunque las fronteras entre Argentina y Brasil fueron refrendadas hace un siglo, los generales brasile?os parecen creer que nada garantiza que no surja otro Galtieri. El territorio de Las Palmas, que abarca el Estado de Santa Catalina y parte de R¨ªo Grande do Sul y Paran¨¢, fronterizo con la provincia argentina de Misiones, preocupa a los brasile?os.
Esa regi¨®n form¨® parte de la provincia argentina de Misiones, pero cuando Espa?a fue expulsada de R¨ªo Grande do Sul, en 1777, no pudo incluirla en el virreinato de R¨ªo de la Plata. Argentina la reclam¨® varias veces, pero la perdi¨® cuando se someti¨® al arbitraje del presideate norteamericano Stephen Grover Cleveland, en 1895, y ¨¦ste decidi¨® el mejor derecho de Brasil. El Ej¨¦rcito brasile?o tiene actualmente en la regi¨®n su contingente m¨¢s preparado, y estudia transferir a ella la quinta brigada de caballer¨ªa blindada de R¨ªo.
Por otra parte, se sabe hoy que, m¨¢s que el fracaso militar, fue el abrazo de Nicanor Costa M¨¦ndez a Fidel Castro, y la intervenci¨®n del primero en la reuni¨®n de los No Alineados de La Habana, lo que precipit¨® la ca¨ªda de Leopoldo Galtieri. Los negocios con Cuba, que eran importantes para Argentina, fueron interrumpidos por la actual Junta Militar cuando asumi¨® el poder en 1976. Pero Cuba sigue siendo la llave de una cierta solidaridad latinoamericana, que en este caso tendr¨ªa que ser contra los imperios.
Nuevo papel del Ej¨¦rcito
El Ej¨¦rcito resta?a hoy sus heridas, y sobre todo estudia los fallos y las debilidades de la pasada guerra. Como revelara el hombre fuerte del r¨¦gimen, general Cristino Nicolaides, el s¨¢bado pasado, se est¨¢ pensando un nuevo papel para las Fuerzas Armadas: convertir al Ej¨¦rcito en profesional, modernizar el equipo de las tres Armas, potenciar la aviaci¨®n, crear unidades especiales.
El almirante Castro Madero, presidente de la comisi¨®n nacional de energ¨ªa at¨®mica, ha anticipado que est¨¢ en estudio incluso un proyecto de construcci¨®n de un submarino nuclear.
Sin embargo, la necesidad de solucionar el conflicto de las Malvinas, de nuevo por las armas si es necesario, las expectativas de un plan Marshall norteamericano para la econom¨ªa argentina, que pueda reparar el deca¨ªdo prestigio militar en el a?o y medio de ejercicio que se ha fijado el Gobierno de transici¨®n, y la garant¨ªa de estabilidad que supone el hecho de que, a pesar de todo, el argentino tiene garantizado su bife diario, puede hacer concebir m¨¢s tarde al establishment militar la idea de que tiene espacio pol¨ªtico para rato.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.