Las teor¨ªas y la realidad
En los modelos de reg¨ªmenes parlamentarios, uno de los mecanismos que se establecen para contribuir al normal funcionamiento de las instituciones es la facultad de disoluci¨®n anticipada, que las Constituciones suelen atribuir a los presidentes del Gobierno.La Constituci¨®n espa?ola de 1978 viene a reconocer en su art¨ªculo 115 al presidente del Gobierno, previa deliberaci¨®n del Consejo de Ministros, la posibilidad de proponer al Rey el decreto de disoluci¨®n, teniendo que fijarse con tal real decreto la fecha de elecciones.
Adem¨¢s del supuesto de disoluci¨®n anticipada, los art¨ªculos 68 y 69 de la Constituci¨®n espa?ola determinan que el mandato de diputados y senadores terminar¨¢ cuatro a?os despu¨¦s de su elecci¨®n, debiendo convocarse las elecciones entre los treinta y sesenta d¨ªas desde la terminaci¨®n del mandato.
En consecuencia, agotada la legislatura, las pr¨®ximas elecciones generales tendr¨ªan que convocarse entre el 1 de abril y 1 de mayo de 1983, si recordamos que los actuales parlamentarios fueron elegidos el 1 de marzo de 1979. La alternativa que suscita la atenci¨®n y especulaciones de los dirigentes pol¨ªticos y los comentaristas oscila entre elecciones anticipadas, a partir de noviembre de 1982, o elecciones generales, al finalizar la legislatura, que pudieran coincidir en abril o mayo de 1983, con las municipales, provinciales y las de algunos Parlamentos regionales.
Pueden exponerse un conjunto de argumentos favorables a no anticipar las elecciones, pero los limitar¨¦ a los cuatro que me parecen de mayor entidad:
1. En la primera legislatura de la Constituci¨®n de 1978 parece conveniente para el prestigio de la propia instituci¨®n parlamentaria que la disoluci¨®n se produzca transcurridos los cuatro a?os establecidos para la duraci¨®n del mandato del Congreso y Senado.
2. En amplios sectores del electorado espa?ol se puede detectar un, cierto cansancio en concurrir a las urnas, que podr¨ªa inclinarles a posiciones abstencionistas. Parece oportuno recordar, a t¨ªtulo de ejemplo, las siete veces que, por elecciones generales, regionales, municipales y referendos auton¨®micos, se ha llamado al electorado andaluz a las urnas en un per¨ªodo de cinco a?os.
3. Las C¨¢maras legislativas tienen, en diverso nivel de tramitaci¨®n, un importante conjunto de proyectos de variada naturaleza que van desde la org¨¢nica del poder judicial, C¨®digo Penal, financiaci¨®n de la ense?anza obligatoria, bases de Administraci¨®n local, impuesto sobre el valor a?adido, hasta los estatutos de Canarias, Extremadura, Baleares y Castilla-Le¨®n, que convendr¨ªa que se convirtieran en leyes sin mayores demoras.
4. Toda campa?a electoral origina paralizaciones de actividades, cierta psicosis de incertidumbres o inquietudes, y gastos que aconsejar¨ªan su coincidencia con las elecciones municipales, provinciales y regionales de abril o mayo de 1983.
No obstante todo lo expuesto, el Gobierno, en una coyuntura plena de dificultades de muy diversa naturaleza, necesita operar con un m¨ªnimo de seguridad en su actuaci¨®n en el marco parlamentario para poder llevar adelante sus actividades, tales como tramitar los Presupuestos de 1983, impulsar el proceso legislativo, aunque no remita nuevos proyectos, y someterse a los mecanismos normales de control mediante interpelaciones y preguntas. De otra parte, un Gobierno que viene ejerciendo su funci¨®n sin mayor¨ªa en el Congreso de los Diputados, sufre un desgaste muy superior incluso al riesgo de la propuesta de una moci¨®n de censura.
La actual composici¨®n del Congreso y los asuntos que se ir¨ªan incluyendo en el orden del d¨ªa de la C¨¢mara baja a partir de septiembre permitir¨ªan que el concierto t¨¢cito que el PSOE y AP mantienen, desde 1979, siguiera funcionando para deteriorar la imagen del Gobierno de UCD, que dif¨ªcilmente podr¨ªa contar con el apoyo de los grupos nacionalistas.
La realidad pol¨ªtica se impone sobre consideraciones o planteamientos te¨®ricos que pueden parecer voluntaristas. Dec¨ªa Matternich que "gobernar es prever. Es m¨¢s f¨¢cil prever las tempestades que los golpes de viento".
En todo caso, la apreciaci¨®n de las posibilidades de gobernar ser¨¢ uno de los elementos b¨¢sicos que determinar¨¢ al presidente del Gobierno "bajo su exclusiva responsabilidad" a decidir sobre si propone al Rey la disoluci¨®n mediante decreto, fijando al tiempo la fecha de las elecciones.
Quiz¨¢ al aproximarse el oto?o tenga don Leopoldo Calvo Sotelo que reflexionar sobre la conocida frase de Ar¨ªstides Briand: "La pol¨ªtica es el arte de conciliar lo deseable con lo posible".
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