?Por que en 1983?
?Cu¨¢ndo deben ser las elecciones generales? He aqu¨ª un tema que merece seria reflexi¨®n, al margen de consideraciones electoralistas y de impaciencias que pueden volverse contra el sistema democr¨¢tico mismo.Mi punto de vista es: elecciones dentro del plazo previsto en la Constituci¨®n. No es bueno en ning¨²n pa¨ªs anticiparlas. En Espa?a, donde ya lo hicimos con las anteriores y donde adem¨¢s ha habido una cascada de elecciones y referendos en las comunidades aut¨®nomas, con amplios m¨¢rgenes de abstenci¨®n, este torbellino de consulta tras consulta podr¨ªa empachar a un pueblo que no estaba acostumbrado a esta din¨¢mica, y ello por razones obvias.
En primer lugar, habr¨ªa que aprobar una ley electoral, y eso no puede hacerse atropelladamente. El decreto que sirvi¨® para las de 1977 y 1979 no es utilizable en las pr¨®ximas; este criterio fue defendido fogosamente en una emisi¨®n de La clave por los representantes del PSOE y AP. Hacer una nueva ley electoral requiere cierto tiempo. Creo que hoy esa ley tendr¨ªa que eliminar la regla D'Hont y atenerse a un criterio de proporcionalidad m¨¢s riguroso que reflejara la actitud aut¨¦ntica de los electores, una ley por la que voten los hombres y mujeres de este pa¨ªs y no los kil¨®metros cuadrados.
Pero no es esta la ¨²nica raz¨®n que aconseje apurar el plazo constitucional. Hay otra y de peso; me refiero a los presupuestos. Se ha arg¨¹ido que los presupuestos no deben ser tra¨ªdos a las Cortes por un Gobierno que va a dejar de serlo tras las elecciones, sino por aquellos que van a gobernar posteriormente. Bien, pero eso significa, lisa y llanamente, lo contrario, es decir, que el a?o pr¨®ximo va a regir el presupuesto vigente, el actual, que habr¨ªa que prolongar. Porque celebrando las elecciones en noviembre, como calculan los partidarios de anticiparlas, mientras se constituyen las C¨¢maras, se inviste a un presidente y se forma un Gobierno va a pasar alg¨²n tiempo; m¨¢xime si se tiene en cuenta que cualquiera que sea la minor¨ªa mayoritaria -porque dudo que ning¨²n partido logre la mayor¨ªa absoluta-, esa minor¨ªa tendr¨¢ que aliarse con otros grupos pol¨ªticos para gobernar, y un acuerdo de ese tipo no ser¨¢ posible de la noche a la ma?ana, sobre todo despu¨¦s de una confrontaci¨®n que, planteada en t¨¦rminos de cambio, de enfrentamiento, va a hacer m¨¢s dif¨ªcil las aproximaciones.
En el mejor de los casos, habr¨ªa Gobierno, el que fuese, en diciembre. ?Cu¨¢ndo iba a elaborar el proyecto de nuevo presupuesto? Un presupuesto es una cosa muy seria, no puede ser una chapuza. Y con mayor raz¨®n un presupuesto de cambio. Necesita tiempo. Para tener uno serio, discutido y aprobado en las C¨¢maras nos situar¨ªamos ya bien entrado el a?o 1983. Por consiguiente, el nueve, Gobierno funcionar¨ªa con el presupuesto hecho para 1982 por el Gobierno y las C¨¢maras actuales. El argumento a que he aludido cae, pues, por los suelos. ?No ser¨ªa acaso mejor que prolongar el actual buscar un acuerdo amplio en estas mismas C¨¢maras para aprobar un presupuesto nuevo que corrija las deficiencias del actual y haga frente a los problemas sociales y econ¨®micos de 1983 m¨¢s eficazmente? Resulta incomprensible que ahora se niegue toda posibilidad de acuerdo con el Gobierno por quienes a lo largo de m¨¢s de un a?o no han hecho otra cosa que acuerdos de esa especie, a veces bastante s¨®rdidos.
Por otra parte, esto dar¨ªa lugar a completar la aplicaci¨®n del ANE y a prever medidas que el a?o pr¨®ximo permitan reducir el paro. O a establecer claramente el criterio de que el Estado, aqu¨ª, debe subvencionar el transporte urbano, como hace en otros pa¨ªses, considerando ¨¦ste como una especie de salario social, poniendo fin al drama de los municipios de grandes ciudades, que se hallan ahogados por el d¨¦ficit de dicho servicio actualmente. O bien a decidir que las pensiones m¨ªnimas se ajusten al salario m¨ªnimo interprofesional.
No cumplir el plazo constitucional, realizar elecciones anticipadas significa, de otra parte, hacerlas bajo el imponderable de lo que suceder¨¢ en el Tribunal Supremo con la sentencia del 23-F. ?A qui¨¦n conviene correr este riesgo? Creo, desde luego, que no a la izquierda. Bien utilizado -y la derecha va a hacerlo, aunque sea subterr¨¢neamente-, el imponderable puede tener efectos electorales serios.
Y en fin -aunque habr¨ªa otros argumentos-, estamos en momentos de gran confusi¨®n pol¨ªtica. Hay un proceso de redefinici¨®n del mapa pol¨ªtico. Partidos importantes del arco constitucional, como UCD, est¨¢n en una crisis que si la desembaraza del gran peso derechista que ha lastrado hasta aqu¨ª a ese partido podr¨ªa ser beneficiosa para el equilibrio democr¨¢tico. ?Por qu¨¦ no darle tiempo para redefinirse? Alianza Popular est¨¢ en per¨ªodo de auge, pero en medio tambi¨¦n de enorme confusi¨®n: est¨¢ siendo el caj¨®n de sastre de todos los retales derechistas.
Es importante que el electorado tenga tiempo para ver claramente lo que significa su oferta, porque si no puede votar creyendo que AP es un suced¨¢neo de UCD, lo que no es cierto, y podr¨ªa resultar arriesgado para la democracia.
Los comunistas tambi¨¦n -no lo oculto- necesitamos alg¨²n tiempo para superar las heridas de nuestra crisis. ?Y a qui¨¦n que de verdad quiera garantizar el equilibrio y solidez de las instituciones democr¨¢ticas le interesa debilitar la presencia electoral de un partido, cuyo dinamismo vendr¨ªa, inevitablemente, a manifestarse en otros terrenos?
Pero el PSOE mismo, aun con el viento electoral en popa, tiene que aclararse. Su oferta de una mayor¨ªa para el cambio no tiene credibilidad si no dice claramente con qui¨¦n va a crearla al d¨ªa siguiente de las elecciones. Por el momento, lo ¨²nico que se sabe es que no lo har¨¢ con el PCE. Bien, est¨¢ en su derecho. Mas, en tal caso, debe aclarar concretamente que la har¨¢ hacia la derecha y con qui¨¦n. Otra cosa resultar¨ªa un fraude a su electorado.
De la confusi¨®n pol¨ªtica actual no se puede salir aumentando m¨¢s la confusi¨®n. No se puede salir con fugas adelante que no se sabe a qu¨¦ conducen. Es un momento en que se impone la claridad, la serenidad y la responsabilidad. Y no se nos venga con que hoy no estarnos gobernados y no puede seguirse as¨ª, porque ya llevamos m¨¢s de un a?o en esa situaci¨®n y peor que prolongarla unos meses ser¨ªa desembocar por irreflexi¨®n en una situaci¨®n que resulte todav¨ªa m¨¢s ingobernable. De ah¨ª nuestro criterio: cumplir el plazo constitucional, llevar las elecciones a 1983.
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