El estructuralismo ha muerto
Hace unas semanas me llegaba una carta con membrete del departamento de lenguas y literaturas eslavas de la Universidad de Harvard en la que Roman Jakobson se disculpaba por no poder asistir al Congreso sobre Semi¨®tica e Hispanismo que estamos organizando para junio del pr¨®ximo a?o y al que se le hab¨ªa invitado como figura clave en esta estrategia de investigaci¨®n sobre c¨®digos de comunicaci¨®n que llamamos semi¨®tica. Bien es verdad que Jakobson en el mundo cient¨ªfico era ¨²ltimamente m¨¢s reliquia que actualidad, pero tambi¨¦n lo es que en muchos sectores del amplio dominio hisp¨¢nico es m¨¢s actualidad (por explorar) que reliquia.Las l¨ªneas que siguen no pueden ser, sin embargo, un ditirambo de agradecimiento a su delicadeza por disculparse con una justificaci¨®n cuya gravedad estuve yo muy lejos de ponderar, a pesar de su avanzada edad. La grandeza de la obra que Jalcobson deja a su muerte no puede ser tratada por un ling¨¹ista con simples halagos, sino con imponente respeto.
Jakobson es una de las primer¨ªsimas figuras cimeras de la ling¨¹¨ªstica estructuralista del siglo XX. Primero, como promotor de la escuela rusa del m¨¦todo formal, que revoluciona los estudios literarios al uso, sustituy¨¦ndolos por otros en los que la innegable base ling¨¹¨ªstica de la literatura recibiera la necesaria atenci¨®n preponderante. Luego, como padre de la fonolog¨ªa de Praga, en la que el estudio del nivel f¨®nico de la lengua obtiene un riguroso estatuto cient¨ªfico.
Finalmente, al fecundar la ling¨¹¨ªstica norteamericana con la prosecuci¨®n de sus investigaciones en tres frentes: el fonol¨®gico, que llega casi a exigir nuevas hip¨®tesis de investigaci¨®n gramatical (como la ling¨¹¨ªstica generativa); el de la po¨¦tica ling¨¹¨ªstica, que supera el foso que la escuela bloomfieldiana hab¨ªa abierto entre estudios ling¨¹¨ªsticos y estudios literarios, y el del alcance semi¨®tico de la investigaci¨®n ling¨¹¨ªstica, algunas de cuyas observaciones generales sobre las lenguas naturales son aplicables tambi¨¦n a otros sistemas de comunicaci¨®n o lenguajes: "ling¨¹ista soy, y nada del lenguaje me es ajeno", dijo una vez, parafraseando la conocida frase latina.
El uso del lenguaje
No s¨¦ si las afirmaciones que he hecho sonar¨¢n como her¨¦ticas en los o¨ªdos de los que en estos a?os atr¨¢s, afanosos por estar a la page, y desconociendo que en la ciencia cada paso supera e integra el anterior, se revolvieron contra la ling¨¹¨ªstica estructuralista en conjunto tach¨¢ndola de taxon¨®mica, o sea, que se limita a clasificar sin explicar, seg¨²n el dicterio de Noam Chomsky en Current Issues in Ling¨¹istic Theory.
El propio Chomsky, sin embargo, se ve forzado a admitir el gran m¨¦rito de la fonolog¨ªa de Jakobson al mostrar que un n¨²mero relativamente limitado de rasgos que pueden ser especificados en t¨¦rminos absolutos, independientemente de la lengua de que se trate, parece suministrar la base combinatoria de todas las lenguas, que los cambios hist¨®ricos afectan a estas clases de manera uniforme y que la organizaci¨®n de los rasgos juega un papel fundamental en el uso y adquisici¨®n del lenguaje (Lenguaje y Pensamiento).
Ciertamente, estos descubrimientos explicativos de los c¨®digos ling¨¹¨ªsticos (de estructura paralela, por cierto, a la de los c¨®digos gen¨¦ticos) se encuentran entre las adquisiciones incontrovertibles de la ling¨¹¨ªstica del siglo XX.
Es cierto que el paradigina estructuralista tiende a un reduccionismo inmanente que no tiene en cuenta el hecho de que el lenguaje se produce en situaci¨®n y que la lengua no s¨®lo nombra, sino que act¨²a, pero en Jakobson la apertura semi¨®tica de la ling¨¹¨ªstica fue una preocupaci¨®n continua y, cuando menos (salvo en fragor de pol¨¦mica), deja al descubierto las necesidades ulteriores de investigaci¨®n a las que no llega el alcance de su teor¨ªa.
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