Georges Habache: "Combinar la acci¨®n diplom¨¢tica con la militar es la ¨²nica forma de ser escuchados"
Pregunta. ?Qu¨¦ contrapartidas pol¨ªticas exige la OLP para abandonar Beirut?Respuesta. Usted reside en Beirut y, por tanto, habr¨¢ o¨ªdo esta tarde los vuelos de intimidaci¨®n de la aviaci¨®n israel¨ª. Nadie entre nosotros, empezando por el hermano Yasir Arafat -l¨ªder de la OLP-, est¨¢ dispuesto a seguir negociando sometido a estas continuas amenazas. Las fuerzas israel¨ªes tienen tambi¨¦n que levantar el cerco de Beirut. S¨®lo despu¨¦s, tranquilamente, empezaremos conversaciones con el Gobierno liban¨¦s para redefinir las relaciones de la OLP con el Estado de L¨ªbano.
P. ?Pero Arafat afirma ahora a diestra y siniestra que con quien quiere negociar es con EE UU?
R. Negociar con Washington implica primero un reconocimiento de la OLP por la Administraci¨®n norteamericana. Esto acabar¨¢ por ocurrir, y si no es ma?ana ser¨¢ pasado. Pero no ser¨¢ un regalo que nos har¨¢ Washington; seremos nosotros los que con nuestra lucha habremos forzado este reconocimiento, como ya lo hicimos con otros Gobiernos. M¨¢s de cien pa¨ªses ahora nos reconocen, y en la Asamblea General de la ONU todos est¨¢n a favor nuestro, excepto Israel y Estados Unidos. Obviamente, si Washington nos reconoce no vamos a rechazarlo, pero tampoco estamos dispuestos a pagar alg¨²n precio por el reconocimiento norteamericano.
P. En una negociaci¨®n OLP-Gobierno liban¨¦s ?qu¨¦ condiciones aceptar¨ªa la direcci¨®n palestina para abandonar L¨ªbano?
R. Entiendo que como periodista esto le interese. Pero si usted estuviera en mi puesto de jefe de guerrilleros que luchan por su destino y por su existencia frente a Israel, que sufren a diario amenazas y ataques, el problema principal no ser¨ªa la negociaci¨®n, sino la defensa de nuestras vidas ante la invasi¨®n enemiga. S¨®lo despu¨¦s figurar¨ªa la negociaci¨®n con el Gobierno liban¨¦s sobre nuestra presencia en L¨ªbano, cuyo punto de partida es nuestro derecho a existir pol¨ªtica y militarmente en el territorio liban¨¦s. ?No existe la OLP en Espa?a a trav¨¦s de su oficina en Madrid? Con tanta mayor raz¨®n tiene que estar representada en un pa¨ªs ¨¢rabe. El primer ministro israel¨ª, Men¨¢jein Beguin, que es el Hitler de este ¨²ltimo cuarto de siglo, dijo en su mitin del s¨¢bado pasado que la OLP ser¨ªa liquidada, pero nosotros decimos que no admitiremos otro Hitler en Oriente Pr¨®ximo y que su destino ser¨¢ el mismo que el del fundador del III Reich.
P. Mientras casi todos los dirigentes palestinos admiten impl¨ªcitamente el reconocimiento de Israel y algunos como Isam Sartaui, en Par¨ªs, preconizan el reconocimiento mutuo entre la OLP y el Estado hebreo, ?sigue usted preconizando la destrucci¨®n de Israel y su sustituci¨®n por un Estado laico y democr¨¢tico compuesto por ciudadanos de las tres religiones: musulmanes, cristianos y jud¨ªos?
R. El FPLP es una organizaci¨®n progresista, y, por tanto, nosotros rechazamos cualquier forma de racismo o de discriminaci¨®n religiosa. Esto significa que preconizamos el establecimiento de relaciones con las fuerzas jud¨ªas progresistas. Estamos tambi¨¦n dispuestos a aceptar algunas condiciones para el establecimiento de un Estado palestino sin m¨¢s, y despu¨¦s ya encontraremos el camino, colaborando con las fuerzas democr¨¢ticas jud¨ªas, para construir un Estado palestino democr¨¢tico y laico.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece la actitud de Arabia Saud¨ª, Siria y Egipto durante esta guerra?
R. Hay una gran diferencia entre el comportamiento de Siria, por un lado, y el de pa¨ªses reaccionarios como Arabia Saud¨ª y Egipto. Siria ha luchado a nuestro lado, y siguen a¨²n haci¨¦ndolo en Beirut y en la monta?a. Obviamente, podemos hacer observaciones sobre su actuaci¨®n y, por ejemplo, desear¨ªamos que se prepare totalmente al pueblo sirio para enfrentarse al Estado israel¨ª. Pero, qu¨¦ duda cabe, Siria es un pa¨ªs amigo y aliado. Egipto, en cambio -no el pueblo, el r¨¦gimen-, al firmar el tratado de Camp David fue a contracorriente de todas las aspiraciones ¨¢rabes, y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, sigue la l¨ªnea marcada en Camp David. Lo consideramos como una fuerza enemiga. Mubarak, eso s¨ª, intenta aprovecharse del conflicto para mejorar su imagen internacional, a pesar de que lo que ocurre ahora en L¨ªbano no hubiese sido posible sin la firma del tratado de Camp David. Arabia Saud¨ª intenta, por su parte, que se haga algo por el pueblo palestino, pero siempre y cuando est¨¦ patrocinado por EE UU.
P. ?La OLP, tras su derrota militar en esta guerra palestino-israel¨ª, se orientar¨ªa hacia una acci¨®n meramente pol¨ªtica o seguir¨ªa practicando la lucha armada?
R. No nos vamos a limitar a una acci¨®n meramente pol¨ªtica o diplom¨¢tica porque sabemos muy bien, por haberla practicado entre 1948 y 1967, que sola no sirve para nada, que nadie nos escucha. Tuvimos que recurrir a las armas para ser tomados en consideraci¨®n, para que las naciones no se apiadasen de nuestra condici¨®n de refugiados sin ayudarnos m¨¢s que envi¨¢ndonos leche en polvo. Estoy de acuerdo en que esta ¨²ltima experiencia en L¨ªbano nos obliga a replantear parte de nuestra estrategia. Pero para alcanzar nuestro objetivo seguiremos combinando la acci¨®n pol¨ªtica, diplom¨¢tica, con la militar.
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