Un hombre para un fracaso
El general Wojciech Jaruzelski emergi¨® a la escena pol¨ªtica polaca en febrero de 1981 cuando el secretario general del partido Stanislaw Kania lleg¨® al l¨ªmite de su capacidad pol¨ªtica, doblemente hostigado por los halcones del partido y por el crecimiento imparable del sindicato Solidarid¨¢d. Considerado entonces casi como un desconocido, el general Jaruzelki hab¨ªa ocupado, sin embargo, importante cargos en el partido y en el gobierno a partir de 1968. En esa fecha ocup¨® un puesto en el bur¨® pol¨ªtico del Comit¨¦ Central del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP) y m¨¢s tarde fue nombrado ministro de Defensa durante le ¨¦poca de relativa apertura de Edward Gierek (1970-1980).Al sustituir a Kania al frente del partido y del gobierno, el general Jaruzelski sigui¨® la pol¨ªtica de su antecesor en un triple frente: hacerse con el control del propio partido, ofrecer garant¨ªas a quienes entre sus aliados del Pacto de Varsovia propugnaban una intervenci¨®n directa en los asuntos polacos y, en el interior, tratar de llegar con los sindicalis tas de Solidaridad y con la Iglesia a un compromiso que no pusiese en causa en el fondo el sis tema establecido. En los dos primeros frentes el nuevo hombre fuerte polaco tuvo un cierto ¨¦xito: deshizo todo asomo de oposici¨®n dentro del partido y en sucesivos viajes a Mosc¨² logr¨®, apa rentemente, calmar al nerviosis mo manifiesto de los dirigentes del Kremlin. Fracas¨® rotundamente, sin embargo, en el di¨¢logo establecido con Solidaridad y la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica para dar una salida institucional a lo que, a partir del verano de 1981, se convirti¨® ya en una abierta rebeli¨®n popular contra el propio sistema. Tras los congresos de Solidaridad de Random y Gdanks, en los que claramente se propuso un cambio de r¨¦gimen, Jaruzelski opt¨® finalmente por la v¨ªa dura y, en una operaci¨®n que tom¨® por sorpresa a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, decret¨® el estado de guerra en la madrugada del 13 de diciembre. Siete meses despu¨¦s, la normalizaci¨®n pol¨ªtica est¨¢ lejos de alcanzarse a pesar del anuncio de suavizaci¨®n de algunas medidas represivas. Mientras, la situaci¨®n econ¨®mica, marcada por el endeudamiento exterior y por la falta de abastecimiento interior, apenas ha mejorado, como reconoce el propio primer ministro en esta entrevista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.