Texto ¨ªntegro de la invocaci¨®n de don Juan Carlos
El texto ¨ªntegro de la invocaci¨®n de su majestad el Rey al ap¨®stol Santiago, le¨ªdo por don Juan Carlos en la catedral compostelana, es el siguiente:"Se?or Santiago, ap¨®stol y patrono de Espa?a:
Al pronunciar estas palabras, en la noble y tradicional ofrenda a vuestro patronazgo, siento una doble emoci¨®n: la de un Rey orgulloso de su condici¨®n de creyente y la del peregrino que se acerca a tu sepulcro a rendirte con sencillez su homenaje".
"Ambos sentimientos est¨¢n unidos por la firme creencia de que m¨¢s que nunca nos tienes hoy bajo tu protecci¨®n y ayuda".
"Los millones de peregrinos que vienen a visitarte en este a?o jubilar cumplen y reviven una tradici¨®n que nace en la m¨¢s brillante y fecunda teolog¨ªa medieval. La ¨ªntima y espiritual certeza de que nos escuchas ilumina a su vez este paso innumerable ante tus restos, y convierte el camino hasta aqu¨ª en una l¨²cida expresi¨®n de nuestra identidad cristiana occidental".
"Porque si es verdad que entre los antiguos romeros que poblaban la ruta jacobea y nosotros, hombres de hoy, existen fundamentales diferencias, no es menos cierto que compartimos con ellos en el tiempo y en el espacio el pensamiento de que el esp¨ªritu prevalece y con ¨¦l la vocaci¨®n m¨¢s alta del hombre, la de encararse responsablemente con la eternidad".
"Desde esa humilde confianza que nos inspiras, al empujar nuestra fe con tu conducta apost¨®lica, yo quiero pedirte por mi pueblo, por sus gentes y comunidades y, en definitiva, por su futuro".
"Cons¨¦rvanos, se?or Santiago, desde este p¨²lpito de la cristiandad, desde la ciudad bien compuesta, la fe en Dios, la fe en el hombre".
"Cons¨¦rvanos la fe en Espa?a y en nuestro destino colectivo, que siempre ha madurado y se ha engrandecido en la conciencia de que vivir es una exigencia de perfecci¨®n que ha de cumplirse cada d¨ªa".
"No te voy a ocultar, pues t¨² nos conoces desde hace siglos, que nuestros pecados son muchos, acaso los de siempre, y que no podr¨ªamos entrar con ellos ni siquiera por la puerta Santa compostelana".
"Pero t¨² sabes tambi¨¦n que somos hombres de fe y que, como los antiguos caminantes de la ruta de estrellas, asumimos nuestras faltas con valent¨ªa tantas cuantas veces se nos ha pedido cuenta de ellas. Abrimos ante ti nuestro pecho, como los romeros lo hac¨ªan para pedir perd¨®n e indulgencia".
"En esa confianza que nos da tu presencia din¨¢mica en nuestra historia, nos atrevemos a pedir ayuda para que, como en tantas otras ocasiones, mantengas en nosotros la esperanza en el porvenir, que es nuestro mejor patrimonio".
"Ay¨²danos, se?or Santiago, a vencer las dificultades tristes de cada d¨ªa, poniendo contra ellas el tes¨®n con que otras veces vencimos las grandes cat¨¢strofes".
"Ay¨²danos a ser jovenes. A mirar adelante con voluntad de justicia y de solidaridad. A multiplicar el trabajo de cada jornada, enriqueciendo el pan de todos".
"Ay¨²danos a ser generosos en la victoria, invencibles en la derrota, firmes en el amor a los nuestros y a lo nuestro, solidarios con todos en la paz".
"Ay¨²danos, patr¨®n de todos los espa?oles, a incrementar nuestro amor a Espa?a. A no tener miedo a nuestra autenticidad. A compartir con todos nuestra entrega a la patria, que nos dignifica y engrandece".
"Ay¨²danos a abrir surcos a las ilusiones, a mantenerlas hombro con hombro, part¨ªcipes en un destino com¨²n".
"Ay¨²danos a trabajar en paz, a universalizar la paz, a d¨¢rnosla con la mano abierta y el esp¨ªritu dialogante".
"Dice la tradici¨®n de la ruta jacobea que si se te formulan tres peticiones en el p¨®rtico milenario concedes una de ellas. Las m¨ªas, como Rey y peregrino, s¨®lo tienen una palabra m¨²ltiple y acogedora: Espa?a, Espa?a, Espa?a".
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