La guerra irano-iraqu¨ª
Hablar en Occidente de Jomeini, de su revoluci¨®n isl¨¢mica y de la guerra irano-iraqu¨ª es algo sumamente dif¨ªcil despu¨¦s de tres a?os de falsas propagandas antijomeinistas, en parte manejadas y en parte ignorantes de la realidad isl¨¢mica, donde el Islam es algo m¨¢s que una simple religi¨®n.Que estemos de acuerdo o no con Jomeini y su revoluci¨®n es un asunto particular de cada cual, porque ¨¦l la hizo en su pa¨ªs, y nos guste o no, es un asunto interno iran¨ª, y aunque el im¨¢n ha repetido que no va a exportar la revoluci¨®n, sus vecinos est¨¢n en alerta porque no conrian en sus pueblos, ni sus pueblos confian en ellos, y quieren, injustamente, cargar sus problemas internos a Jomeini.
Con respecto a la guerra con Irak, todo el mundo sabe que fue impuesta a Ir¨¢n en contr¨¢ de su voluntad, al cruzar el Ej¨¦rcito de Saddam sus fronteras y destruir su econom¨ªa, financiado por los pa¨ªses del golfo con cifras astron¨®micas que si fueran empleadas en sanidad y educaci¨®n salvar¨ªan a millones de ¨¢rabes de la vida infrahumana que viven, y aunque como ¨¢rabe comparto los derechos nacionales de Irak, nadie duda de q ue ¨¦stos no fueron la raz¨®n real, y tampoco el modo de pedirlos fue el m¨¢s adecuado, precisamente cuando Ir¨¢n se convierte de anti¨¢rabel en pro ¨¢rabe, y tampoco enga?a a nadie el intento de ofrecer esta guerra como entre ¨¢rabes y persas o entre sumitas y chiitas, o el extra?o arabismo y sospechoso islamismo- de algunos que s¨®lo se manifiesta contra Ir¨¢n y luce por su ausencia cuando est¨¢n en el medio otros, y el ejemplo de L¨ªbano es m¨¢s que suficiente, donde miles de ¨¢rabes y, por m¨¢s se?as, sumitas aislados del mundo en Beirut oeste y castigados inhumanamente bajo una indiferencia muy significativa.
Aunque es inaceptable hacer una guerra causando cientos de miles de v¨ªctimas y destruyendo a dos pa¨ªses, y cuando el viento est¨¢ en contra pedir el alto fuego, como si nada ha ocurrido; este holocausto, a pesar de todo, debe de parar, porque estas p¨¦rdidas de vidas inocentes no hay raz¨®n en el mundo que las pueda justificar, pero es preciso aclarar que Jomeini y su revoluci¨®n son las v¨ªctimas de este rompecabezas del, golfo, por cometer el mortal pecado de intentar salir de la ¨®rbita de las dos superpotencias./
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