La realidad de Colombia

He podido leer, a mi regreso de Colombia, el art¨ªculo que publicaron el 18 de junio pasado en "Tribuna Libre." Colombia y su tradici¨®n democr¨¢tica.Lo primero que se me ocurre es que si las personas que lean el art¨ªculo del seflor Jos¨¦ Prat no conocen Colombia, seguir¨¢n sin conocerlo.

El reducido analfabetismo (15%) es una cuesti¨®n de cifras. La mayor¨ªa de los ni?os (y no me refiero a los de las clases acomodadas, que son la minor¨ªa), si bien es cierto que un d¨ªa u otro se encuentran inscritos en la escuela -suponiendo que haya una cerca, lo que no siempre es el caso-, tambi¨¦n lo es que las repetidas ausencias impiden que los alumnos sigan una escolaridad normal.

Y c¨®mo pudiera ser de otro modo, si, seg¨²n una encuesta realizada por la oficina del menor trabajador en 882 escuelas (publicada por un diario de Medell¨ªn en febrero de 1981): 148.000 ni?os trabajan en labores dom¨¦sticas; 60.583 desempe?an actividades de adultos, fuera del hogar, y ¨²nicamente 50.869 ni?os del total censado pueden dedicarse a estudiar y descansar en sus horas libres.

La mayor¨ªa de los ni?os sale de la escuela sabiendo apenas leer y escribir, cosa que muchos olvidan por falta de pr¨¢ctica alg¨²n tiempo despu¨¦s...

Claro que las estad¨ªsticas pueden dar, con raz¨®n, s¨®lo un 15%. de analfabetos. Todo un ¨¦xito.

Seguramente que el se?or Prat no oy¨® nunca hablar del MAS, ni de los ind¨ªgenas asesinados en ese pa¨ªs tan democr¨¢tico -once en dos meses, seg¨²n me contaron- y, aunque no haya estad¨ªsticas al respecto, las familias de las v¨ªctimas saben contar los muertos.

Es posible que tampoco le comunicaran el informe de Amnist¨ªa Internacional en el que se documentaban los abusos cometidos por las fuerzas del Gobierno.

Y que, por falta de tiempo, se haya privado del espect¨¢culo del valle de Bogot¨¢ visto desde.el barrio de tugurios de Meissen (300.000 almas).

Ojal¨¢ pueda el se?or Betancurt, presidente electo de Colombia, utilizar todo su fervor en realizar milagros en ese pa¨ªs de tradici¨®n tan democr¨¢tica (300.000 muertos durante la ¨¦poca de la violencia).

Termino dici¨¦ndoles .Que lo que me ha movido a escribirles no es la opini¨®n del se?or Prat, sino el hecho de que sea un senador socialista el que la manifieste.

Tengo, aunque pueda pasar por ingenua, otra idea de lo que es el socialismo.

Y que un peri¨®dico como EL PAIS publique un art¨ªculo semejante, calific¨¢ndolo de optimista y novedoso, es m¨¢s que decepcionante. /