Una exposici¨®n 'desmitificadora' sobre la Inquisici¨®n mostrar¨¢ por vez primera los documentos del Santo Oficio
Se inaugura a finales de septiembre en el palacio de Vel¨¢zquez de Madrid
La Inquisici¨®n espa?ola, creada por el Papa Sixto IV el 1 de noviembre de 1478 marc¨®, durante m¨¢s de trescientos a?os, la vida oficial y popular de este pa¨ªs, hasta tal punto que, seg¨²n se?alan los especialistas, la actual forma de ser individual y colectiva del espa?ol se form¨®, en gran parte, bajo la influencia de este organismo, "que no fue ni tan terror¨ªfico como algunos lo describen ni tan beneficioso como otros lo han calificado". El Ministerio de Cultura prepara, con la colaboraci¨®n de algunos de los mejores especialistas espa?oles en el tema, una gran exposici¨®n, que ser¨¢ inaugurada a finales de septiembre, en el Palacio de Vel¨¢zquez, de Madrid, sobre los aspectos hist¨®ricos y culturales de la Inquisici¨®n.
"La muestra va a defraudar, probablemente, a muchas personas", explica Pedro Gonz¨¢lez, coordinador ministerial de la exposici¨®n, "porque no va a ser truculenta, ni va a resaltar los aspectos m¨¢s macabros y sangrantes, con autos de fe, ejecuciones en la hoguera y otras formas m¨¢s refinadas de tortura. Pretendemos recoger los vastos estudios cient¨ªficos que existen en estos momentos acerca de la Inquisici¨®n, que tienden a analizarla de una manera objetiva. Creemos que ya es hora de desmitificar una instituci¨®n que tuvo unas graves consecuencias represoras de las ideas en Espa?a y que, por lo mismo, hizo posible la creaci¨®n de una cultura y de una forma de ser del espa?ol que todav¨ªa hoy perviven".
Una buena partida de documentos, de los innumerables que se conservan en Espa?a, libros, objetos inquisitoriales, planos, fotograf¨ªas y montajes audiovisuales intentar¨¢n presentar todos los aspectos del fen¨®meno inquisitorial, desde sus or¨ªgenes hasta nuestros d¨ªas. Paralelamente, los principales especialistas espa?oles en el tema, que han planificado y supervisado la exposici¨®n, comentar¨¢n en conferencias los distintos aspectos hist¨®ricos, econ¨®micos, pol¨ªticos y culturales de este fen¨®meno.
Una moda espa?ola
La Inquisici¨®n espa?ola fue una moda de los siglos XVI, XVII y XVIII, que tuvo sus or¨ªgenes en la edad media, a ra¨ªz de la herej¨ªa de los albigenses, y fue creada y asumida por el Papa y por los obispos. A Espa?a lleg¨® relativamente tarde, con una bula de Sixto IV, en la que autorizaba a los Reyes Cat¨®licos para designar a tres inquisidores expertos en teolog¨ªa y en Derecho Can¨®nico.La Inquisici¨®n papal apenas tuvo influencia en Espa?a; sin embargo, arraig¨® unida al sentimiento popular antisemita. La Inquisici¨®n fue pronto un instrumento, en manos del Estado, para perseguir a los jud¨ªos y controlar a los conversos. A partir de entonces la maquinaria de la Inquisici¨®n se aplic¨®, con todas sus variantes y saltos hist¨®ricos, para el control y la represi¨®n de los hechos y las ideas heterodoxas. As¨ª, hasta el siglo XIX.
Para el catedr¨¢tico y miembro del Centro de Estudios Inquisitoriales del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, Miguel Avil¨¦s, que dise?¨® tambi¨¦n el proyecto inicial de la exposici¨®n, la Inquisici¨®n en Espa?a se cre¨® por presi¨®n de una gran parte del pueblo y m¨¢s concretamente del bajo pueblo. "Naturalmente, hubo unas clases sociales que manipularon y controlaron este sentimiento popular, pero, con los datos hist¨®ricos en la mano, debemos decir, aunque nos cueste admitirlo, que el pueblo se entusiasmaba con aquel festival que se derivaba de perseguir la pureza del pensamiento y de las acciones".
"La Inquisici¨®n espa?ola", explica Miguel Avil¨¦s, "ha sido menos cruel y represiva que otras, inquisiciones extranjeras. El comportamiento de Torquemada fue una an¨¦cdota, aunque muy dura, en el cap¨ªtulo inquisitorial. Num¨¦ricamente, la incidencia de la Inquisici¨®n espa?ola no fue tan grande como la de otros pa¨ªses. En Espa?a, se dej¨® de quemar brujas en el siglo XVI, gracias a un inquisidor, mientras que en otros lugares del extranjero se continu¨® durante muchos a?os con esta pr¨¢ctica". Miguel Avil¨¦s dice que es mucho m¨¢s enriquecedor estudiar los aspectos antropol¨®gicos, editoriales, de censura de publicaciones, que nos ayudar¨¢n a entender y evitar los cerrilismos y posturas intransigentes de ciertas sectores y personas de estos tiempos".
Los aspectos antropol¨®gicos y culturales de la Inquisici¨®n son tambi¨¦n el objeto de estudio m¨¢s importante para el catedr¨¢tico de literatura espa?ola en la Universidad de Nueva York, y especialista en temas inquisitoriales, Angel Alcal¨¢. "Con la represi¨®n inquisitorial perdimos el contenido de las que pudieron ser las grandes ideas de los siglos XVI, XVII y XVII, pero ganamos en la literatura, ya que canaliz¨® todos los subterfugios ling¨¹¨ªsticos y literarios del Siglo de Oro. La Inquisici¨®n, cuyos procesos no fueron tan fuertes en relaci¨®n con las pr¨¢cticas del tiempo, encauz¨® muchas de las formas culturales (hasta en la forma, de pintar, cocinar o ba?arse), que todav¨ªa susbsisten hoy, y nos hizo ver la necesidad de respetarse en libertad, ya que sin libertad no hay posibilidad de convivencia".
El profesor Jaime Contreras, tambi¨¦n especialista en temas de la Inquisici¨®n, defiende, en la l¨ªnea de los anteriores, que el fen¨®meno de la Inquisici¨®n como intransigencia y violaci¨®n de la conciencia individual es un fen¨®meno universal, que incluso en el siglo XX ha subsistido, encarnado en formas de nazismo o socialismo ortodoxo. Por otra parte, dentro de Espa?a la Inquisici¨®n no ha sido m¨¢s arbitraria que otros ¨®rganos de justicia. Incluso muchos procesados ped¨ªan que su causa fuera trasladada a tribunales inquisitoriales, porque estaban mejor preparados los inquisidores eran licenciados en leyes y en los casos de torturas exist¨ªa una reglamentaci¨®n, de la que no pod¨ªan desviarse y eran menos arbitrarios.
El catedr¨¢tico de historia del Derecho, y organizador del Primer Simposio Cient¨ªfico sobre la Inquisici¨®n en Espa?a, Jos¨¦ Antonio Escudero, cree, por su parte, que la Instituci¨®n funcion¨® bien jur¨ªdicamente para los objetivos que pretend¨ªa (incluso un escribano apuntaba los quejidos que daba el reo). Jos¨¦ Antonio Escudero piensa, sin embargo, que persisten hoy d¨ªa ciertas formas inquisitoriales en determinadas tendencias asentadas en grupos sociales, que tienen una mentalidad de descalificaci¨®n absoluta hacia las ideas de los dem¨¢s.
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