El caso Bexopron y la farmacolog¨ªa cl¨ªnica
Ante los ojos de cualquiera que trabaje o se interese en el campo de la farmacolog¨ªa resaltan, entre otros muchos detalles, dos interrogantes fundamentales. En primer lugar, se nos intorma de diversos efectos nocivos que han causado la muerte de 61 enfermos en el Reino Unido y dos enfermos en la Rep¨²blica Federal de Alemania, sin precisar cu¨¢l de ellos ha sido la causa directa de los fallecimientos; se han citado las posibilidades de que origine hemorragias gastrointestinales y lesiones renales (alteraciones que, con mayor o menor frecuencia e intesidad, producen todos los f¨¢rmacos antiinflamatorios, como son la aspirina, el Nolotil, el Inacid, el Tanderil, el Voltar¨¦n y el Naproxyn, por citar s¨®lo algunos productos entre la vor¨¢gine de nuestra farmacopea); tambi¨¦n hacen referencia, a trastornos cut¨¢neos, circulatorios,oft¨¢lmicos y del crecimiento de las u?as, pero en ningun momento se precisa cu¨¢l de estos efectos t¨®xicos ha sido considerado responsable de las muertes citadas y c¨®mo se ha llegado a la conclusi¨®n de que era el f¨¢rmaco el responsable de las mismas. En segundo lugar, la Direcci¨®n General de Farmacia informa que en el Reino Unido se han consumido 350.000, envases del producto a lo largo de a?o y medio, lo que ha dado lugar a 61 muertes y 3.500 casos de reacciones adversas, en tanto que en Espa?a se han utilizado 600.000 envases a lo largo de unos meses y ¨²nicamente se han detectado algunos casos (no se precisa la cifra exacta) de irritaci¨®n de la piel tras exposici¨®n al sol, que han remitido a suspender el tratamiento. Ante datos semejantes, uno no puede dejar de preguntarse si es que los anglosajones constituyen una raza. debilitada, especialmente susceptible a la acci¨®n nociva de los medicamentos, o si es que los espa?oles somos incapaces de reconocer que las enfermedades pueden ser producidas por los mismos.Una especialidad desconocida
Reflexiones aparte, es una realidad objetiva que tanto en EE UU como en Canad¨¢, en Australia y en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos existe una especialidad m¨¦dica, la farmacolog¨ªa cl¨ªnica, dedicada exclusivamente a estudiar los efectos, tanto beneficiosos como t¨®xicos, de los medicamentos.
Dicha especialidad fue reconocida en Espa?a en 1978 (Real Decreto 2015/ 1978, del 15 de julio); y, sin embargo, la gran mayor¨ªa de los espa?oles desconoce su existencia; apenas hay centros sanitarios que posean un servicio de farmacolog¨ªa cl¨ªnica, y los pocos que funionan se encuentran relegados a los hospitales cl¨ªnicos, sin que los escasos especialistas formados en esta materia tengan acceso a los centros de la Seguridad Social; la mayor parte de los m¨¦dicos ignora la utilidad de la farmacolog¨ªa cl¨ªnica, e incluso se da el caso de catedr¨¢ticos de farmacolog¨ªa que afirman no creer en la existencia de la misma como rama de la medicina con entidad propia..., opini¨®n que parece compartir la administraci¨®n sanitaria espa?ola, a juzgar por su absoluto desinter¨¦s sobre este asunto. Parad¨®jicamente a esta actitud negativista generalizada, el Real Decreto 944/1978, del 14 de abril, que regula los ensayos cl¨ªnicos del productos farmac¨¦uticos, estipula que deber¨¢. de formar parte del comit¨¦ de ensayos cl¨ªnicos de cada hospital un farmac¨®logo cl¨ªnico, normativa obviamente imposible de cumplir dada la escasez de m¨¦dicos especializados.
Existen m¨²ltiples datos que avalan la eficacia de la farmacolog¨ªa cl¨ªnica. Formaron parte del comit¨¦ de la OMS que regul¨® en 1978 la aplicaci¨®n de medicamentos esenciales farmac¨®logos cl¨ªnicos de talla internacional como los doctores D. L. Azarnoff (EE UU), S. Garattini (Italia), P. K. M. Lunde (Noruega) y G.Togoni (Italia). Fue un grupo de farmac¨®logos cl¨ªnicos quien, en 1976 logr¨® reintegrar a un nivel escolar normal a varios ni?os epil¨¦pticos italianos que hab¨ªan sido considerados subnormales simplemente porque recib¨ªan dosis excesivamente elevadas de Luminal, f¨¢rmaco que les hab¨ªan prescrito para controlar su enfermedad. Fueron asimismo farmac¨®logos cl¨ªnicos daneses quienes descubrieron que el origen de diversos casos de agranulocitosis que presentaron s¨²bditos de aquel pa¨ªs se deb¨ªa a que los individuos afectados hab¨ªan visitado Espa?a y hab¨ªan tomado Optalid¨®n (f¨¢rmaco que aqu¨ª se vende libremente, a pesar de que, de acuerdo con el Real Decreto 2829/1977, del 16 de noviembre, deber¨ªa de obtenerse ¨²nicamente previa receta m¨¦dica).
Si se acepta, suponiendo que llegue realmente a aceptarse alg¨²n d¨ªa, que la farmacolog¨ªa cl¨ªnica constituye una especialidad que reviste cierta importancia, habr¨ªa que precisar qui¨¦nes ser¨ªan aquellos capacitados para ejercerla. Existe en Espa?a una desdichada tendencia a opinar que el estudio de los medicamentos es competencia de los bioqu¨ªmicos y, fundamentalmente, de los farmac¨¦uticos. Sin pretender menoscabar la gran ayuda que pueden prestar estos profesionales, hemos de explicitar que la labor del farmac¨®logo cl¨ªnico consiste en estudiar a nivel humano los nuevos productos que aparecen en el mercado farmac¨¦utico antes incluso de su comercializaci¨®n; en investigar la aplicaci¨®n de los f¨¢rmacos en pacientes especiales en detectar reacciones adversas que podr¨ªan pasar desapercibidas; en descubrir as complicaciones que pueden surgir cuando se administran simultaneamente varios medicamentos. Resumiendo: se trata de intentar obtener para los enfermos tratamientos que presenten un m¨¢ximo beneficio y un m¨ªnimo riesgo, y esta funci¨®n ¨²nicamente puede llevarla a cabo un profesional de la medicina.
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