El papel del Estado en las autopistas

El ministro de Obras P¨²blicas y Urbanismo, Luis Ortiz, ha realizado sucesivas declaraciones acerca de un tema que parec¨ªa un tanto olvidado: las autopistas. A pesar de que en sus dos intervenci¨®nes ha dicho algunas cosas que han dado pie a interpretaciones contradictorias, creemos que subyace en ellas el deseo de sacar de su letargo a la construcci¨®n de -estas v¨ªas de comunicaci¨®n, casi ibandonada por considerarse antiecon¨®mica y fuera de las pos¨ªbilidades actuales de nuestro pa¨ªs.Luis Ortiz asegura que el peaje y la pura participaci¨®n privada no bastan para dar satisfacci¨®n a las necesidades de autopistas y que hace falta por tanto una participaci¨®n del Estado, como sucede en toda Europa. Se trata de poner remedio a la situaci¨®n que hace algunos af¨ªos se describ¨ªa de modo caricaturesco, al decir que en Espa?a, al rev¨¦s de lo com¨²n en otros pa¨ªses, el Estado constru¨ªa los coches (Seat), y los particulares, las autopistas.

Es posible que, de no haberse actuado como se actu¨® cuando hace una veintena de a?os comenz¨® a pensarse en la necesidad de dotar a nuestro pa¨ªs de autopistas, hoy no dispusi¨¦semos siquiera de los bastante escasos kil¨®metros que tenemos de ellas; las circunstancias del momento obligaron a adoptar f¨®rmulas que era f¨¢cil pensar que pronto se revelar¨ªan como insatisfactorias. Pero el hecho cierto es que la actual red es muy escasa, y las tarif¨¢i de peaje que se satisfacen, poco remuneradoras, -por otra parte, para las empresas concesionarias, probablemente las m¨¢s altas del mundo.

El titular del MOPU ha se?alado que en la primera lista de espera se encuentra la construcci¨®n de los tramos Madrid-Toledo y Alicante-Murcia. A ellos habr¨ªa que af¨ªadir, cuando menos, los de Madrid a Burgos, Zaragoza-Andaluc¨ªa, Bilbao-Santander-Torrelavega y algunos recorridos de la Costa del Sol, y a¨²n es probable que omitamos la necesidad de otros menos frecuentes en nuestro tr¨¢nsito.

Sin embargo, encontrar financiaci¨®n para obras de esta magnitud, que requieren a veces inversiones de cientos de millones de pesetas por kil¨®metro, con un tr¨¢fico que no crece desde hace varios a?os al ritmo esperable en la situaci¨®n anterior a la crisis y con un alto coste del dinero, es un empe?o impensable para la iniciativa privada. ( ... )

, 19 de agosto