Calvo Sotelo, un experimentado patr¨®n que lleva d¨¦cadas cruzando la r¨ªa del Eo
Las vacaciones del presidente del Gobiemo son, este a?o, como lo fueron los anteriores, y lo ser¨¢n, sin duda, los venideros, desinteresadamente marineras, sin pesca. Leopoldo Calvo Sotelo retoma a su pueblo nat¨¢l de Ribaded (Lugo) y, durante poco m¨¢s de una semana, se hace a la mar en el Juan¨ªn, bote de madera blanco de vela latina, caracter¨ªstico de la r¨ªa del Eo. A veces se inclina por otro diminuto velero de colores, el Leticia, y, guando el viento se resiste a soplar, recurre a Poldito, un bote a remo, todav¨ªa m¨¢s humilde.
Ribadeo es la ¨²ltima poblaci¨®n gallega del Cant¨¢brico. Desde su orilla se divisa Figueras, una suerte de r¨¦plica sim¨¦trica asturiana, volcada tambi¨¦n sobre la desembocadura delr¨ªo. La vivienda de la familia Calvo Sotelo pende sobre el muelle de Porci?¨¢n, por el que deambulan unos pocos veraneantes y una legi¨®n de polic¨ªas de todas clases: polic¨ªas a pie, polic¨ªas en coche, uniformados, de paisano, deportivos y sedentarios, con chandal y sin ¨¦l. Hay momentos en que se tiene la impresi¨®n de que el ¨²nico personaje ajeno a este dispositivo de seguridad es Julio, un marino risue?o que recorre el. muelle y s¨²s inmediaciones y act¨²a de emisario oficioso entre la Prensa y el presidente del Gobierno.
"Hoy sopla un nordeste flojo", comenta Calvo Sotelo, ataviado con el atuendo propio de la ocasi¨®n pantalones azul mah¨®n, que empiezan a blanquear por las rodillas, camisa y jersey del mismo color y zapatillas, tambi¨¦n azules, cuando salta desde las cscafinatas del espig¨®n hasta la popa del Juan¨ªn. "Me divierte marchar tranquilamente sobre el agua, sin m¨¢s. 'Nunca me he sentido atra¨ªdo por la pesca", comenta al enviado especial de EI PAIS, mientras le invita a subir al barco, para un paseo matinal por la bella r¨ªa del Eo.
Salir del muelle donde fondean decenas de embarcaciones veraniegas, sorteand¨® a vela los obst¨¢culos, no es cosa f¨¢cil. Hacerlo con el inconveniente adicional de la fuerte marea "tiene su ciencia, y no es que quiera presumir", dice Calvo Sotelo.
El presidente del Gobiemo se comporta como un experimentado patr¨®n no bien toma el mando del bote velero. Con un tono entre imperativo. y amistoso, imparte instrucciones: "?Coged la escota para que no se vaya ai'agua. Poned la ca?a hacia Ribadeo. Parad el golpe. M¨¢s a pqpa. Amarrad muy alto, que si no, se meten los zoletes. Calad la orzal"
Veraneo ajeno a la pol¨ªtica
Esta temporada verani ega se presenta para Calvo Sotelo "ajena a la pol¨ªtica y tranquila, ademis de breve". El balandro sale a mar abierto y busca la riente orient¨¢ndose hacia la salida al mar. Calvo Sotelo se asoma bajo la vela y grita a los ocupantes del Leticia que cruzan a escasa distancia: "No se sale a la mar, Jose Mari" .?No se puede o no se debe?", pregunta su hijo desde la otra embarcaci¨®n. "Ni se puede ni se debe", replica, doblado desde la proa.
Pilar Ib¨¢?ez est¨¢ molesta con los comentarios aparecidos en la Prensa acerca de los ba?adores de su marido. "Primero dijeron que el maillot que llevaba el ¨²ltimo a?o estaba pasado de moda, cuando eran unas bermudas ¨²ltimo grito que le hab¨ªa comprado recientemente. Hace unos d¨ªas, es el colmo, aparecieron las c¨¦lebres fotos con el traje de windsurflng y dijeron que era un modelo de principios de siglo". Su marido toma el relevo en el argumento: "Quien hace esos comentarios demuestra no tener ni idea del mar, porque es una indumentaria normal, que reiguarda del fr¨ªo cuando se hace tabla".
"Pili"; le dice Calvo Sotelo a su esposa, "no te pases a babor, que esto se desequilibra". Pili se mantiene en su asiento, contribuyendo en lo que puede a la traves¨ªa de la na. Son d¨¦cadas atravesando la r¨ªa. M¨¢s que d¨¦cadas, generaciones, que se remontan a los mismos ongenes del apellido del presidente. "Mi abuelo vino a Castropol como juez de primera instancia y conoci¨® a mi abuela, que viv¨ªa en Ribadeo. Cada vez que la visitaba ten¨ªa que cruzar la r¨ªa en unas barcaza, que contin¨²an haciendo el mismo recorrido. Las llevan personajes c¨¦lebres, como los Tapiegos o C¨¢ndido, que se ha retirado hace poco. Es un itinerario que aparece en la misma historia del Camino de Santiago porque lo utilizaban los peregrinos para evitarse el rodeo a trav¨¦s de tierra".
Cuando Calvo Sotelo no desafia las mareas y los vientos racheados de la r¨ªa, se desplaza a la playa de Las Catedrales, donde se entretiene "aguantando las olas", aguante mmimo comparado con las acometidas a las que se ha acostumbrado desde que est¨¢ en pol¨ªtica.
En casa se entretiene con la lectura de los libros tra¨ªdos del reciente viaje por Iberoam¨¦rica, "el libro de Porras Barrenechea sobre Pizarro y la historia de la conquista del Per¨²". Novelas, pocas, porque ?no tengo. la paz de ¨¢nimo y el tiempo imprescindibles". Entre tomo y tomo se incrustan algunas sesiones vibrantes de arm¨®nium, a falta del piano de Madrid, y la audici¨®n de m¨²sica cl¨¢sica en un tocadiscos est¨¦reo. "El arm¨®nium tiene el inconveniente de que los errores no se prestan al disimulo que proporciona el pedal del piano. Si con el piano soy mal int¨¦rprete, con el arm¨®nium, peor".
"Carpe diem", aprovechar los d¨ªas, es la consigna que Calvo Sotelo toma del cl¨¢sico durante el verano. "Aprovechar lo que cada d¨ªa tiene dentro, de paz y de reposo".
Hace meses, el presidente del Gobierno confes¨® desconocer qui¨¦n fuera J. R. Ahora que la serie ha sido erradicada de la pequef¨ªa pantalla, contin¨²a sin seguir sus peripecias, pero "s¨ª s¨¦ qui¨¦n es el malo de la pel¨ªcula", comenta con un deje socarr¨®n.
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