El centro y las bisagras
( ... ) La ruptura del centro ha generado lo que con anteribridad a las primeras elecciones generales se denomin¨® sopa de letras, que se cern¨ªa amenazadoramente sobre la gobernabilidad del Estado. Hoy d¨ªa, ese riesgo no es tan grave puesto que existen, pese a todo, partidos en otros ¨¢mb¨ªtos del arco parlamentar¨ªo capaces de hacerse cargo de la responsabilidad del poder. Y como los presagios apuntan a una victoria del PSOE en la consulta que se avecina, los partidos que han emergido del actual caos centrista -incluida la propia UCD-, en lugar de hacer lo posible por regenerar el centro, est¨¢n tratando de asegurarse su influencia futura, contando con el nuevo equilibrio de fuerzas. De la pretensi¨®n de un centro poderoso, con vocaci¨®n de niayor¨ªa, se ha pasado al auge de los partidos-bisagra, esto es, de aquellos grupos de predicamento menor, capaces, sin embargo, de decantar la balanza hacia uno u otro lado en el supuesto -probable por la peculiaridad de nuestra ley electoral- de que nadie tenga potencia bastante para gobemar a solas, para lo que ser¨ªa preciso una mayor¨ªa muy pr¨®xima a la absoluta.El llamado bis¨¢grismo tiene sentido, sin duda, en otras situaciones de otras latitudes -preferentemente en aquellas en que el sistema electoral es mayoritario- y aun en ¨¦sta en determinadas c¨ªrcunstancias podr¨ªa tambi¨¦n tenerlo. Sin embargo, es bien patente que en la coyuntura actual de Espa?a tal actitud no procede de una decantaci¨®n ideol¨®gica natural sino, nuevamente, de unas ambiciones desmedidas y faltas de control. Sin ninguna duda, el centro pol¨ªtico espa?ol tiene una entidad, en cuanto a clientela, muy superior a la que cabr¨ªa deducir de la presente fragmentaci¨®n. Y buena prueba de ello han sido los resultados de las dos elecciones democr¨¢ticas celebradas en'ia corta vida del r¨¦gimen. Por consiguiente, resulta dif¨ªcil ocultar la evidencia de tantas y tan poco ortodoxas pretensiones de mantener sustantivas parcelas de poder y de influencia sin necesidad de lograr el paralelo respaldo popular.
21 de agosto,
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