Constituci¨®n dudosa en Guinea Ecuatorial
EL REFERENDUM constitucional en Guinea Ecuatorial ha dado el previsto resultado masivo favorable al texto presentado por el Gobierno de Obiang Nguema, pero no ha disipado ninguna de las dudas acerca de la real democratizaci¨®n del r¨¦gimen. Con las fronteras cerradas y algunas comunicaciones cortadas, con papeletas de distinto color para el s¨ª y para el no -aparentemente, para ayudar a los analfabetos; en realidad, para que se supiese en las mesas lo que votaba cada individuo- y con un texto fabricado exclusivamente desde el poder, que adem¨¢s supone la reelecci¨®n autom¨¢tica de Obiang Nguema para los siete pr¨®ximos a?os -sobre los tres que lleva en el poder tras su golpe de Estado-, este refer¨¦ndum no ,puede aparecer como una muestra suficiente y clara de la voluntad popular. Sobre todo, cuando en estos tres a?os transcurridos desde el golpe de Estado de agosto de 1979 no se ha advertido ning¨²n s¨ªntoma de democratizaci¨®n real, y menos de contar con otras fuerzas que formaron la oposici¨®n al r¨¦gimen anterior.Existen numerosas evidencias de que el r¨¦gimen impuesto por Obiang Nguema es infinitamente preferible al de Mac¨ªas: su dictadura fue un perpetuo ba?o de sangre, un r¨¦gimen carcelario y torturador, que dilapid¨® las no muy desarrolladas riquezas del pa¨ªs y barri¨® los restos de lo que hab¨ªan creado los espa?oles, con un concepto, sin duda, colonial y metropolitano de la explotaci¨®n de la econom¨ªa, pero construyendo y produciendo algo que, nacionalizado y tratado racionalmente, hubiera sido una base de partida para la reconstrucci¨®n nacional. La enemistad profunda de Mac¨ªas por lo espa?ol, pese a todos los intentos de colaboraci¨®n por parte de Madrid, no le permiti¨® siquiera considerar la importancia, de la continuidad econ¨®mica. Por otra parte, Mac¨ªas -eligi¨® la colaborac¨ª¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que no se preocup¨® demasiado de ilustrar y contener a su feroz pupilo, sino, que se limit¨® a asegurar su propia implantaci¨®n. El golpe de Obiang, inmediatamente auxiliado por Espa?a, puede inscribirse en la lista de los intentos de Occidente para recuperar terrenos perdidos. La URSS fue, en efecto, expulsada.
Desgraciadamente, tampoco Espa?a y Occidente, se preocuparon demasiado por obtener, a cambio de una ayuda que nunca cesa, las bases m¨ªnimas para la democratizaci¨®n posible del pa¨ªs. Desde el principio se vio que otras fuerzas de la resistencia contra Mac¨ªas quedaban excluidas del Gobierno, y que lo que pod¨ªa ser un tr¨¢nsito se convert¨ªa en "a permanencia que, adem¨¢s, consagraba la supremac¨ªa de un grupo ¨¦tnico y territorial sobre la totalidad del pa¨ªs. U dictadura se ha formalizado, y esta Constituci¨®n dictada aparece -solamente como el instrumento de esa formalizaci¨®n y esa perpetuidad. La corrupci¨®n no ha podido ser contenida, y se pierde en ella la inmensa parte de la ayuda exterior -naturalmente, de la ayuda espa?ola-, sin que ni los habitantes ni el conjunto de la econom¨ªa del pa¨ªs hayan salido adelante. Lo que ha mejorado mucho es. una diferencia de trato con respecto a la verdadera ola de cr¨ªmenes que sosten¨ªa a Mac¨ªas. Es muy,importapte, pero no es suficiente.
Si, como parece justo y l¨®gico, de lo que se trata es de incorporar realmente Guinea Ecuatorial a los sistemas occidentales y evitar la implantaci¨®n sovi¨¦tica, lo que procede es eliminar el esp¨ªritu de revuelta y de oposici¨®n violenta mediante la creaci¨®n de un sistema realmente democr¨¢tico, en el que todos compartan la misma pobreza del pa¨ªs hasta que consiga salir de ella.De otra forma, el peligro de regreso estar¨¢ siempre pendiente. Se puede entrar en el c¨ªrculo vicioso de que para reprimir la oposici¨®n y la lucha contra la corrupci¨®n la dictadura aumente su opresi¨®n y vaya a parar a la tiran¨ªa, y que la oposici¨®n entre en la lucha violenta. El ejemplo de- otros pa¨ªses, cercanos unos y lejanos otios de Guinea Ecuatorial, donde se producen estos c¨ªrculos muestra hasta d¨®nde se puede llegar.
La Constituci¨®n promulgada por un refer¨¦ndum sin garant¨ªas es un paso grave. Revela la decisi¨®n de Obiang Nguema y de quienes le rodean de no ceder nada de su poder.
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