La recesi¨®n econ¨®mica aumenta el peligro de bancarrota para los pa¨ªses pobres y sin petr¨®leo
El Informe anual 1982 del Fondo Monetario Internacional encuentra en el bajo crecimiento econ¨®mico de los pa¨ªses pobres el problema que caracteriza la escena mundial. Desfavorecidas por la ca¨ªda de actividad en los pa¨ªses industriales y por un descenso en el volumen del comercio, las naciones en desarrollo y sin petr¨®leo alcanzaron en 1981 los 100.000 millones de d¨®lares de d¨¦ficit (unos once billones de pesetas) en sus balanzas de mercanc¨ªas, servicios y transferencias, cifra que no se prev¨¦ pueda disminuir este a?o. Pero incluso para los Estados industriales el balance y las previsiones dadas a conocer ayer por dicho organismo contienen algunas luces y muchas sombras.
La llamada de atenci¨®n sobre los problemas de los pa¨ªses en desarrollo no petroleros la hace el FMI con datos m¨¢s estremecedores, pero no es nueva, ni siquiera original. Hace una semana se pronunci¨® en t¨¦rminos parecidos el Banco Mundial, instituci¨®n creada junto al Fondo tras la segunda guerra mundial; este ¨²ltimo, como garante del orden monetario y mecanismo de equilibrio de las balanzas de pagos de los pa¨ªses; el Banco, como financiador de la reconstrucci¨®n y luego del desarrollo, sobre todo de Latinoam¨¦rica y ?frica. M¨¢s tajante fue a principios de agosto la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), al acusar a las pol¨ªticas monetarias de haber agravado la situaci¨®n.Seg¨²n el FMI, la producci¨®n real colectiva de los pa¨ªses pobres sufri¨® el a?o pasado la tasa m¨¢s baja de aumento en varios decenios. En las naciones m¨¢s pobres y medianas, cuyas exportaciones se nutren sobre todo de productos primarios, afectados adem¨¢s por la ca¨ªda general de precios, el crecimiento apenas se nivel¨® con las tasas demogr¨¢ficas, por lo que muchos pa¨ªses vieron disminuir el producto per c¨¢pita. Para el conjunto del grupo, el crecimiento fue del 2,5%, frente al 5% de los dos a?os precedentes y el 6,5% de 1978.
La consecuente progresi¨®n de los d¨¦ficit en balanzas de pagos (desde 39.000 millones de d¨®lares en 1978 se ha pasado a los 100.000 citados) ha engordado el endeudamiento exterior y las ya dificultosas estructuras financieras, pues la financiaci¨®n ha procedido de p¨¦rdidas de reservas o de capital privado internacional fundamentalmente. Como los tipos de inter¨¦s han subido mucho y las condiciones de los cr¨¦ditos se han endurecido, los pagos de la deuda han supuesto por t¨¦rmino medio el 21% de las exportaciones, frente al 14% del per¨ªodo 1975-1977.
Los datos del FMI vienen a confirmar los motivos de preocupaci¨®n de los mercados de capitales por el problema de devoluci¨®n de la deuda exterior de algunos pa¨ªses. En la ¨²ltima reuni¨®n de gobernadores de bancos centrales, celebrada en Basilea, circul¨® la estimaci¨®n de que los cobros dudosos o potencialmente dudosos suman en estos momentos 200.000 millones de d¨®lares, detectados principalmente en el Este y Latinoam¨¦rica.
La propia OCDE (Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico) ha calculado que, en los seis ¨²ltimos a?os, la deuda exterior del Tercer Mundo se ha triplicado, pasando de 180.000 a 525.000 millones de d¨®lares (es decir, cerca de 60 billones de pesetas) a finales de 1981 (la mitad, de Latinoam¨¦rica). Entre tanto, el coste de la deuda se ha multiplicado por cinco.
Polonia, Ruman¨ªa, Hungr¨ªa, Argentina y el pasado fin de semana M¨¦xico, cuyo endeudamiento duplica al espa?ol, son algunos de los principales pa¨ªses que han renegociado de alguna forma su deuda. Los banqueros internacionales, de quienes dependen cada vez m¨¢s las naciones pobres, han acentuado su tendencia a limitar el plazo de sus pr¨¦stamos y a subir el spread o margen fijo sobre el tipo de inter¨¦s variable. Entre abril y mayo pasados, tal margen era en el euromercado del 1,1%, frente al 0,85% del primer trimestre, mientras para los pa¨ªses industrializados baj¨® del 0,56% al 0,53%.
Petroleros e industriales
Frente a este panorama, el de los pa¨ªses petroleros, casi todos ellos tambi¨¦n en v¨ªas de desarrollo, no es mejor. Seg¨²n el FMI, el super¨¢vit conjunto de sus balanzas de pagos ha bajado de los 116.000 millones de d¨®lares en 1980 a 69.000 millones en 1981, con la perspectiva de que disminuya mucho m¨¢s durante 1982, a lo que contribuye el mercado petrolero.
Por el contrario, el d¨¦ficit agregado de los pa¨ªses industriales se ha reducido en 40.000 millones de d¨®lares, al situarse en s¨®lo 4.000 millones si se excluyen las transferencias oficiales (25.000 millones con ellas incluidas). Y en el primer semestre del presente ejercicio se registraron movimientos considerables en este sentido.
Poco m¨¢s presenta de satisfactorio el balance del FMI para los pa¨ªses industriales, salvo las t¨ªmidas ganancias a la inflaci¨®n. Su crecimiento colectivo de la producci¨®n de bienes y servicios apenas fue del 1,25%, igual que en 1980, frente a un 4% en el per¨ªodo 1977-1979. El presente ejercicio se presenta como otro a?o en que, en t¨¦rminos anuales, la expansi¨®n ser¨¢ d¨¦bil. En otras palabras, que el Fondo comparte expl¨ªcitamente la esperanza expresada en julio por la OCDE, cuando pronostic¨® una modesta recuperaci¨®n de los pa¨ªses industrializados en los pr¨®ximos dieciocho meses, despu¨¦s del negativo balance del primer semestre.
Como se sabe, las perspectivas del segundo semestre fueron ensombrecidas por la demora en la recuperaci¨®n de Estados Unidos, que supone un tercio de la OCDE y cuya recesi¨®n ha coincidido con la de Canad¨¢ y con la d¨¦bil situaci¨®n en Europa y Jap¨®n.
El paro, gran problema
El gran problema en estos pa¨ªses industriales sigue siendo el paro. Seg¨²n la OCDE, al rezagarse mucho el aumento de la producci¨®n con respecto al potencial estimado en funci¨®n de los recursos disponibles de mano de obra y capital real, las tasas de desempleo han subido vertiginosamente. A mediados de 1982 alcanzaron un promedio del 8% de la poblaci¨®n activa, frente al 5% de 1979. Lo que preocupa sobre todo al Fondo Monetario Internacional es que, unidas a la situaci¨®n de aton¨ªa de la demanda, dichas tasas provoquen mayores amenazas de proteccionismo, lo que, a su juicio, tendr¨ªa consecuencias potencialmente graves para el crecimiento del comercio mundial. Adem¨¢s, esa aton¨ªa se considera responsable de la ca¨ªda en los precios primarios, con la cual han perdido poder adquisitivo internacional los pa¨ªses en desarrollo.
Los indicios de progreso en la lucha contra la inflaci¨®n, de todas formas, son considerados insuficientes por el Fondo Monetario Internacional, al observar que sigue siendo demasiado elevada en casi todos los pa¨ªses. Para luchar contra ella sugiere no s¨®lo controlar el crecimiento de la demanda, sino suprimir las rigideces y desequilibrios en materia fiscal, mercados de bienes y de trabajo, reglamentaciones y excesivas subvenciones oficiales.
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