El primado polaco pide ante 250.000 personas la libertad de Lech Walesa
ENVIADO ESPECIALAnte un cuarto de mill¨®n de peregrinos, desplazados al santuario de Jasna Gora de Czestochwa, donde se venera a la Virgen Negra, el primado de Polonia, arzobispo Jozef Glemp, pidi¨® ayer la libertad del presidente del sindicato independiente, Lech Walesa, y de los miembros de la comisi¨®n nacional de Solidaridad, la preparaci¨®n de una amnist¨ªa, al tiempo que apelaba a no dejarse llevar por la ira.
Con motivo del 600? aniversario de la Virgen Negra de Jasna Gora (Monte Claro), estaba prevista la presencia del papa Juan Pablo II en Czestochowa. El estado de guerra decretado en Polonia el pasado 13 de diciembre hizo imposible la visita papal.
Un gran cuadro de Juan Pablo II colgaba ayer de una de las torres del santuario, adonde llegaron, ya desde la v¨ªspera, casi un cuarto de mill¨®n de peregrinos, que tuvo que dormir en el campo, en los prados que rodean el santuario de Jasna Gora, en bancos de la ciudad y hacinados en hoteles y tiendas de campa?a.
A medianoche, desde lo alto del santuario, llegaban por los altavoces los cantos religiosos a toda Czestochowa, donde la calle principal, un bulevar, lleva el nombre de avenida de la Virgen Sant¨ªsima. En la explanada del santuario, durante toda la noche, algunas personas rezaban de rodillas ante la estatua de la Virgen, grupos de j¨®venes cantaban himnos religiosos acompa?¨¢ndose de guitarras y hab¨ªa algunas parejas que retozaban en sacos de dormir.
Por la ciudad de Czestochowa se extend¨ªa un olor a sudor y a humanidad, mientras patrullas de polic¨ªas y grupos inconfundibles de agentes de paisano recorr¨ªan las calles.
A las once de la ma?ana empez¨® la ceremonia religiosa en el santuario de la Virgen Negra. En una torre, unas letras blancas, enormes, dec¨ªan: "Magnificat" y "Mar¨ªa, reina de Polonia". Entre la muchedumbre, una gigantesca pancarta con la expresi¨®n "Queremos a Dios", que es la primera frase de una canci¨®n religiosa polaca.
En la terraza del monasterio, al lado del altar, un grupo de personas con insignias del suspendido sindicato Solidaridad, llevaba una pancarta con el lema "La madre de Jasna Gora, con Solidaridad". Algunos luc¨ªan la palabra "Internado" en la solapa, unos por haber estado presos y otros por estar disfrutando de libertad provisional.
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Josef Glemp pide la amnist¨ªa para los 'internados' polacos
Viene de la primera p¨¢gina
Uno de los internados, un cerrajero de Czestochowa, explic¨® que hab¨ªa estado tres meses y cuatro d¨ªas preso, y al regreso a su f¨¢brica fue trasladado. "Ahora trabajo en la administraci¨®n", dijo.
Un joven ingeniero de sonido, que hizo los efectos especiales de las pel¨ªculas del director Andrzej Wajda, explic¨® que en su empresa trabajan quinientos obreros y hab¨ªan sido internadas cinco personas.
Otro internado, ingeniero de la ciudad de Torum, explic¨® que estaba en tratamiento porque hab¨ªa contra¨ªdo la tuberculosis durante el per¨ªodo de prisi¨®n.
El general de los paulinos, la orden religiosa que vive en el monasterio de Jasna Gora, ley¨® un mensaje del papa Juan Pablo II, que fue interrumpido continuamente por aplausos. Algunos peregrinos se secaban las l¨¢grimas.
El general de los paulinos, despu¨¦s del mensaje del Papa, dijo que el Santo Padre tiene un sitio en el coraz¨®n de todos los polacos y en cada casa.
"Hoy hay un pero: el dolor y la amargura de que su sitio aqu¨ª est¨¢ vac¨ªo en este altar de Mar¨ªa. Esto le duele al coraz¨®n de cada polaco creyente". El sitio del Papa lo ocup¨® el, cardenal arzobispo de Cracovia, Franciszek Marharski.
Poco antes del mediod¨ªa tom¨® la palabra el primado de Polonia, arzobispo Jozef Glemp, que pidi¨® que no se le interrumpiese con aplausos. El primado estableci¨® un paralelismo entre el evangelio del d¨ªa, el de las bodas de Can¨¢ de Galilea, y la situaci¨®n actual, porque "la presencia de Mar¨ªa y su hijo tambi¨¦n arreglan los problemas humanos".
Glemp dijo que los tiempos actuales "son tiempos de oraci¨®n y los que rezan de verdad no amenazan a nadie ni alteran el orden p¨²blico", y advirti¨® que "no todos rezan as¨ª, y este a?o del jubileo es tambi¨¦n un tiempo de ira ciega, que no es compatible con la oraci¨®n. Los airados tendr¨¢n que buscar refugio en la oraci¨®n y recuperar la capacidad de razonar".
El primado Josef Glemp dijo en su serm¨®n, de poco m¨¢s de media hora, que aquel no era el lugar para enumerar los da?os sufridos, pero "la Iglesia se da cuenta de la ira por el da?o sufrido, porque la Iglesia est¨¢ cerca y conoce a sus fieles, los que se encierran en las f¨¢bricas para luchar y los internados".
Ni odio ni ira
Glemp ley¨® una carta que le mand¨® la madre de un internado, en la que dec¨ªa que "s¨®lo la comuni¨®n me sostiene", y asegura que nunca hab¨ªan actuado contra el socialismo, sino trabajando en la "Polonia Popular". El primado dijo que en la carta no hay ira ni odio, sino que se trata de "una madre que est¨¢ bajo la cruz de su hijo".
El arzobispo mencion¨® en su discurso el segundo aniversario de los acuerdos de Gdansk, que fueron "un triunfo de la responsabilidad y la prudencia" y el resultado de sentarse a dialogar ante una mesa, pero "no fuimos capaces de aprovechar aquella victoria, que fue buena para todos".
Despu¨¦s, Glemp volvi¨® a insistir en que la ira es mala consejera y recurri¨® al s¨ªmil de un toro enfurecido que sale a la corrida y "se le excita para que ataque, porque el que razona y reflexiona domina al que se deja dominar por la ira".
De forma muy concreta pas¨® Glemp a enumerar las condiciones para un di¨¢logo. Cuando enumer¨® la primera, libertad para Walesa, la muchedumbre rompi¨® en aplausos. Glemp pidi¨® libertad para Lech Walesa y que se le aseguren condiciones para expresarse libremente, libertad para los miembros de la comisi¨®n nacional de Solidaridad y preparaci¨®n de una amnist¨ªa.
Sobre la visita del Papa dijo el primado polaco que el d¨ªa que venga Juan Pablo II ser¨¢ el verdadero aniversario de Jasna Gora, y anunci¨® que el Consejo del Episcopado espera la visita papal.
Al final, Glemp volvi¨® a insistir la necesidad de la paz a trav¨¦s de la fe, y record¨® las palabras de Jes¨²s a san Pedro, cuando le orden¨® envainar la espada, porque "quien a hierro mata, a hierro muere".
Algunas personas comentaron que en la avenida de Lenin, de Czestochowa, hab¨ªa una fuerte concentraci¨®n de polic¨ªas y dec¨ªan excitados: "Esa es la respuesta del Estado a las palabras del primado".
Advertencia del Gobierno
El ministro polaco del interior, general Czeslaw Kiszczak, lanz¨® ayer una sena advertencia contra la manifestaci¨®n convocada por Solidaridad para el pr¨®ximo martes d¨ªa 31 con motivo del segundo aniversario de los acuerdos de Gdansk.
El ministro anunci¨® que "nadie en Polonia ni en el exterior debe albergar esperanzas de que sea posible montar espect¨¢culos en las ciudades polacas con impunidad, para el beneficio de las televisiones extranjeras".
Kiszczak dijo que las autoridades y las leyes tienen los medios para garantizar la calma y la seguridad, y advirti¨® que son conocidos los lugares de citas que han dado los "activistas" de Solidaridad para su manifestaci¨®n del pr¨®ximo martes. Afirm¨® que estos "activistas" nada tienen en com¨²n con los sindicalistas y asegur¨® que su actividad tiene mucho m¨¢s que que ver con el terrorismo.
El ministro del interior reconoci¨® que Polonia atraviesa un momento dif¨ªcil, pero asegur¨® que ha sido frenado el caos econ¨®mico que amenazaba con colapsar la econom¨ªa polaca.
Tambi¨¦n el ¨®rgano oficial del Partido Comunista polaco, Trybuna Ludu, resalt¨® ayer que la ley del estado de guerra "debe ser instrumento de una protecci¨®n eficaz al pa¨ªs cuando vuelve otra vez a crecer el ambiente de tensi¨®n".
Huelga de hambre
En la iglesia Santa B¨¢rbara de Czestochowa, veinte personas iniciaron ayer una huelga de hambre por la liberaci¨®n de los internados y el levantamiento del estado de sitio. Seg¨²n fuentes eclesi¨¢sticas, que aseguran que la acci¨®n est¨¢ totalmente "al margen" de la Iglesia y "sin su acuerdo", el n¨²mero de huelguistas "aumenta regularmente" y entre ellos se encuentra, al parecer, el hijo de Anna Walentinowicz, una de las fundadoras del sindicato Solidaridad.
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