La sequ¨ªa

Marchas hacia Madrid, encierros y concentraciones de agricultores -en alguna de las cuales se adivina un trasfondo electoralista- son las manifestaciones externas de la preocupaci¨®n del campo espa?ol, frente a una situaci¨®n socioecon¨®mica que, se ha deteriorado alarmantemente en los ¨²ltimos tiempos. Y ese deterioro obedece, en parte, a las adversas condiciones meteorol¨®gicas que se vienen dando desde hace tres a?os. Pero no todas las explicaciones residen en la sequ¨ªa. Los males estructurales del campo espa?ol (tama?os inadecuados de las explotaciones, falta de capitalizaci¨®n, carencias en los sistemas de industrializaci¨®n y comercializaci¨®n y ausencia de una pol¨ªtica agr¨ªcola coherente) y su consecuencia en el progresivo descenso de la renta real del campesinado, s¨²byacen en ese estado de postraci¨®n que afecta a la mayor¨ªa del sector primario de nuestra econom¨ªa.Ahora se est¨¢ a la espera de las decisiones que hoy adopte el Consejo de Ministros para paliar los efectos de la sequ¨ªa, decisiones que pueden llevar a nuevas medidas de presi¨®n. Y, sin embargo, la ayuda p¨²blica relacionada con los efectos de la sequ¨ªa no se puede decir que haya sido escasa. En los dos ¨²ltimos a?os, el volumen de cr¨¦ditos, a bajo o nulo inter¨¦s, destinado a estos fines ha sumado 250.000 millones, sin contar las moratorias y otros tipos de ayudas. (...)

27 de agosto