Una aldea de Huesca, pionera en la utilizaci¨®n de energia solar y e¨®lica
En 1982 los vecinos de Morillo de Sampietro han descubierto las ventajas de la electricidad mediante la utilizaci¨®n conjunta de la energ¨ªa e¨®lica y fotovoltaica. S¨¦ convert¨ªan as¨ª en el primer n¨²cleo rural que utiliza este sistema generador de corriente, que en el futuro puede alcanzar un uso generalizado. Se puede decir que en pocos d¨ªas estas seis personas han pasado de un sistema de vida propio del siglo XVIII a otro qu¨¦ quiz¨¢ parezca m¨¢s propio del siglo XXI.Muy dura ha sido la espera de estas gentes, supervivientes a la fuerte corriente emigratoria que dej¨® pr¨¢cticamente despoblados, en los a?os cincuenta todos los pueblos de los alrededores.
La comarca del Sobrarbe, a la que pertenece esta aldea, es una de las que ha experimentado un mayor descenso de poblaci¨®n en los ¨²ltimos tiempos. Ahora tiene un censo peque?o y muy envejecido. Los m¨¢s de 2.000 kil¨®metros cuadrados de superficie, donde se ubican 139 entidades de poblaci¨®n, s¨®lo suman un total de 7.291 habitantes, con una densidad de s¨®lo 3,6 por kil¨®metro cuadrado. Una buena parte de sus tierras est¨¢ anegada por el agua de distintos embalses, que producen abundante energ¨ªa, de la que la zona, no se beneficia de una forma especial. El suelo que queda est¨¢ en una gran parte sin cultivar.
Morillo de Sampietro no ha desaparecido pero la emigraci¨®n y la industrializaci¨®n han dejado s¨®lo una comunidad compuesta por seis miembros que habitan tres de las nueve casas que integraban este n¨²cleo rural. Sus escasos recursos proceden de la agricultura y, sobre todo, de la ganader¨ªa, con reses de lanar y cabr¨ªo, principalmente. La explotaci¨®n no ha evolucionado en absoluto, y es la m¨¢s tradicional forma del pastoreo su primordial ocupaci¨®n. "Ahora", nos dice un vecino, "se vive de los animales, pr¨¢cticamente. Antes, de la madera". Su econom¨ªa se basa, principalmente en no gastar. Viven pr¨¢cticamente de forma aut¨®noma con sus propios productos. "De cuando en cu¨¢ndo tenemos que bajar a Bolta?a con los burros", comentan, "y ahora tambi¨¦n nos tocar¨¢, porque no tenemos ning¨²n coche ni quien lo conduzca?.
Una revoluci¨®n
Las edades de los vecinos oscilan entre los 50 y los 81 a?os. Gabriel Campo tiene precisamente 81 a?os. Es un anciano que vive s¨®lo, con una pierna de palo y sin m¨¢s compa?¨ªa que unos pocos animales y su burra, que utiliza como medio de transporte. "Aqu¨ª vivo como puedo, pero no me falta nada. De cuando en cuando tengo que ir con la burra a Bolta?a para suministrarme. S¨®lo para subir all¨ª me cuesta m¨¢s de cuatro horas". La llegada de la luz y la carretera ha supuesto una revoluci¨®n. "Yo nunca pensaba ver eso", comentaba este hombre, que no se explicaba de qu¨¦ forma el viento pod¨ªa hacer que se encendieran las bombillas.Gabriel Castillo con sus cincuenta a?os, es el m¨¢s joven de la aldea. Soltero, vive tambi¨¦n solo, y junto con su hermano Antonio, casado, que habita otra casa, son los dos hombres sobre los qu¨¦ principalmente bascula el trabajo en el pueblo. "No s¨¦ si ahora sabremos sacarnos el carn¨¦ de conducir. Somos ya maduros. Si no nos lo sacamos, aunque tengamos pista, no la vamos a poder utilizar y seguiremos igual".
Las tres mujeres viven en la misma casa: la esposa de Antonio, Pilar Salinas, su hermana soltera, Mar¨ªa, y la madre de ambas, Pilar Campo. "Las mujeres, adem¨¢s de hacer la comida, ayudamos a los hombres en todos los trabajos con los animales. En algunas ¨¦pocas pasamos mucho tiempo en el monte". Acostumbradas a utilizar el candil y las velas, con cera natural, de fabricaci¨®n propia, la comodidad de la electricidad ha sorprendido a estas personas. "Esto es una maravilla", coinciden todos. El regocijo y la falta de experiencia hicieron que se olvidaran de apagar las luces, funcionando d¨ªa y noche, con el consiguiente consumo no previsto, que hizo disminuir notablemente su intensidad. "Entonces, como est¨¢bamos acostumbrados, la ech¨¢bamos mucho m¨¢s en falta que antes, que no sab¨ªamos lo que era".
"No se trata de fallos de la corriente. Es el propio sistema de centralizaci¨®n, que, lleva un mecanismo autom¨¢tico de desconexi¨®n de las bater¨ªas para protegerlas contra la descarga. Ha habido un exceso de consumo. Ahora nos corresponde examinar si los consumos reales se acomodan al dise?o del proyecto". Jes¨²s Carde?osa, ingeniero aeron¨¢utico, es el hombre que ha llevado la direcci¨®n de la obra. Esta no tiene precedentes en Espa?a como medio de electrificaci¨®n de peque?os n¨²cleos rurales donde el sistema tradicional resulta excesivamente gravoso. El importe, en este caso, ha sido de unos dos millones de pesetas, aproximadamente una d¨¦cima parte de lo que supon¨ªa el llevar el tendido el¨¦ctrico desde el punto m¨¢s cercano de conexi¨®n. Ha sido la Diputaci¨®n Provincial de Huesca la que ha corrido con todos los gastos, as¨ª como los de la construcci¨®n del camino. Ha pretendido llevar este servicio hasta los pocos n¨²cleos que todav¨ªa permanecen sin luz en el alto Arag¨®n. Pero se trata adem¨¢s de algo m¨¢s ambicioso, ya que sirve de experimento para todo el pa¨ªs.
Bater¨ªas en la sacrist¨ªa
Para el ingeniero aeron¨¢utico Mario Garc¨ªa, director general de General de Proyectos Salar, Sociedad An¨®nima, empresa que ha realizado la obra, "este sistema de electrificaci¨®n puede ser una soluci¨®n para aquellos peque?os pueblos que todav¨ªa no pueden gozar de la electricidad. No se trata, sin embargo, de algo nuevo" explic¨®. "La energ¨ªa e¨®lica es la m¨¢s antigua de la humanidad. Ahora recurrimos a ella debido a los precios del petr¨®leo y a los problemas nucleares, que nos asustan a todos un poco. Yo creo que, tal como ocurre en Estados Unidos, este tipo de energ¨ªa va a tener un gran futuro."'El sistema empleado en Morillo de Sampietro utiliza conjuntamente la fuerza del viento (aproximadamente, un 60%) y la de las placas fotovoltaicas (el 40% restante). La aeroturbina, o molino, que se orienta por s¨ª misma en la direcci¨®n del viento, se halla situada en un punto alto del pueblo, donde el viento hace funcionar por la cola la tripala situada en lo alto de una torre de seis metros de altura. Las tres aspas est¨¢n acopladas a un motor de corriente continua que va a los mecanismos de centralizaci¨®n en cables de gran secci¨®n. All¨ª llega tambi¨¦n la energ¨ªa procedente de las placas fotovoltaicas, por dos reguladores que garantizan que la tensi¨®n no sobrepase el nivel de carga de la bater¨ªa. Las baterias, que est¨¢n situadas en la sacrist¨ªa de la peque?a iglesia de este pueblo, almacenan la corriente que llega de ambos puntos -aeroturbina y paneles fotovoltaicos-, distribuy¨¦ndose seguidamente a las casas y a las calles, una vez transformada la corriente continua en corriente alterna.
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