Como una noticia
leo lo sucedido en el Piramid¨®n, y con la indiferencia que caracteriza nuestro tiempo comento que no es noticia. Todos conocemos casos similares.Al leer m¨¢s art¨ªculos sobre lo mismo, declaraciones del director del centro, la iniciaci¨®n de una investigaci¨®n, etc¨¦tera, veo con algo de esperanza que finalmente la gente reacciona, que algo est¨¢ cambiando y es el momento en que yo tambi¨¦n tengo algo que decir, porque esto tiene que cambiar.
Hace doce a?os no dije nada, porque el dolor demasiado profundo adormece ` impide reaccionar, y m¨¢s cuando se sabe la impotencia para modificar viejas estructuras.
Al ir de veraneo a una playa de Levante, el peque?o de mis hijos (de dos meses) tuvo una diarrea tan aguda que tuvo que ser ingresado de urgencia en la Seguridad Social de Valencia. All¨ª, despu¨¦s de 33 d¨ªas, y a la vista de que no mejoraba, decidimos regresar a Madrid en avi¨®n. Y con la misma sensaci¨®n de "un caso desgraciado y nerviosismo familiar" que comenta ahora el doctor Isasa, fuimos a La Concepci¨®n por estar cerca a nuestro domicilio. Despu¨¦s de m¨¢s de una hora de intentar localizar a un pediatra -era finales de agosto-, no hab¨ªa titular de la especialidad y el m¨¦dico al frente de urgencias no se atrev¨ªa a tomar ninguna decisi¨®n; nos trasladamos, como tambi¨¦n cita el doctor Isasa -"Es pr¨¢ctica habitual enviar enfermos de un centro sanitario a otro"-, a La Paz. All¨ª el servicio de urgencia funcion¨®, reconoci¨® al ni?o y orden¨® su inmediato ingreso. Pero, sin casi querer leer el historial m¨¦dico que tra¨ªamos, ordenaron nuevos an¨¢lisis y pruebas. Como los titulares estaban de vacaciones, los m¨¦dicos a cargo del servicio eran pr¨¢cticamente distintos cada d¨ªa, y solamente a trav¨¦s de una enfermera, que, lac¨®nicamente, dec¨ªa que "el ni?o evolucionaba. favorablemente", ten¨ªamos noticias de nuestro hijo. Finalmente regresaron los titulares, y la historia volvi¨® a repetirse: nuevas pruebas y an¨¢lisis, y as¨ª hasta que el ni?o, que a sus tres meses pesaba menos que cuando naci¨®, no lo resisti¨® y falleci¨®.
Y me qued¨¦ preguntando, ?qu¨¦ hab¨ªa pasado?
Ahora lo s¨¦; no es porque no tengamos medios, es por la indolencia de confio sean pocas personas, que al hacer el juramento hipocr¨¢tico lo olvidad inmediatamente. Si no, ?c¨®mo puede darse el caso de un jefe de servicio de baja m¨¦dica durante seis meses, sin que otro m¨¦dico le sustituya? ?C¨®mo un responsable de un centio no toma la decisi¨®n de poner al frente de ese servicio a otro titular, aunque sea temporalmente? ?C¨®mo no dar un puesto de trabajo, en esta ¨¦poca de tanto paro, a un m¨¦dico que seguramente desempe?ar¨¢ su tarea con responsabilidad para evitar estos casos?
A unos derechos corresponden deberes. Claro que los m¨¦dicos tienen derecho de ir de vacaciones, siempre que haya otra persona que le reemplace. Claro que tienen derecho a estar enfermos, en algo son tambi¨¦n humanos, siempre que su plaza sea ocupada por otra persona.
?Y frente a esta situaci¨®n, el director del centro dice que los doctores Franco y Celem¨ªn podr¨ªan ser exped¨ªentados por denunciar esta situaci¨®n? ?Es que en plena democracia todav¨ªa nos quieren callar como en reg¨ªmenes que, tambi¨¦n nos dicen, han sido superados?.
No, se?or Isasa, no. Los tiempos han cambiado. La gente que va a la Seguridad Social, por suerte, no solamente va en zapatillas. Sabe que los m¨¦dicos que est¨¢n all¨ª es porque de sus n¨®minas mensualmente se les descuenta una suma bastante importante y saben que les corresponde por derecho tener una atenci¨®n m¨¦dica digna de la profesi¨®n y de su condici¨®n de ser humano /
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